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Chevron mantiene lucha en caso por supuestos daños medioambientales
Sábado, Agosto 28, 2010 - 11:29

Campesinos locales y tribus nativas reclaman al gigante petrolero estadounidense, Chevron Corp, financiar la limpieza de las zonas que dicen que fueron contaminadas por prácticas inadecuadas de perforación en las décadas de 1970 y 1980.

Lago Agrio, Ecuador. Un deteriorado edificio judicial queademás alberga el casino local en la ciudad ecuatoriana de Lago Agrio,en la selva del Amazonas, es la insólita sede del mayor juicio pordaños ambientales de la historia.

En el primerpiso, la gente juega por centavos en el bingo The Mirage y en la salade tragamonedas. Tres pisos más arriba, en la corte provincial deSucumbios, hay US$27.000 millones en juego.

Esemonto es el que le reclaman los campesinos locales y tribus nativas algigante petrolero estadounidense Chevron Corp para financiar lalimpieza de las zonas que dicen que fueron contaminadas por prácticasinadecuadas de perforación en las décadas de 1970 y 1980.

Lapintura está rajada y despegándose en las oficinas del juez del cuartopiso con vista a Lago Agrio, una pobre y violenta ciudad del norte deEcuador cercana a la frontera con Colombia.

Loscortes en el suministro eléctrico detienen los equipos de aireacondicionado del edificio y hacen sudar a apostadores y funcionariosjudiciales, mientras el magistrado Leonardo Ordoñez revisa miles depáginas de evidencias.

El juez dice que se llegará a un veredicto en el 2011, tras 18 años de litigio en las cortes de Estados Unidos y Ecuador.

Amedida que se acerca el fallo, cada lado acusa al otro de presentarevidencias fraudulentas, mientras que en Estados Unidos y Europa hay unmontón de acciones legales relacionadas en curso.

Losinversionistas y la industria del petróleo están atentos a ver siChevron tiene que pagar una indemnización por los enormes dañoscausados, lo que sentaría un precedente que podría avivar otras grandesdemandas contra las compañías petroleras acusadas de contaminar en todoel mundo.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se ha solidarizado públicamente con los demandantes.

La compañía -que acusó al gobierno de interferir- promete apelar cualquier decisión adversa.

Laquerella dice que Texaco -una petrolera que Chevron compró en el 2001-daño grandes zonas de la jungla ecuatoriana al verter desechos de laperforación en pozos no pautados y dejarlos pudrirse, una acusación quela compañía rechaza.

Chevron dice que limpiótodos los pozos de los que era responsable antes de entregárselos a lafirma petrolera del estado ecuatoriano, Petroecuador, que todavía operaen Lago Agrio.

"Si hay contaminación en esta zonaes responsabilidad únicamente del Estado, que en 1998 liberó a Texacode toda responsabilidad", dijo el portavoz de Chevron, James Craig,quien apuntó hacia uno de los pozos de residuos limpiados por Texaco.

Texacoconstruyó y operó más de 330 pozos en Ecuador, cada uno de los cualestenía al menos una laguna de reserva cerca. La suciedad que seencuentra inmediatamente debajo de la superficie de algunos antiguospozos de residuos todavía tiene un brillo negro y tiene el hedorlacrimógeno del petróleo.

La demanda menciona a46 personas que afirman representar a todos los residentes de la zonaque podrían haber sufrido a causa de la contaminación.

Losdemandantes no están buscando recompensas individuales sino dinero parafinanciar la limpieza del medio ambiente, como así también proyectos desalud y potabilización de agua.

"Queremos que eldinero sea destinado a una solución permanente", dijo Carmen Pérez,cuya pequeña granja de maíz está cerca de una serie de pozos deresiduos de perforación que todavía huelen a petróleo y, dice la mujer,le hacen padecer dolores de cabeza crónicos.

¿El Chernobyl del Amazonas? Los analistas dicen que el caso podría tener mayores implicancias.

"SiChevron pierde el caso, podría sentar un precedente para casossimilares en otros países contra no sólo Chevron sino otras compañíaspetroleras internacionales" dijo Fadel Gheit, director general deinvestigaciones en petróleo y gas de Oppenheimer & Co.

"Podríadesencadenar un aluvión de reclamos similares, empezando en Nigeria,donde Royal Dutch Shell está siendo acusada de daño ambiental", dijoGheit desde su oficina en Nueva York.

La saga legal de Ecuador comenzó en 1993 cuando se presentó una demanda contra Texaco en una corte federal de Estados Unidos.

Elcaso fue rechazado en una apelación en el 2002 con la condición de queTexaco acate la jurisdicción ecuatoriana si fuese acusada allí.

Al año siguiente se presentó una demanda en Lago Agrio, esta vez contra el nuevo propietario de Texaco, Chevron.

Unas200.000 páginas de documentos y 64.000 muestras químicas conforman laevidencia mientras que las intrigas del caso han llegado a asemejarse auna suerte de película de suspenso de Hollywood.

Unjuez anterior se excusó de escuchar la demanda el año pasado después deser grabado hablando del caso con una pareja de personajes oscurosquienes lo registraron en video sin que se diera cuenta con cámarasocultas en un reloj pulsera y una lapicera.

Uno de los hombres que grabó el encuentro, un ex contratista de Chevron, fue sacado inmediatamente de Ecuador por la compañía.

Laquerella dice que la grabación secreta fue un intento de Chevron porretrasar el juicio, una acusación que la compañía rechaza.

Mientrastanto ha surgido una industria local en torno al caso, con querellantesque proveen a reporteros de gruesas carpetas llenas de información queresponsabiliza a Texaco/Chevron por lo que ellos denominan el"Chernobyl del Amazonas", y ofrecen excursiones al norte de la junglaecuatoriana conocidas como "las excursiones tóxicas."

Chevrontambién organiza excursiones para periodistas, llamadas "lasexcursiones no tóxicas", que recorren los pozos que fueron limpiadospor Texaco.

Pero el medio ambiente es sin duda laprincipal preocupación para José Briceño, quien vive cerca de LagoAgrio y dice que no puede tener ganado porque se le enferma y se muere.

"El problema ahora es la calidad del agua. Nunca limpiaron realmente la zona", dijo Briceño, mirando su tierra vacía.

Autores

Reuters