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Anatomía Chile, un emprendimiento de huesos, cráneos y órganos
Martes, Agosto 5, 2014 - 17:54

Una joven y busquilla empresaria se convirtió en la letal competencia de grandes empresas que importan estos materiales de estudio. La clave del éxito en la Pyme Anatomía Chile, dice, fue mejorar la oferta de un producto que llegaba a Chile a precio de "hueso santo".

En una tranquila calle de La Cisterna, fuera de la oficina de Carolina Benítez, un par de escolares se empinan en puntas de pies y se dan de codazos. Uno de ellos asegura que un esqueleto los saluda desde la ventana con una sonrisa de 32 dientes. Desde dentro, la joven empresaria que se especializa en traer elaboradas piezas de estudio para estudiantes de medicina y veterinaria, repasa su curioso inventario: cráneos humanos, huesos, ojos, pulmones, corazones, torsos y otras tripas fabricadas de manera hiper realista en PVC que le encarga una clientela fiel y variada.

Anatomía Chile, el pequeño negocio de modelos anatómicos de Carolina apenas cumple un año y se acerca a una cima comercial que ella no sospechaba cuando se decidió a incursionar en el rubro. "Hace poco, mientras mi marido estudiaba veterinaria, noté lo difícil que es para estudiantes de las ramas de la biología encontrar modelos anatómicos de calidad para sus estudios. Me refiero a reproducciones de huesos, órganos y otras piezas que fuesen fieles y que estuviesen a precios accesibles. Me di cuenta de eso la vez que él tuvo que ir a Argentina a buscar un cráneo porque acá en Chile los que traen las grandes empresas desde Alemania son carísimos y por su precio no parecen estar orientados a un mercado de estudiantes", dice Carolina, decoradora de interiores y peluquera canina, acerca de un producto que quizás un médico puede pagar pero pocas veces un candidato a la lucrativa carrera.

Si al precio actual de los modelos sumamos el hecho de que conseguir piezas reales en los cementerios, según la vieja usanza, es un delito, la necesidad del estudiante se volvía una oportunidad dorada para el emprendimiento de Carolina, quien desde niña dice haber incursionado en la venta de dulces, chicles y joyitas en el colegio, para tener una independencia económica. "Hasta cigarros vendía", se ríe.

"Un día me tomé el tiempo de rastrear proveedores mundiales de modelos anatómicos y decidí comprar una a una diferentes piezas para evaluar calidades, precios y tiempos de despacho. Después salí a ofrecer la mercadería a las universidades y capté que la necesidad era mayor de lo que yo pensaba", dice desde su bodeguita que parece el despacho del doctor Frankenstein.

Su escritorio está rodeado de 3 de estos esqueletos. A un costado la observa la calavera de un león, de un gorila y un tigre dientes de sable. El resto del decorado son reproducciones de ojos humanos, vaginas, diversos sistemas de órganos y el perfecto modelo de un feto.

"Muchas universidades cuentan con un solo modelo de cráneo, torso o pelvis para 30 alumnos, ponte tu. Tampoco son materiales que te presten para llevar a la casa para estudiar y jamás va a ser lo mismo estudiar los huesos de la muñeca, o la musculatura de un brazo desde un libro o una lámina respecto a la experiencia de la figura", dice Benítez sobre uno de los principales problemas de los alumnos que compran material hasta 50% más barato que en el resto del mercado.

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La ocasión hace al empresario. Desde el boca a boca y las redes sociales, la fama de sus productos empezó a trascender el espectro académico y sus piezas anatómicas también son hoy cotizadas desde regiones por clientes que van desde artistas en busca de inspiración, hasta programas de TV y comerciales que requieren de esta inusual utilería.

En el camino y sin querer, la microempresaria diversificó un rubro que aparentemente se enfocaba solo en esos estudiantes de educación superior. Mientras el dato de "los huesos de Carolina" corría entre los universitarios y profesores, también comenzaron a contactarla de colegios e institutos para equipar laboratorios de ciencias y otras disciplinas técnicas.

"Aparentemente los colegios están muy interesados en dotarse de estos modelos anatómicos para preparar a sus alumnos camino a la educación superior. Se han convertido en clientes muy exigentes que requieren todo tipo de órganos, sistemas del cuerpo y esqueletos completos", dice paseando sus dedos entre los cortes longitudinales de un hígado del tamaño de un filete. Todo en un pulido PVC. Incluso, algunos de los médicos que le compran material le han alertado de que otros modelos anatómicos de la competencia vienen con imperdonables imprecisiones en ranuras del cráneo o los huesos de la muñeca.

El mantra fundamental de todo negocio exitoso empieza con la misma fórmula: identificar una necesidad y solucionarla mediante el clásico ensayo y error. En el caso de esta dealer de huesos y órganos con código de barras, también hay algo de experiencia detrás.

"Cuando era estudiante y vendía joyas por ejemplo, evitaba los catálogos. Compraba el material y lo ofrecía en directo porque ahí se veía en terreno si el producto funcionaba o no. En el caso de los modelos anatómicos supe que había que traerlos porque no iba a funcionar si los ofrecía a través de láminas o una descripción solamente", cuenta como consejo a otros emprendedores.

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Aprender antes de emprender. Recomienda también ser consistente y realista porque por mucho que se tenga una idea con un público interesado, se debe contar con un capital inicial que permita sostener una primera etapa del negocio. Cualquier negocio. "No todo es tener las ganas", dice Carolina, que gastó una buena cantidad de tiempo investigando su producto, pero también ahorrando, trabajando y estudiando opciones de capitales semilla.

Carolina cuenta que aprovecha cuanta opción aparezca, además de cursos de capacitación de instituciones como Sercotec o Corfo para no dejar nunca de aprender. Desde un nuevo tipo de formulario hasta contratación de seguros o idiomas para interactuar mejor con sus proveedores. Tal como aprende con cada embarque que trae al país: desde nuevas funciones de órganos, relieves y glándulas que la fascinan toda vez que revisa su mercadería.

ambién ha tenido momentos de duda cuando le tocó enfrentarse a trámites donde nadie tiende una mano, recuerda la joven gerente. Se refiere a plantones interminables en oficinas de la Aduana, papelería escrita en una jerga incomprensible, timbres, trámites y ventanillas con horarios insostenibles que son un colador para muchos.

"Creo que una lección importante es que hay que aprender antes de emprender. Ahí sí son fundamentales las ganas, porque algo puede ser muy sencillo de aprender pero va a ser chino mandarín si no se tienen las ganas de progresar", dice y cita el ejemplo del día que se dio cuenta de la diferencia entre contar o no con un agente de aduanas.

El próximo capítulo de su negocio espera ir de la mano con los nuevos avances en la tecnología de modelos anatómicos: cada vez más realistas, con una estremecedora textura de piel en mamas o genitales para estudiantes que permitan palpar tumores y anomalías casi como en la vida real.

"La tecnología de los modelos anatómicos es tan realista que muchas veces cuando vienen estudiantes con sus papás, los más viejos se quedan afuera y no entran a la sala de ventas. Ven los esqueletos y los órganos desde lejos y no se atreven a pasar. Probablemente eso pasa porque relacionan todo esto con la muerte, los fantasmas y todo eso", reflexiona Carolina rodeando un esqueleto con el brazo. Allá afuera, en la vereda, un inspector del estado del agua se queda paralizado al ver una calavera sonriendo por la ventana.

Autores

Nación.cl