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Crean opciones orgánicas para combatir roya en Guatemala
Lunes, Marzo 18, 2013 - 09:02

Mientras autoridades agrícolas y asociaciones empresariales buscan fuertes inversiones para combatir la roya, que ha dañado el 70% de los cultivos de café, pequeños y medianos productores han encontrado remedios orgánicos para combatir esa enfermedad.

Mario René Velásquez, mediano caficultor de Amatitlán, asegura que la roya era desconocida para él hasta que apareció en su plantación de cinco mil cafetales.

En busca de soluciones, decidió probar la sustancia denominada sulfo cálcico, que había empleado con éxito en el tratamiento de otros hongos en árboles frutales. El sulfo cálcico resulta de la mezcla de cal, agua y azufre, que al llevarse a ebullición produce un líquido rojo ladrillo.

Después de una semana de aplicarlo por medio de aspersión, debajo de las hojas, el hongo (Hemileia vastatrix) empezó a desaparecer.

Compuesto natural. Argentina Berganza, productora de café en Jalapa y agrónoma con especialización en medicina natural, explica que la enfermedad de la roya se da principalmente porque los cafetos están sometidos a mucho “estrés” y necesitan estar bien nutridos para hacer frente por sí mismos a la enfermedad.

Berganza también aplicó por aspersión en su plantación afectada por la roya un producto botánico resultado de la combinación, cocción y fermentación de 70 plantas como el ajo, semillas oleaginosas y varias especies de chile altamente picante, que bautizó como Aryalgua.

En las primeras dos aplicaciones se ven resultados, y al transcurrir ocho días de la primera aspersión se quita la espora producida por la roya.

Berganza agrega que ese producto es fungicida, bactericida e insecticida al mismo tiempo, así como un abono foliar que restituye la vitalidad del cafeto.

Acelerante. Eduardo Arguedas, presidente del grupo Bioprocesos, de Costa Rica, también creó un producto orgánico que funciona como acelerante foliar. El directivo considera que un cafeto con “un equilibrio nutricional adecuado” resistirá mucho más a las enfermedades.

Según Arguedas, uno de los puntos que genera ese equilibrio es la inducción de resistencia. Lo anterior activa los ciclos de sustancias como los fenoles y las fitoalexinas, que inducen a la planta a generar una protección biológica natural contra los hongos y bacterias.

Agrega que la descomposición de sustancias orgánicas e inorgánicas complejas en otras más sencillas —por la acción del agua—, como las proteínas, generan los alfa-aminoácidos, que conjuntamente con los carbohidratos y el ácido láctico aumentan la producción de ácido shikímico, el cual está directamente relacionado con la producción de autodefensas naturales en la planta.

Aceites. Rafael Robles, representante de la empresa Lemon Grass, que cultiva té de limón y produce aceite esencial de ese arbusto, afirma que un producto derivado que se diluye con agua también ha demostrado combatir efectivamente a la roya.

Robles comenta que la idea de crear un producto de este tipo surgió de un estudio hecho por el departamento fitosanitario de la Universidad de Favras en Brasil, en donde se demostró la efectividad de aceites esenciales para contrarrestar, minimizar y eliminar la roya.

Todos los productos descritos anteriormente, según sus creadores, se deben aplicar por aspersión directamente el envés de la hoja —parte inferior—, debido a que en este lugar se localiza el 80 por ciento de las estomas o poros de las hojas, que es por donde la planta puede absorber los productos y que también constituye el área en la que se aloja el hongo de la roya.

La aplicación. Algunos datos sobre el uso de los productos orgánicos:

Dos galones de Aryalgua para un tonel de agua (52 galones) alcanza para una manzana. El costo del producto es de Q140 por galón, pero se hacen dos o tres aplicaciones cuando hay infestación, y cuatro como máximo.

Un litro de sulfo cálcico se mezcla con 14 o 15 litros de agua en una mochila de fumigar y se le agregan 10 centímetros cúbicos de adherente. El costo del líquido por manzana es de Q75. En plantación nueva se usa una o dos bombas; en antiguas, entre cuatro y seis.

El aceiteesencial de té de limón se aplica a todo el contorno de la planta, así como al as y el envés de la hoja. Tres aplicaciones del fungicida se hacen como mínimo, a un costo de Q35 por planta.

Autores

PrensaLibre.com