Las exportaciones de merluza (congeladas, filetes y cortes) de Ecuador llegaron a US$14,5 millones en el 2013, el equivalente a 10.000 toneladas.

En la sala fría y olorosa a pescado fresco se escucha la voz de Alci Acosta. La música del bolerista acompaña el trajín de 60 hombres y mujeres que con agilidad evisceran, cortan colas y cabezas de merluza.

Las manos diestras logran procesar hasta 60 libras por hora de esta especie, con aspecto similar a la corvina. Es una variedad que gusta especialmente a europeos y que hace un año comenzó a procesar Cepromar, en el km 12,5 de la vía a Daule. Para esta planta es un nuevo rubro exportable.

Parte del pescado de carne blanca y blanda proviene de barcos que faenan en el Golfo de Guayaquil y desembarcan en Posorja. Otro grupo lo hace en las costas manabitas. Son las mismas naves que debieron acoplarse para capturar merluza tras el cese de la pesca de arrastre de langostino que dispuso el Gobierno en diciembre del 2012.

De Posorja, las merluzas salen con hielo hasta Guayaquil, donde se empacan según los pedidos: enteros, en filetes o HGT (sin cabeza, sin cola y eviscerada). Los cortes se alistan y congelan en cajas de unos 10 kilos. En Manta, Anconcito y San Pablo hay otras fábricas que hacen similar tarea.

Leopoldo Muñoz, gerente de Cepromar, afirma que el 90% de lo que procesan se va al extranjero. Su planta envía a España, Rusia, Ucrania y otros países con tradición en el consumo de merluza.

Despacha entre 4 y 5 contenedores al mes. Cada envío representa 2.700 cajas (27 toneladas) de la variedad Merluccius gayi, la que pescan los peruanos, competencia en este naciente mercado exportable para Ecuador. El vecino está en el negocio desde hace 30 años.

“Podemos seguir ganando mercado por el efecto de la talla, que es más grande que la que se captura en Perú, y por la calidad”, asegura Muñoz.

Las exportaciones de merluza (congeladas, filetes y cortes) de Ecuador llegaron a US$14,5 millones en el 2013, el equivalente a 10 mil toneladas, según datos de ProEcuador. Antes, los envíos eran de capturas artesanales o barcos arrastreros.

Juan Carlos Correia, dueño de barcos dedicados a la pesca de merluza, dice que hay 30 naves con cuotas para pescar este recurso, la mayoría se ha incorporado este año. En el 2013 hubo un periodo experimental y no toda la flota estuvo lista.

El 80% de los merluceros faena en el Golfo, donde se ha detectado una importante biomasa. El gobierno estimó 300 mil toneladas a lo largo de la costa y cada barco puede atrapar hasta 850 toneladas al año.

Correia indica que los barcos están trabajando un promedio de 10 toneladas por entrada. “Hay buen potencial, hay que fortalecer el tema de comercio exterior y la logística”, indica.