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Certezas e incertidumbres para la campaña triguera en Uruguay
Viernes, Mayo 4, 2012 - 11:56

El área del cereal caerá y habrá otros desafíos en la próxima zafra de cultivos de invierno, fueron unas conclusiones del primer encuentro del ciclo Agro en Foco 2012.

"Yo sólo sé que no sé nada”. Ese dicho que el filósofo griego Platón atribuye a su maestro Sócrates bien puede ser la conclusión del debate sobre la próxima campaña de trigo, que se avecina con los cultivos de invierno, que se desarrolló en el primer encuentro del ciclo Agro en Foco 2012, en Young.

Antes que productores y técnicos se reunieran en el Teatro Atenas, de esa ciudad de Río Negro, ya se sabía que el área de siembra del cereal caerá en el año agrícola 2012/2013 que está por comenzar.

Lo que se sabe luego del encuentro organizado por Blasina y Asociados, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el diario El Observador, es que prima la incertidumbre sobre la próxima campaña triguera.

La causa principal es que entre los insumos que necesitan los productores para definir el negocio falta nada menos que el precio. Si bien se puede estimar que la tonelada de trigo se paga hoy a US$220 la tonelada, para hacer las cuentas del próximo cultivo el precio no está.

En esa dirección, en la jornada de Agro en Foco quedó clara la fuerza que hace el precio récord de la soja, que superó largamente los US$500 la tonelada y presiona a su favor cuando el agricultor mira el bosque y no sólo el árbol. Se puede decir que el precio de la soja (estimado a futuro a US$470 la tonelada) es más del doble que el del trigo.

La falta de precio y la cotización récord de la oleaginosa de verano son dos razones de peso para que los productores decidan bajar el área y apostar a la soja.

El director de Blasina y Asociados, Eduardo Blasina, estimó que el área de trigo caerá “a 450.000 hectáreas o menos” desde las 589.900 hectáreas que reportó la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) en su última encuesta de febrero pasado.

Blasina afirmó que la mayor parte de las chacras que no harán trigo pasará a soja de primera, la segunda mayor fracción será destinada a la cebada, que crecerá en superficie y una parte menor se destinará a colza.

En el escenario “desafiante” que planteó Blasina, debido al precio de la soja, la pregunta que surgió fue para qué hacer cultivos de invierno. Mencionó que trabajar en productividad achata los precios, pero el cultivo que no sigue el ritmo de producción pierde porque los costos suben, el precio de las rentas juega su papel y la energía es cada vez más cara. Agregó que los costos de producción seguirán altos.

En el escenario actual, cuando se aproxima el comienzo de una nueva campaña, los números del trigo “están muy finos”, coincidieron todos en Agro en Foco.

Para Blasina, el cereal no puede competir con la soja, y es posible que al final de la zafra termine con un “empate”.

Al reafirmar esa realidad, el asesor CREA César Mosca, quien también realizó una disertación donde analizó los números de los grupos CREA, dijo que si se redujera 5% el precio de los insumos y otro tanto el precio de la contratación de maquinaria, “la rentabilidad sobre el capital invertido pasaría de cero a 4,2%”.

“Excepto en tres escenarios”, alentó Blasina, dado que se obtenga un muy buen rendimiento, que haya una baja fuerte del área sembrada en Argentina y Brasil o que haya “un cisne negro” en el mercado mundial, como una sequía que afecte la cosecha del hemisferio Norte.

Hubo unanimidad al final de la jornada en el Teatro Atenas de Young, que contó con el apoyo del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y de la Federación Uruguaya de grupos CREA (Fucrea), que este año hay que hacer el trigo en las mejores tierras, que ofrecen un alto potencial de rendimiento, y sembrar en fecha.

En conclusión, a las puerta de una nueva campaña de cultivos de invierno hay incertidumbre sobre cómo terminará la zafra de trigo, cereal del que habrá un área menor y similar a la campaña 2010/2011, y existirá una oportunidad para diversificar.

Ello se reflejará en un crecimiento de la superficie de cebada (para las malterías, forrajera y para exportar como grano) y de la colza, la oleaginosa de invierno que seguirá incrementando su área. Al final, contradiciendo al filósofo griego, algo sabemos.

La fertilización es clave. El representante de la Facultad de Agronomía de la Udelar, Esteban Hoffman, dijo durante una disertación en Agro en Foco que “se puede ser mejorando” la producción de trigo en el país “eliminando defectos de producción, levantando el piso” y agregó que, “el manejo del cultivo debe apuntar a bajar el riesgo climático y posibilitar la expresión de la mejor genética”.

En su intervención en el Teatro Atenas de Young, el técnico remarcó la importancia de los nutrientes en el suelo y dio un ejemplo, al decir que “en chacras de nueve años de agricultura continua, echando azufre más potasio, más nitrógeno más urea, se duplica el rendimiento”.

Hoffman invitó a pensar en “qué pasa con las fechas de siembra, con el clima, con el potencial genético y con el efecto chacra” y recordó que Uruguay “en 15 años dejó de laborear la tierra y en siete años desaparecieron las pasturas”.

“¿Qué podemos esperar luego de sumar años de agricultura continua en siembra directa sin pasturas?”, se preguntó Hoffman, y respondió que “hay que fertilizar cada vez más nitrógeno para obtener los mismos rendimientos”.

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