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My Job Company: cuando la recomendación se paga
Miércoles, Abril 24, 2013 - 16:54

La plataforma de reclutamiento online en base a recomendaciones inició sus operaciones en Chile, y sus fundadores ya analizan expandirse a Colombia, en América Latina, y a Alemania, Austria, Inglaterra, Italia y Suiza, en Europa. A continuación su historia.

El sector de los Recursos Humanos suele acoger cada cierto tiempo emprendimientos donde el foco está en mejorar los procesos de búsqueda de talento. Las alternativas generalmente apuntan a ayudar en este tema a los más jóvenes y a los más adultos, así como permitir digitalizar el proceso de reclutamiento para complementarlo con los sistemas más tradiconales. Y la oferta de estos emprendimientos responde a la demanda que, por cierto, está surgiendo con éxito en las economías que no han sido perjudicadas con la crisis económica y donde varias de sus empresas barajan la opción de aumentar el número de empleados.

Las empresas de headhunting en América Latina concuerdan en que existe un movimiento significativo en algunos sectores económicos de América Latina. Un panoraman que de seguro llama la atención de compañías en etapa de crecimiento, como lo es My Job Company, que nació en Francia de la mano de Alexander Theis, Gregory Herbe, Boris Sirbey y Cedric Cohen Lemberg, y que acaba de ser lanzada en Chile este martes 23 de abril.

La empresa llegó a tierras chilenas, a meses de su inicio de operaciones en Francia, seleccionada por la incubadora 3IE de la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM) en diciembre de 2012, precedida por su éxito en Europa: en poco más de un año tuvo 10.000 difusores y cientos de personas reclutadas, generando casi 200.000 € (US$ 260.000). “De los más de 300 proyectos que nos llegaron, seleccionamos 50 con los realizamos una actividad llamada Booster Camp, durante tres días y dos noches los emprendedores trabajaron su proyecto a través de asesoramiento con consultores, de los que finalmente fueron escogidos 17, los que obuvieron financiamiento de Subsidio Semilla de Asiganción Semilla (SSAF)”, explica Jaime Arnaiz, gerente general del instituto 3IE.

Del total de los emprendimientos seleccionados, tres eran extranjeros, entre estos estaba My Job Company, respresentado en Chile por Alexander Theis. Conociendo entonces un poco más el panorama local, Theis comprobó que las mismas necesidades que habían dado vida a la empresa en Europa lo harían en América Latina. “El reclutamiento de personas es aún insuficiente. Un ejemplo es el sistema que utilizan las plataformas tradicionales, donde se paga por anunciar y no por un servicio que sea efectivo”. En cambio, de acuerdo con el modelo de la empresa, “las compañías sólo pagan cuando reclutan a la persona que están buscando”. Es lo que llama Theis un sistema de remuneración por recomendación, “en que la firma establece un precio determinado por un puesto que quiere cubrir y donde quien difunde la oferta recibe un porcentaje de la comisión”.

Según el emprendedor, la empresa se puede complementar con los sistemas tradicionales, como son las bolsas de empleo y las consultoras de headhunting. En el caso de estos últimos, Theis dice que “mediante nuestro sitio web maximizan su tiempo y optimizan el proceso de reclutamiento”. En cuanto a las plataformas de búsqueda de empleo online, también existe un trabajo en conjunto positivo. “Como ejemplo, en Europa estamos trabajando con una firma que incluyó nuestra herramienta en forma de marca blanca – es un software de service que lo incluyen con su propio nombre y que la utilizan para dinamizar su sitio web y viralizar sus ofertas -para mejorar su servicio”.

Con todo, en la empresa piensan expandirse en América Latina, donde Colombia asoma como el próximo destino. “Nos interesa por sus números macro en términos del mercado laboral, uso de redes sociales, pago online, entre otros”. Theis agrega que “nosotros trabajamos con financiamiento independiente para diversificar el riesgo de inversión. Trabajamos con fondos Corfo así que no somos parte de la inversión europea”.

Sobre su acción en el mercado europeo, Alemania, Suiza y Austria, además de Italia e Inglaterra, son los países escogidos. En estas latitudes lo harán de la mano de Paris Business Angels, “quienes invirtieron hace tres meses 650 mil €, poco más de US$ 846.000”.

Este es sólo un ejemplo de las varias nuevas empresas que surgen en el mundo, y que lo están haciendo, sobre todo, en la región, de la mano de iniciativas como la de Start Up Chile o Innpulsa Colombia, que buscan levantar emprendimientos que den solución a problemas de mayor alcance. En Brasil, por ejemplo, la Coalición Brasileña contra la Corrupción Amarribo junto con la Contraloría General de la Unión, lanzaron en 2012 un concurso de emprendimiento social, donde se buscaban proyectos innovadores para incrementar la transparencia, reforzar el control social y combatir la corrupción. Así también el apoyo se ha presentado a través de empresas e incubadoras. Estas últimas son muchísimas en el mundo y en América Latina. Por lo menos en Chile estan las asociadas a universidades, como el 3IE vinculado a la UTSM, IncubaUC a la Católica, UDD Ventures a la del Desarrollo, entre otras. Así como aquellas con alcance regional y global, donde se sitúan la impulsadora de negocios tecnológicos Wayra y la global Endeavor.

El caso de My Job Company se suma a los varios proyectos que llegan de mano de los varios extranjeros que han aterrizado en América Latina. Francisco Martínez, subgerente de Emprendimiento de la Corporación de Fomento de la Producción en Chile Corfo, destaca lo que ha pasado con el Star Up Chile, diciendo que “esto habla muy bien de la impresión que tienen en el extranjero del país, varios emprendedores se han instalado en Chile para llevar a cabo sus proyectos. En esta convocatoria recibimos propuestas de 78 países, más de 1.500 postulaciones”.

Pero los beneficios no recaen únicamente sobre los extranjeros, sino también en los nacionales, porque según dice Martínez, “los emprendedores chilenos intercambian conocimientos, se nutren de la experiencia de aquellos que muchas veces son un referente mundial. Esto eleva la calidad”.

Este clima de emprendimiento también ha dado paso para que se vayan llevando a cabo cambios en algunas incubadoras, como ocurre en el 3IE, donde su gerente general relata que “se redujo el tiempo de incubación de casi tres años a no más de 12 meses. Nuestro lema es falla rápido, falla barato. Así las medidas se toman a tiempo para que no se gasten más horas ni dinero, de forma que puedan volver a emprender”.

Finalmente, a modo de reflexión, Martínes de Corfo, explica que Chile funciona como un centro para los emprendedores, pues resulta el puente para expandirse en otros países de la región con mercados más grandes, como son Argentina, Brasil y Colombia. A raíz de esto, Martínez dice que “buscamos proyectos que puedan traspasar las fronteras chilenas y que logren beneficiar al país, porque tendremos una base en Chile. Se necesita que busquen solución a problemas para un gran grupo de personas, de forma de ser adquirido por el mercado. La idea es que piensen en grande y se atrevan”.

Autores

Daniela Arce