Esta brasileña llegó al mundo de las finanzas sin siquiera pensar en competir con los hombres, algo lógico para aquellos que relacionan negocios con el sexo masculino, sino que para desafiar a otras mujeres. Un reto complejo.
En el reportaje "Mujeres sobre la mesa...de dinero", publicado en el Especial Mujeres de AméricaEconomía (Agosto de 2011), entrevistamos a seis altas ejecutivas que trabajan en los mercados financieros de Londres y Nueva York.
A modo de adelanto, presentamos de forma íntegra nuestro diálogo con la brasileña Mariana Montalvao, quien se desempeña como VP asistente del área de control de riesgos del Deutsche Bank, en Londres.
Cuéntame un poco sobre tu historia y cómo llegaste a esa posición.
Empecé mi carrera en 2002 en el Banco ABN AMRO REAL en Sao Paulo, donde trabajé hasta 2004 como Analista de Riesgo de Mercado. En 2004 me mudé al banco Itaú BBA, también en Sao Paulo, como Analista Senior de Riesgo y Control.
También hice una especialización en negocios, ya que yo tenía el título de ingeniera. En 2006 hice un Máster en Financial Management, en el IE Business School de Madrid. Después de graduarme, en 2007, entré al Deutsche Bank en Londres, donde he estado trabajando hasta ahora.
¿Cómo fue el salto de Sao Paulo a Londres? ¿Ha sido difícil tener éxito en un mercado tan diferente?
El salto no fue tan difícil, porque ya tenía experiencia internacional en bancos. Pero muchos aspectos culturales me afectaron, como el lenguaje, las horas de trabajo y los backgrounds de los compañeros de trabajo.
No ha sido fácil conseguir el éxito en este mercado, principalmente porque comencé a trabajar en el Deutsche Bank en 2007, justo antes de la crisis. El rol de los servicios financieros y el marco regulatorio han ido cambiando rápidamente en los últimos cuatro años, y mi estrategia clave ha sido adaptarme rápidamente a esos cambios.
¿Ha sido difícil trabajar ahí siendo una mujer latinoamericana?
Comencé mi carrera en el mundo financiero de Brasil, donde ser latinoamericana y hablar portugués y español son ventajas competitivas. El hecho de ser mujer no es un tema, aunque en el mundo financiero todavía hay una gran mayoría de presencia masculina.
Mi trabajo nunca ha sido más difícil por ser mujer y latina. Esta no es una carrera fácil, pero creo que es una cosa de trabajar duro y demostrar que sobrepasas las expectativas. Además, teniendo buenas habilidades comunicaciones y sabiendo cómo interactuar con personas de diferentes culturas te ayuda a romper cualquier tipo de parcialidad inconsciente de la gente.
¿Tuviste que trabajar el doble que los hombres para estar ahí?
No se trata de trabajar el doble, pero sí de ser igual o más competente. Tenemos que romper ese paradigma de que el mundo financiero es un mundo de hombres. Las mujeres, en general, son excelentes administradoras de dinero. Si miras, por ejemplo, en microfinanzas, puedes ver que hay excelentes Ventures hoy en día que han sido creados por mujeres. Definitivamente hay espacio para que las mujeres crezcan en los servicios financieros.
¿Y cuál crees que es la tendencia para los próximos años?
La foto del mundo financiero ha cambiado bastante desde que empecé. A nivel inicial, proporcionalmente, veo a más mujeres que hace 10 años, que son muy calificadas y brillantes.
Eso cambia al ir subiendo en la organización, aún se ven muy pocas mujeres en niveles de liderazgo. Es entendible que eso pase, porque las mujeres en cierto punto, quieren priorizar la familia. En Londres, donde trabajo, hay muchas iniciativas para reclutar, retener y promover a más mujeres mediante contratos flexibles (en términos de horas y lugar de trabajo), programas enfocados a ubicar y apoyar talentos para una creciente comunidad de mujeres de negocios.
¿Cómo ha sido para ti la competencia con los hombres?
Competimos con los hombres desde la infancia, lo que tampoco cambia en la universidad. Estudié ingeniería informática, en mi clase éramos 10% de mujeres, y todas nos graduamos al mismo tiempo, e incluso antes, que mis compañeros. En el posgrado también ellos eran la mayoría, y en el trabajo, muchas veces he sido la única mujer del equipo.
Una de las cosas que he aprendido en este trabajo es que no hay expectativas de que te comportes como un hombre, sino que como una mujer profesional. En muchos casos, competir con otras mujeres puede ser mucho más difícil que competir con hombres. Las mujeres que sobresalen en muchas carreras suelen ser extremadamente inteligentes, saben lo que quieren y venden su marca personal. Competir con hombres y mujeres suele ser muy positivo, te fijas tus límites y das mejor uso a tu tiempo y tu energía.
¿Cuáles son los requisitos para ser exitosa en este ámbito?
La gente que se dedica a las finanzas está rodeada de gente brillante, entonces debe trabajar duro y caminar millas extra para llegar al éxito. Hay que tener un plan de carrera y saber adaptarse a los cambios que estén dentro o fuera de control, como una crisis financiera por ejemplo.
Creo que es importante tener un mentor, alguien que se admires y pueda dar una guía para la propia carrera. También se debe estar abierta a las críticas, tener habilidades de networking y el know how para controlar el temperamento.
¿Qué habilidades o características propias favorecen más a las mujeres que a los hombres en el mundo financiero?
Las mujeres tienden a poner mayor atención a los detalles y eso es crucial para las finanzas. En general, se les hace menos difícil pedir ayuda a los demás. También es más fácil para ellas reconocer las debilidades propias y trabajar por solucionarlas. Además, son multi-tasking, es decir, pueden hacer varias cosas a la vez y también son más cooperadoras.
Hace poco leí una investigación que dice que las mujeres tienen mayor cuidado al tomar riesgos que los hombres, y que tal vez, si hubiesen habido más mujeres en las finanzas, se podría haber evitado la crisis financiera. ¡Es una buena teoría!.
¿Y por qué elegiste trabajar en los servicios financieros en vez de elegir otra carrera?
Es un ambiente muy dinámico y excitante, donde hay siempre desafíos y nuevas cosas que aprender. Hay mucho espacio para la creatividad empresarial, y se puede progresar muy rápidamente en la carrera. La gente que trabaja en los servicios financieros tiende a ser muy energética y entusiasta con sus trabajos. Yo no me puedo ver haciendo otra cosa.
¿Cómo haces compatible tu vida familiar con la personal? ¿Tienes hijos?
En los servicios financieros y la banca es común trabajar muchas horas y por eso se debe aprender a optimizar el tiempo. En promedio, trabajo de 9 a 10 horas diarias. En un mes, en general, hay dos semanas donde tengo mucho trabajo, y dos semanas donde me puedo dedicar a mis hobbies y otras cosas.
El balance vida-trabajo es fundamental porque te hace física y mentalmente saludable, eres más productivo y una persona más interesante. Aún no tengo hijos.
¿Cuáles son los problemas más comunes para hombres y mujeres? ¿El estrés, por ejemplo?
Todo profesional tiene un factor de estrés. Depende de las metas personales y lo alto que se quiera llegar, el nivel de presión que se ejerza sobre uno mismo. Teniendo eso en cuenta, se debe encontrar una forma para controlar el estrés, antes de que éste lo controle a uno.
¿De dónde sacas la energía para trabajar en este mundo tan demandante?
La energía que tengo la saco del amor por lo que hago, y además tengo el apoyo de familia y amigos que siempre están ahí para mí y celebran mi éxito con una motivación increíble. Otra cosa que sirve mucho para mantener los niveles de energía es llevar una vida saludable, con ejercicios, una buena dieta y dormir las horas necesarias.
¿Crees que hay más latinoamericanos (hombres y mujeres) que antes en estos mercados?
Veo que están llegando más latinoamericanos al servicio financiero de Londres. Esta ciudad es muy multicultural, con gente de todo el mundo, y el centro financiero de Europa.
¿Por qué crees que eso pasa?
Si ves el perfil de la mayoría de países latinoamericanos de los últimos 30 años, puedes ver que en todos los niveles la educación ha mejorado. En las escuelas de negocios internacionales también ha aumentado el número de estudiantes, lo que demuestra que con más educación se puede ser más cualificado para competir en los mercados internacionales.
Otra cosa que favorece a los latinos es su facilidad para lidiar con entornos de crisis, habiendo superado los desafíos económicos de sus países en las últimas décadas. Esas realidades hacen tener menos miedo de los cambios, la mente más abierta, la ansiedad por surgir y hacer la diferencia en el mundo.