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Centroamérica prepara red eléctrica compartida
Viernes, Agosto 12, 2011 - 18:28

La largamente planeada red de torres, subestaciones y una línea de 1.800 kilómetros, que une a seis naciones en el istmo, tiene un avance del 88% y se espera pueda operar a mediados del 2012, dijo el director del proyecto José Enrique Martínez.

San José. Centroamérica alista el arranque de una red de energía compartida que reducirá costosas importaciones de crudo y colocará a la región en desarrollo por delante de Europa, en términos de integración eléctrica.

La largamente planeada red de torres, subestaciones y una línea de 1.800 kilómetros, que une a seis naciones en el istmo, tiene un avance del 88% y se espera pueda operar a mediados del 2012, dijo el director del proyecto.

"Realmente va a ser el proyecto de integración regional más importante (...) a nivel mundial. La Unión Europea no tiene un proyecto de integración energético de este nivel", dijo José Enrique Martínez, gerente general de Empresa Propietaria de la Red (EPR).

La compañía supervisa el proyecto conocido como Siepac.

EPR construye la red regional conectada a sistemas locales en Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, mientras que una agencia liderada por un consejo de miembros de cada país operará la línea.

El país más pequeño de la región, Belice, no está en el proyecto.

Todos los gobiernos han aprobado un tratado para crear un solo mercado de energía regional con un regulador conjunto, para que las empresas puedan comprar electricidad desde cualquier parte de la región.

El sistema compartido impulsará el acceso de los países a energía estable y más eficiente, clave para fábricas instaladas en Centroamérica que fabrican desde camisetas hasta equipo médico.

La demanda de electricidad -que se duplicaría para el 2022- está superando la capacidad de generación mientras que la vieja infraestructura causa apagones frecuentes.

La red Siepac, de US$494 millones, reducirá los costos de generación hasta en un 20%, según estudios elaborados por los planificadores del proyecto. Los fondos provienen de gobiernos, acreedores internacionales y empresas privadas.

La Unión Europea también está apostando a una integración energética, pero no proyecta un mercado común para la electricidad y el gas hasta el 2014.

Largos retrasos. El sueño centroamericano de integración energética tiene años pero la obtención de derechos sobre tierras, reglas del mercado y temas ambientales han retrasado el desarrollo.

La meta es ayudar a la empobrecida región a disminuir su gasto en la importación de crudo, que tuvo un costo estimado de US$8.900 millones el año pasado, según Naciones Unidas.

La línea principal de 300 megavatios podría aumentar la actual capacidad de trasmisión de América Central en casi ocho veces, de acuerdo con un estudio. Una segunda fase del proyecto, que podría demorar una década, espera duplicar la capacidad a 600 megavatios.

Centroamérica también está invirtiendo fuertemente en nuevas y más potentes plantas para generar más electricidad que podría negociarse de ida y vuelta a través de la red.

Las naciones destinarán aún más recursos a proyectos para impulsar el potencial de la región montañosa y volcánica para energía hidroeléctrica, geotermal y eólica en el futuro.

Los precios en el mercado regional se negociarían entre vendedores y compradores aunque los términos de los contratos y las reglas de exportación aún se están delineando.

La línea también lleva fibra óptica, que podría mejorar las conexiones de telecomunicaciones regionales.

El proyecto es considerado como un paso crítico para la integración de las economías centroamericanas, ya vinculadas por un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.

Pero persisten las dificultades. "El problema es que se tienen seis países diferentes con intereses particulares todos los días", dijo Jeremy Martin, director de un programa de energía en el Instituto de las Américas de la Universidad de California, en San Diego.

"El reto en suma es hacerlos pensar en los beneficios de largo plazo frente a los costos de corto plazo", agregó.

En Costa Rica, la terminación de una porción considerable de la línea energética pende de la resolución de asuntos ambientales en las cortes.

Las regulaciones de mercado -que ya han adoptado los vecinos de Costa Rica- avanzan lentamente en el Congreso.

"Yo pienso (que es una) lástima que no se adelantó 20 años el proyecto, pero más vale tarde que nunca," dijo Hugo Ventura, jefe de la unidad de energía y recursos naturales de la Cepal.

Autores

Reuters