La huelga, que según proyecciones oficiales dejaba al Estado una pérdida acumulada de US$4 millones por impuestos y regalías, amenazaba con afectar a los mercados mundiales de zinc y plata, en los cuales San Cristóbal, del grupo japonés Sumitomo Corp., es un actor importante.
La Paz. La mina de zinc, plata y plomo San Cristóbal, la mayor de Bolivia, dijo este sábado que logró solucionar la huelga que la ha tenido paralizada por más de diez días, aunque líderes sindicales advirtieron que el acuerdo debía ser aprobado todavía por una asamblea de los obreros.
La huelga, que según proyecciones oficiales dejaba al Estado una pérdida acumulada de US$4 millones por impuestos y regalías, amenazaba con afectar a los mercados mundiales de zinc y plata, en los cuales San Cristóbal, del grupo japonés Sumitomo Corp., es un actor importante.
"Los trabajadores de Minera San Cristóbal levantarán las medidas de presión que asumieron desde el pasado 23 de marzo y, en consecuencia, se reanudarán las operaciones", dijo la empresa en un comunicado, sin señalar la fecha de vuelta a labores.
El acuerdo, que no resuelve las demandas de mejoras en los servicios sanitarios que desencadenaron la protesta pero abre una negociación "inmediata" sobre el tema, fue firmado este sábado con intervención del gobierno izquierdista de Evo Morales, agregó.
El secretario general de la Federación de Mineros de Bolivia, César Lugo, declaró a Reuters que la huelga sería levantada oficialmente sólo después de una asamblea general de obreros prevista para este domingo en la mina altiplánica ubicada a 500 kilómetros al sur de La Paz.
"Hemos firmado un acta de entendimiento que vamos a poner en conocimiento de la asamblea, y sólo si la asamblea la aprueba se reanudarán las labores mineras", señaló el dirigente, quien respaldaba al sindicato de mineros de San Cristóbal, que declaró la huelga tras la muerte de un obrero el mes pasado.
La mina San Cristóbal, con una producción anual de unas 600.000 toneladas de concentrados de plata-zinc y plata-plomo, exportó en el 2010 por valor de US$902 millones, aproximadamente la mitad de las ventas bolivianas de minerales no fundidos, según estadísticas oficiales.
Fuentes empresariales dijeron que San Cristóbal podría reanudar de inmediato sus exportaciones porque tenía almacenada una "importante cantidad" de concentrados.
