Desde un principio se destacó la influencia de políticos colorados de la zona, junto a los del Frente Guasu, en la supuesta protesta encarada por presuntos cañeros.

Asunción. El trasfondo de la crisis en la alcoholera de Petropar, en Troche, y que propició la reciente salida del gerente, no fue precisamente beneficiar al cañero sino al enorme negociado que existe detrás de la entrega de los cupos. La próxima zafra puede mover más de US$ 11 millones con el alto precio pactado para cada tonelada de caña dulce.

Desde un principio se destacó la influencia de políticos colorados de la zona, junto a los del Frente Guasu, en la supuesta protesta encarada por presuntos cañeros. Todos los medios mencionaban con insistencia a políticos colorados como el senador Gustavo “Pipo” Alfonso y el diputado Fernando Ortellado, entre otros.

La manifestación fue un tanto peculiar, ya que increíblemente se les dejó hacer lo que querían durante el lapso de 18 días de la misma, cerrando los pórticos de la empresa, sin que los propios funcionarios pudieran ingresar. Tampoco los vecinos podían entrar a usufructuar el cajero automático existente en la planta, o beneficiarse del servicio de IPS, que igualmente se encuentra dentro del predio. Lo más llamativo aún es que ninguna autoridad fiscal de la zona hizo nada al respecto.

El gremio denominado Asociación de Cañicultores de Mauricio José Troche, liderado por su presidente, Edgar Ortiz Méndez, y secretario Félix Núñez, incluso llegó al colmo de emplazar a Petropar “a que antes del mediodía (del martes último) se tenga la designación de Adalberto Giret” como gerente de la planta. Este es otro funcionario tan cuestionado como el mismo gerente saliente, Juan Manuel Yambay. Y el gobierno de Horacio Cartes accedió al chantaje, a través de su emisario en la estatal, Carlos Cañete, quien admitió este manejo político-partidario, en una planta que debería ser administrada con criterios económicos y técnicos.

Lo que existe detrás de este tema es el millonario e histórico negociado en la entrega de los famosos cupos para ingreso de materia prima a la planta. Estos cupos son documentos distribuidos por Petropar con base en algunos estándares, que al final son manejados políticamente y con visibles visos de corrupción. Solo con estos papeles se puede ingresar la caña de azúcar a la planta, y fácilmente la entrada de un solo camión puede representar G. 7 millones.

Uno de los firmantes de dicho documento es el gerente de la fábrica, por eso se busca digitar el nombre de la persona que ocupará este cargo para obtener la mayor cantidad de cupos. La zafra que está a punto de iniciarse prevé moler 400.000 Ton. de caña dulce, que multiplicado por el alto precio pactado recientemente (G. 168.000 por Ton., más del 50% del precio de mercado) movería más de US$ 11 millones.