Los latinoamericanos cada vez son más “mascoteros”. El negocio en torno a los animales domésticos se afianza en la región y Brasil disputa con Japón el segundo lugar como principal mercado a nivel mundial.

Compartir una cerveza con el perro. Prepararle al gato una fiesta de cumpleaños con bufé. Bañarlo con pétalos de rosas. Éstos son algunos de los servicios que las personas contratan para mejorar la calidad de vida de sus compañeros de cuatro patas. Un mercado que mueve más de US$102.000 millones a nivel mundial.

Brasil disputa con Japón el segundo lugar como principal mercado. En 2013, según la Asociación Brasileña de Productos para Mascotas (Abinpet), las ventas de este sector llegaron a US$7.500 millones, es decir, un crecimiento de 8,1%, el doble que el sector del retail en su conjunto y casi tres veces el PIB. 

En Brasil hay 106,2 millones de mascotas y se espera que la población crezca entre el 7% y el 8% en los próximos cinco años, según Edson José Galvão de França, CEO de Abinpet. 

“Es un mercado con un fuerte componente emocional”, afirma Luiz Goes, socio sénior de la consultora GS&MD (Gouvêa Souza). “Todos los que tienen mascotas las ven como un amigo, o como un miembro de la familia, y no ahorran esfuerzos para cuidarlas bien”. 

Según las cifras de Abinpet, en Brasil el 66% de la facturación del sector corresponde a alimentos. Se trata de una oferta cada vez más especializada para cada raza y tipo de mascota, para gatos y perros obesos, diabéticos, añosos, con problemas cardiacos. Incluso existen productos innovadores desarrollados localmente, como golosinas y, sí, ¡cerveza para perros! 

Elaborada por el empresario Marco Melo, la Dog Beer es una cerveza sin alcohol ni gas carbónico, que según Melo se fabrica siguiendo el mismo procedimiento que la cerveza humana. Sus próximos pasos son lanzar un agua mineral, bebida isotónica y un suplemento dietético para mascotas.

Sergio Hernández y su esposa, Bernadette, a su vez, decidieron transformar en oportunidad de negocio el conocido problema de encontrar un lugar para dejar a las mascotas. “Cuando debes viajar tienes dos opciones: dejar a tu perro en un hotel o preguntarles a amigos o familiares para que ellos se queden con la mascota. Ambas no convencen”, dice Hernández. 

La solución de la pareja fue la de crear un sitio web, PetHub, una comunidad que une a los dueños de mascotas que necesitan viajar y las personas que cuentan con una infraestructura adecuada en su residencia para ser anfitriones de los animales a cambio de una remuneración.

La plataforma fue lanzada en 2012 y cuenta con 200 “cuidadores” y 2.263 usuarios registrados en São Paulo. Por el momento PetHub funciona en Rio de Janeiro, Salvador, Belo Horizonte y Brasília.

La oferta para los “mascoteros” es amplia. La publicista Carla Zajdenwerg creó en 2008 un servicio llamado Pet Party. “Yo sabía que el mercado de servicios pet estaba creciendo en EE.UU. y decidí invertir en ese nicho”, cuenta Zajdenwerg. Pet Party produce eventos para mascotas: cumpleaños, navidades, caminatas e incluso matrimonios. 

Pero no ha oído todo en materia de servicios pet. En 1998, el empresario Pepe Altstut sufrió un golpe afectivo importante: su poodle Puppy murió. En medio del dolor Altstut tuvo una idea: construir el primer crematorio para mascotas de América Latina. Y no fue por capricho o narcisismo. Altstut es un empresario del rubro y figura en el libro Guinness de los récords como controlador del Memorial Necrópole Ecumênica, el cementerio vertical más alto del mundo.

La ventaja de cremar a las mascotas son las posibilidades de homenajearlas. “El dueño puede depositar las cenizas donde él quiera, incluso cuando fallezca puede ser sepultado con ellas”, dice Altstut.

Hoy su empresa crema entre 500 y 600 animales mensuales y, aparte de esto, ofrece servicios de alta gama: el dueño puede eternizar el recuerdo de su mascota mediante un diamante esculpido, producido en un laboratorio con el carbono de las cenizas del animal. El servicio tiene un valor promedio de US$1.600, y lo ofrece Brilho Infinito, empresa del Grupo Altstut.

Sin lugar a dudas las mascotas se han transformado en el centro de atención de los brasileños, pero este amor por los animales se ha expandido en la región.

Todos dicen guau. “Más del 40% de los hogares en México y Chile tiene perros, y más de la mitad tiene gatos o ambos”, dice Paula Flores, jefa de investigación de la industria de cuidado de mascotas en Euromonitor International. Según cifras de Elanco, división de Eli Lilly en México, el gasto anual per cápita en mascotas pasó de US$63,6 en 2008 a US$73 en 2012.

Aparte de los servicios habituales de alimentación, salud y belleza, en México existen aseguradoras, como Mapfre y GMX, que protegen a los animales en caso de atropello, pelea, intoxicación, lesión a terceros o muerte. El que tenga una mascota sabe lo que cuesta una hospitalización.

En Chile el presupuesto para los cuidados de las mascotas también crece. En este país existen isapres, como Isapet y Gatper. El único requisito para ingresar a estas instituciones es ser peludo y tener cuatro patas.

¿Pero qué hay detrás del boom de la industria de las mascotas? Existe una explicación sociológica. “Las bajas tasas de fertilidad y la reducción del tamaño de las familias son las principales razones”, dice Guillermo d’Andrea, profesor del IAE Business School en Argentina. En Chile, en particular, las familias prefieren los animales más pequeños, que requieren menos espacio y tienen un consumo limitado.

El buen momento que vive el mercado de las mascotas es aprovechado por empresas de distinto tamaño. Aunque en Argentina y México el mercado es dominado por multinacionales, como Mars Inc. y Nestlé S.A. 

En el caso de Mars Inc. los programas de apoyo a refugios de animales han sido una herramienta importante para fortalecer su marca. Purina también ha sabido posicionarse con sus “perrotones”, carreras que buscan acrecentar el nexo entre las mascotas y sus amos. 

A pesar de las buenas nuevas para las mascotas en esta región, los analistas dicen que se debe tomar con mesura el crecimiento que ha experimentado el mercado. “Con la desaceleración económica, el aumento de la deuda de los consumidores y la presión inflacionaria, el crecimiento parece destinado a reducirse”, indica Damian Shore, analista de Euromonitor.

Más allá de esto, los perros y gatos todavía tienen para seguir celebrando. Las mascotas se han convertido en algo más que simples compañeros y la industria se está adaptando a ello, ofreciendo productos que satisfacen cada vez las exigencias de humanos y animales.

* Colaboró: Tamara Muñoz desde Santiago.