El concurso mercantil de Mexicana de Aviación y sus filiales se ha alargado por casi 29 meses sin que hasta el momento se cuente con una oferta seria de algún inversionista para su regreso al mercado.

Los nulos resultados que ha tenido hasta el momento la convocatoria abierta que lanzó la juez del concurso mercantil de Mexicana de Aviación, Edith Alarcón Meixueiro, al sector inversionista para capitalizar a la aerolínea podrían permitirle alargar nuevamente el tiempo de vida del proceso si al final de la semana no llega ningún interesado y si esta autoridad así lo decide, pues la ley se lo permite.

En entrevista con Excélsior, Griselda Nieblas, directora general del Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles (Ifecom), indicó que Alarcón y el resto de los jueces cuentan con facultades para actuar discrecionalmente según la valoración que ellos realicen del proceso.

“Hasta el momento no podemos saber si va o no a hacer uso de esta atribución de acuerdo a lo que le presenten los interesados o lo que dejen de hacer”.

Nieblas indicó que esta discrecionalidad no es sancionada ya que la ley la permite siempre y cuando el juez exponga las bases legales para aplazar o no los tiempos del proceso.

“No sabremos cuál será la decisión de la juez hasta que concluya esta semana, pues de lo contrario sería especular”.

Reconoció que la opción de la quiebra siempre ha estado presente y es un escenario posible, “puede darse”.

Cabe señalar que la discrecionalidad de los dos jueces a cargo del proceso, es decir Alarcón Meixueiro como la de su predecesor, Felipe Consuelo, ha permitido que el concurso mercantil de Mexicana de Aviación y sus filiales se haya alargado por casi 29 meses sin que hasta el momento se cuente con una oferta seria de algún inversionista para su regreso al mercado.

Por su parte, Ricardo del Valle, líder de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación, indicó que tras la reunión que tuvo ayer con la juez ésta le confirmó que ningún inversionista se ha presentado y que confía que en los cuatro días que restan para que se venza el plazo pueda llegar alguno.