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Analistas: planes portuarios argentinos no tienen vuelta atrás
Martes, Julio 15, 2014 - 10:34

Las razones que atiende Argentina son comerciales y responden a una cuestión interna, más allá de si afecta o no a Uruguay.

El nuevo canal que busca Argentina se hará. El futuro dragado en el Río de la Plata, y que afectaría a los puertos uruguayos, se llevará a cabo porque forma parte de una nueva política global de logística que, como Estado, los argentinos buscan establecer. Los analistas y académicos consultados por El Observador concuerdan en observar que, más que una nueva puñalada a Uruguay, la traza que busca el vecino país forma parte de un plan más ambicioso que trasciende al kirchnerismo.

Las razones que atiende Argentina son comerciales y responden a una cuestión interna, más allá de si afecta o no a Uruguay. Para Ramiro Podetti, catedrático del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Montevideo (UM), no se puede hablar de “agravio” respecto a los últimos movimientos argentinos.

“La resolución de construir un nuevo canal de acceso al Río de la Plata, o la de restringir los transbordos de cargas argentinas, son disposiciones que atienden a intereses comerciales. Se puede discutir si Argentina está ajustándose o no a los acuerdos vigentes, e incluso si esas políticas están dentro del espíritu de entendimiento y complementación que inspiraron el Tratado del Río de la Plata, el Estatuto del Río Uruguay y otros acuerdos que involucran a los dos países, pero no considerarlos como ‘agravios’ a Uruguay”, señaló el académico.

Gonzalo Oleggini, director de la licenciatura en negocios internacionales e integración de la Universidad Católica, dijo que las disposiciones de Argentina se enmarcan en un plan nacional de logística que supera los límites del kirchnerismo y atañe a todos los partidos políticos. La visión a nivel político es que, relató el académico que en el pasado trabajó en comercio exterior, se pasaron años “dándole de comer a Montevideo” y ahora es para ellos tiempo de desarrollar un plan propio de desarrollo portuario. “Es un tema de Estado” que, claro está, “choca contra nuestros intereses”.

“¿Están mal lo que hacen? No. ¿Nos matan? Sí. Está clarísimo, de principio a fin. Pero es parte de las reglas de juego de un país que antes no hacía nada (en asuntos logísticos). Se trata de una política de logística que habían desechado y ahora la van a hacer. No podemos hacer nada”, aseveró. El académico manifestó que en esa línea actuaron para decretar que la carga de exportación argentina transbordase en puertos uruguayos, la reducción de los convoyes en el río Paraná que rumbean hacia Nueva Palmira y esta última idea de construir un nuevo canal en el Río de la Plata.

El nuevo trazado se ubicaría más hacia el sur y sustituiría al canal Punta Indio, traza que ambos países comparten y que une a los puertos de Montevideo y Buenos Aires. El canal que Argentina pretende construir –días pasados hizo el llamado a licitación– aislaría a los puertos locales, según agentes portuarios. Argentina asegura en base a un documento de noviembre de 2006 que Uruguay avala la construcción del canal. El gobierno uruguayo rechaza esa idea.

Oleggini entiende que las 40 preguntas extendidas a Argentina por parte de la delegación uruguaya ante la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP), pueden ganar tiempo para negociar, pero los argentinos no dejarán de seguir adelante en procura de su fin. “Ellos dicen, ‘discutimos, pero seguimos construyendo’. Como hizo Uruguay con la planta de UPM”, dijo Oleggini. “Si Argentina no negocia algo que una corte ordenó (en referencia a los llamados ‘fondos buitres’), en donde hace creer a la tribuna que pone las condiciones, no va a negociar otras cosas. Uruguay no podrá obtener absolutamente nada a cambio”, insistió el docente de la Universidad Católica.

Podetti, de la UM, entiende que las consultas hacia el gobierno argentino “es la forma en que corresponde actuar” al hallarse ante una “gran obra” sobre el río. Recalcó en el derecho que tiene Argentina para pensar en un emprendimiento de este tipo. “Argentina está en todo su derecho de diseñar infraestructuras y logísticas que optimicen sus rendimientos comerciales, pero es de sentido común que debe tomar en cuenta los intereses que afecta en la otra parte: ése es el espíritu y la letra del Tratado del Río de la Plata”.

Isabel Clemente Batalla, coordinadora del programa de estudios internacionales de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, especificó que Uruguay “no tiene otros medios” para rechazar las resoluciones argentinas sobre los puertos del país más allá de los que “están contenidos en las estipulaciones del Tratado del Río de la Plata”.

“Si las medidas de Argentina representan violaciones evidentes de ese tratado, podría como ya hizo Argentina en el caso de UPM, acudir al Tribunal de La Haya, pero la efectividad de ese mecanismo es discutible, entre otras razones por el tiempo que toman los fallos de la Corte”, señaló. Clemente Batalla, de todos modos, no ve factible que el gobierno uruguayo siga “esa línea de acción”.

Relación “marginal”. Washington Durán, directivo de la Cámara de Industrias, dijo a El Observador que ya es hora de que Uruguay negocie con Argentina con todos los temas sobre la mesa y pidió que se deje de apoyarlos en cualquier ámbito. “Somos demasiados ingenuos. Argentina tuvo el problema con los tenedores de bonos e inmediatamente salimos a darles razón y le redactamos la moción en la OEA junto con Brasil. No es así”. Durán volvió a denunciar las trabas hacia las importaciones por parte de Argentina. “Lo que queda de exportación hacia Argentina es marginal, es de apenas US$ 400 millones anuales. Este año, respecto al pasado, venimos con una caída de 20% en la relación comercial”, dijo.

“Fantasmagórico”. El analista argentino Claudio Fantini señaló que el punto débil del gobierno argentino, a nivel diplomático, es mantener varios frentes abiertos, como sucede con Uruguay. Fantini dijo a El Observador que las preguntas presentadas ante la CARP, más que un contragolpe, responden a una “búsqueda de un acuerdo en el marco de una negociación; en todo caso, un levantar la guardia en defensa propia”. En cuanto a las trabas comerciales de Argentina, señaló que son una de las principales causas por las que el Mercosur se ha vuelto “fantasmagórico”.

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