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Conozca la ruta de Ecopetrol para salir adelante tras la caída de precios
Lunes, Septiembre 5, 2016 - 10:06

El año pasado, la empresa más grande de Colombia, dedicada a la explotación y venta de petróleo, enfrentó una caída en sus utilidades que superó el 150%, al registrar pérdidas de más de los 3,9 billones de pesos (US$ 1.300 millones).

Después de pasar por uno de sus momentos más difíciles de la última década, Ecopetrol parece tener el breve respiro que le dan sus buenos resultados del primer trimestre de 2016. La mayor petrolera colombiana anunció un crecimiento en sus utilidades del 127%, equivalente a 363.000 millones de pesos (US$ 121 millones), frente al mismo periodo de 2015.

Aunque la cifra es una luz de esperanza para sus inversionistas –su socio mayoritario es el Estado colombiano–, aún parece apresurado decir que marca el comienzo en la recuperación definitiva de una compañía que, en 2015, tuvo unos resultados desastrosos, producto de las fluctuaciones del mercado y del poco control histórico sobre sus inversiones.

El año pasado, la empresa más grande de Colombia, dedicada a la explotación y venta de petróleo, enfrentó una caída en sus utilidades que superó el 150%, al registrar pérdidas de más de los 3,9 billones de pesos (US$ 1.300 millones), después de tener ganancias superiores a 7,5 billones (US$ 2.500 millones) durante 2014.

Según Mauricio Reina, investigador asociado de Fedesarrollo, el principal determinante en esta caída en los ingresos fue la enorme descolgada en el precio internacional del crudo, que pasó de cotizarse por encima de US$ 100 a menos de US$ 38 por cada barril entre agosto de 2014 y noviembre de 2015. Este desplome contribuyó en la caída del 25% en las ventas de Ecopetrol, que pasó de 69 billones de pesos (US$ 23.000 millones) en 2014 a 52 billones el año pasado (US$ 17.000 millones).

“Ecopetrol, al igual que el resto de las empresas petroleras, hace parte de una cadena de valor cuyos eslabones tenían altísimos márgenes en las épocas de bonanza, lo que se traducía en altos costos. Después de la destorcida de los precios, toda la cadena de valor está estrechando sus márgenes, lo que se traduce en una racionalización de costos”, dice Reina.

En esto concuerda Alejandro Ospina, experto en el sector petrolero, quien agrega que las finanzas de Ecopetrol también se vieron afectadas el año pasado por el pago de deudas e inversiones en infraestructura que tenía desde hace varios años. “Fue una buena estrategia de las actuales directivas de Ecopetrol castigar sus resultados pero pagar esas inversiones pasadas. El repunte de este año se debe en parte a eliminar esas deudas”, comenta.

Cabe señalar que, junto a su incidencia en los resultados, algunas de esas inversiones se convirtieron en el mayor ‘dolor de cabeza’ para la imagen de una compañía que se preciaba de su trasparencia. Tan solo la ampliación de la Refinería de Cartagena (Reficar) ha sido catalogada como el ‘mayor caso de corrupción en la historia de Colombia’ por medios de comunicación locales, como el diario El Espectador, ante sus enormes sobrecostos y el tiempo exagerado en su realización (ver recuadro “Sombras de corrupción”). Es importante precisar que AméricaEconomía intentó obtener declaraciones de Ecopetrol para esta historia, pero no obtuvo respuesta.

Un año para crecer. La recuperación total de Ecopetrol no parece tarea sencilla en el corto plazo. El barril de petróleo ha mantenido un precio promedio de US$ 48 en lo corrido del año, que ha limitado las inversiones en el sector en Colombia: las empresas no ven rentable realizar tareas de exploración y producción de nuevos pozos con un margen tan bajo de ganancia.

Según la Asociación Colombiana del Petróleo (APC), en lo que va de este año tan solo existen 40 pozos de desarrollo de una meta programada de 450, y cuando el país necesita ente 900 y 1.000 pozos al año para mantener sus niveles de producción. Asimismo, los pozos exploratorios apenas llegan a ocho, cuando en 2012 eran 131.

Para la organización, Colombia necesitaría inversiones por US$ 7.000 millones anuales durante los próximos diez años. Una meta muy ambiciosa si tenemos en cuenta que es probable que no se cumplan las inversiones esperadas para este año, que apenas llegaban a US$ 620 millones en exploración y US$ 3.200 millones en producción.

“De no revertirse esta tendencia, en 2022, la producción petrolera del país podría ubicarse por debajo de los 400.000 barriles promedio diario, lo que significa que para poder completar las cargas de las refinerías de Cartagena y Barrancabermeja sería necesario importar crudo”, dice el informe de APC.

Con este panorama, y en la medida en que no puede controlar los precios internacionales del petróleo, el principal determinante de sus ingresos, Ecopetrol ha optado por reducir sus costos, mejorar la eficiencia, producir barriles rentables y priorizar la caja.

Para Mauricio Reina, de Fedesarrollo, su gestión debe concentrarse en la racionalización de las inversiones y el control de los costos. “Más allá de eso, hay que esperar que el mercado haga su trabajo para que los precios se estabilicen a niveles razonables, que correspondan a las perspectivas de la oferta y la demanda globales”, dice.

Junto a esto, la compañía está centrando sus acciones en la extracción y venta de crudo, al punto que ha comenzado a vender aquellas empresas que se salen de ese foco estratégico.

La movida más notable es el anuncio de la venta de la petroquímica Polipropileno del Caribe (Propilco), el mayor fabricante de polipropileno y de resinas químicas, en la región Andina, Centroamérica y el Caribe. Esta jugada ya ha recibido las críticas de varios sectores, que la consideran inadecuada.

“La compraron (a Propilco) hace nueve años por US$ 690 millones y la mejoraron, para ahora venderla seguramente por un precio que no justificará las inversiones. Sin contar que buena parte de los sobrecostos de Reficar estuvieron en la adecuación de tecnologías para apalancar su trabajo. Por eso suena extraño que ahora decidan vender a la transformadora de plástico”, comenta el senador Jorge Robledo.

Más leña al fuego a la decisión de vender Propilco, que en 2015 generó solo el 4% de las utilidades de Ecopetrol, echan las buenas perspectivas del negocio petroquímico por parte de varias consultoras internacionales. Por ejemplo, un informe de Deloitte afirma que el negocio está pasando por un buen momento y que los precios tienen tendencia al alza.

Ecopetrol también anunció que entregará la totalidad de su participación en 20 activos de producción a empresas de petróleo y gas, a través de un proceso público y competitivo. Este proceso se llama ‘Ronda Campos 2016’, y ofertará activos que se encuentran en diversas regiones de Colombia, como Catatumbo, los valles Medio y Superior del Magdalena, Llanos y Putumayo.

Actualmente los analistas son optimistas del futuro de Ecopetrol tras estos movimientos que reorganizan y dan foco a su actividad. “El mayor reto que tiene Ecopetrol está en su pérdida de eficiencia al ser tan grande y diversificada. Al salir de activos que no le aportan al balance, termina generando recursos necesarios para expandir su negocio”, dice Alejandro Ospina.

Por lo pronto, Ecopetrol comenzó el año sin el lastre de sus inversiones pasadas, lo que deberá reflejarse en balances más positivos. Eso sí, sus finanzas y su crecimiento seguirán dependiendo del precio internacional del petróleo, que tendrá que aprender a navegar para mantener sus márgenes positivos.

Sombras de corrupción. A comienzos de este año, Ecopetrol concluyó el proceso de modernización de la Refinería de Cartagena (Reficar), uno de los complejos industriales más modernos de Sudamérica, con una extensión cercana a las 140 hectáreas dedicadas a generar derivados de petróleo y combustibles.

Esta obra se ha convertido en el símbolo de la improvisación, el despilfarro y la falta de foco de la empresa durante varios años. Y es que el costo de este proyecto superó ampliamente los US$ 5.450 millones que fueron invertidos en la ampliación del canal de Panamá.

La modernización de esta refinería estaba prevista para realizarse entre 2007 y 2012, con un costo de US$ 3.993 millones. Sin embargo, la obra tuvo un retraso de cuatro años y un sobrecosto que superó los US$ 4.023 millones, y que llevó su precio final hasta los US$ 8.016 millones.

“Reficar es una catástrofe de un tamaño inaudito. Cómo es posible que Ecopetrol firmara un contrato por US$ 8.000 millones, sin interventoría ni costos reembolsables. En este caso, le impusieron las normas de contratación privada a una empresa con participación pública”, dice el senador Jorge Robledo a AméricaEconomía.

Por lo pronto, la Contraloría investiga las irregularidades en esta obra, que incluyen 2.390 contratos, 717 adiciones presupuestales y 1.052 subcontrataciones, al tiempo que predice que no tendrá la rentabilidad esperada: para 2008 estaba calculada en 14,1% y apenas llegará a 4,35%.

Autores

José Alejandro González