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Mujica es "un viejo guerrillero de habla vulgar", según ex presidente Sanguinetti
Viernes, Febrero 19, 2010 - 05:35

El ex mandatario uruguayo aclaró que "la falta de formación no es descalificante para alcanzar las alturas políticas", al referirse al triunfo electoral del líder del Frente Amplio.

Montevideo.  El ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti se refirió a la figura del presidente electo del país, José Mujica, al que calificó de "un viejo guerrillero, de aspecto desaliñado y habla vulgar".

En una columna que escribió para el diario español El País, el ex mandatario habló de los líderes de la región y su formación profesional.

En ese sentido, Sanguinetti indicó que “la falta de formación no es descalificante para alcanzar las alturas políticas” al referirse al triunfo electoral del líder del Frente Amplio.

Para Sanguinetti, la ciudadanía se orienta “mucho más hacia la búsqueda de la confianza personal y de un espíritu de solidaridad con los más desposeídos” que termina siendo más concluyente que las capacidades.

"Lo que sí resulta notorio es que el debate de ideas ya no es el centro de las motivaciones del voto. Las oposiciones en blanco y negro de estado versus mercado, privatizaciones versus empresas estatales, estado providencia versus estado mínimo, han ido cediendo paso a rumbos mucho más matizados, en los que está claro que ninguna receta extrema resulta efectiva en los hechos", agregó.

El ex mandatario explica que con el gobierno de Tabaré Vázquez, "un médico cuidadoso de las formas", la izquierda giró hacia el centro. Tras ese proceso, "no tuvo problemas para reiterar su mayoría con un candidato totalmente opuesto, en el que el discurso de ideas se sustituía por una imagen de emociones simples, identificadas con el destino de los más comunes", indicó.

Sanguinetti explicó que votar a un candidato sin formación suficiente no es un valor, aunque señaló que descalificarlo por falta de universidad también es un prejuicio, “muy afín con las risas que burlaban a Sancho en su Ínsula de Barataria cuando ofrecía lecciones de buen sentido común”.

"Que son cambios, son cambios. Las lealtades partidarias no son tan firmes y las figuras personales, más decisorias. Éstas, a su vez, valen más por su forma que por su sustancia. Por formación, no me entusiasma demasiado esta inclinación. Pero allí está y más vale encararla con madurez antes de seducirse ingenuamente o rechazarla por instinto", concluyó.