La principal caída de la agroindustria se dio en el sector de logística y alimentos, con una pérdida de 19,8 puntos frente al semestre anterior.

São Paulo. Principal generadora de divisas para la economía brasileña, la agroindustria marcó un índice de confianza por parte de la clase empresarial de 91,8 puntos en el primer semestre del año, con lo que el nivel pasó de neutro a pesimista, según divulgó hoy la mayor patronal del país.

El índice trimestral de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP) y la Organización de las Cooperativas Brasileñas (OCB) evalúa la expectativa de los empresarios y productores frente a su propia actividad y ante la economía del país, con una escala de cero a 200 puntos y una lectura de neutralidad en los cien puntos.

La principal caída de la agroindustria se dio en el sector de logística y alimentos, con una pérdida de 19,8 puntos frente al semestre anterior.

"Este resultado marca una reversión importante de expectativas, lo que puede determinar una tendencia para los próximos meses", señaló en un comunicado el gerente del Departamento de Agroindustria de la FIESP, Antonio Carlos Costa.

De acuerdo con Costa, "la floja evaluación de la economía y la preocupación con costos de producción son componentes fundamentales para explicar el resultado".

El análisis de la patronal apunta a una caída de esa confianza en el segundo semestre del año, debido al bajo desempeño de la economía del país y al "escenario de incertidumbre" que puede incidir en la cadena productiva del país.

Entre los productores, segmento en el que la caída del nivel de confianza fue de seis puntos, la mayor preocupación fue la del costo de producción y al igual que la clase empresarial también les inquietó a los responsables de la producción la situación de la economía del país.

De la misma manera, el precio de la venta de los productos comenzó a preocupar en el semestre anterior a los productores, como una respuesta al reflejo de una tendencia de depreciación de las materias primas agrícolas.

El estudio del índice de confianza reveló igualmente que "pese al pesimismo del productor agropecuario, la intención de inversiones sigue con pocas alteraciones en comparación con el período anterior (segundo semestre de 2013), en áreas como tecnología, costos, máquinas y equipos, gestión de personal e infraestructura".