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Entérese del precio de la lucha contra el cáncer en el Perú
Jueves, Marzo 27, 2014 - 08:53

La seguridad social y los seguros privados convencionales ofrecen cobertura oncológica, pero la demanda de seguros para este mal crece año tras año.

Patricia decidió hace dos años contratar un seguro oncológico. Su madre padeció cáncer de mama y los elevados costos que les supusieron las cuatro operaciones a las que se tuvo que someter y los tratamientos posteriores la llevaron a optar por contratar un seguro específico por si acaso.

Como Patricia, cada vez más peruanos están optando por adquirir este tipo de seguros específicos, para las compañías de seguros una alternativa económica para quien no puede permitirse un seguro convencional, pero que llevan a preguntarse cuál es el alcance de la cobertura de los seguros privados convencionales y la sanidad pública.

EsSalud cuenta con más de diez millones de asegurados y es la institución que más personas atiende de cáncer al año, cerca de 60.000. Con cobertura ilimitada y sin exclusiones. “Los seguros privados cuestan y tienen deducibles, copagos y coberturas limitadas. No tenemos comparación. Los asegurados aportan S/. 150 al mes y entra todo”, explica Henry Maquera, gerente de aseguramiento de EsSalud, quien reconoce que la atención en sus centros no es inmediata, pues el organismo ha incrementado en 50%, el número de asegurados en cinco años, pero no en la misma medida su capacidad prestacional.

Se trata de un factor determinante para los especialistas en la toma de decisión de la compra de un seguro privado, que lleva a la población que aporta a EsSalud en algunos casos a optar por tener una alternativa por el lado privado. “La atención es buena, pero el problema es que no tienen capacidad de respuesta. No pueden atender a todo su mercado”, explica Gino di Bello, catedrático del MBA de Salud de la UPC.

Lo mismo sucede para Di Bello en el caso del Ministerio de Salud, que inició en 2012 el Plan Esperanza para mejorar la atención integral del cáncer y el acceso a los servicios oncológicos y que cubre los siete cánceres más comunes del Perú. “En nuestro primer año atendimos a 27.637 pacientes.

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Nuestro seguro no tiene tope, incluso estamos pagando los transplantes de médula ósea en el extranjero”, asegura Cecilia Ma, presidenta de la Comisión Sectorial del Plan Esperanza y catedrática de ESAN. Para Ma se recurre a los seguros privados por la oportunidad de atención, uno de los principales desafíos del plan junto con el avance a una atención integral.
A la demora en la atención sanitaria se suman como factores que han impulsado la demanda de seguros oncológicos privados, según los especialistas, el incremento del poder adquisitivo y el mayor acceso a información sobre el cáncer, desde hace tres años la segunda causa de muerte en el país, considerada en el ámbito médico ‘catastrófica’ para la persona, pero también para su economía.

Sucede que tratarse una enfermedad oncológica sin un seguro cuesta un promedio de S/. 150.000, y en los casos más avanzados más de S/. 450.000. “Conforme avanzan los años tenemos mejores tratamientos de cáncer que antes, lo que también hace que sea más costoso”, dice Guido di Bello.

Cobertura privada. Actualmente el mercado asegurador ofrece un abanico de productos oncológicos y de salud integral, que, según las compañías aseguradoras, garantizan la cobertura de los costos de una enfermedad oncológica y dirigidos especialmente para los sectores socioeconómicos A, B y C. “Lo que tienen hoy los seguros oncológicos lo tienen los seguros convencionales integrales”, explica Claudia Rozas, gerente de asistencia médica de Rimac. “Si tienes un seguro integral probablemente estés bastante cubierto. Se pueden dar maridajes del tipo tener un integral con cobertura en el Perú y complementarlo con un seguro oncológico internacional”, dice Juan Carlos Olivera, de Pacífico Seguros.
No obstante para Cecilia Ma, los seguros privados tradicionales no atienden el cáncer porque es una enfermedad catastrófica y financieramente no se cubre o cubre hasta un tope financiero. “Eso obviamente no te alivia”, asegura la docente.

En lo que respecta a aseguramiento específicamente oncológico, Rimac Seguros ofrece un producto que cubre el 100% de la enfermedad oncológica, y, según Claudia Rozas, que incluye las complicaciones derivadas del cáncer, por un promedio de S/. 40 al mes, dependiendo de la edad.
Pacífico Seguros, por su parte, cuenta con tres tipos de productos, oncológico total, oncológico internacional y de enfermedades graves, cuyos beneficios máximos anuales oscilan entre los S/. 3 millones hasta los US$1,25 millones, con posibilidad de contar con diagnósticos en el extranjero y sin restricciones en cuanto a la red. El precio promedio del primero es de S/. 32 mensuales, mientras que en el caso del internacional es de S/. 54 y S/. 70 en el de enfermedades graves, y que contrastan con los S/. 500 del seguro integral.
Oncosalud, por otro lado, ofrece cuatro tipos de seguros: un seguro clásico; Oncoplus, con cobertura de medicamentos de alto costo; Oncovida, para quienes han sufrido cáncer anteriormente, y Oncosénior para mayores de 65 años. En el caso del paquete clásico, los precios oscilan entre los S/. 8 hasta los S/. 77, principalmente en función de la edad y si el cliente es fumador o no. “Nuestra cobertura es ilimitada. La diferencia que hacemos es por ciertos productos que son de alto costo y que no están incluidos en el programa clásico”, dice Fernando Suazo, director médico de Oncosalud, quien insiste en que no todos los cánceres necesitan este tipo de productos.

La lista de elementos que cubren los tres seguros es amplia e incluye en su mayoría terapia biológica, un tratamiento cada vez más necesario en la lucha contra el cáncer, pero aun y con seguro oncológico ¿qué tiene que pagar el paciente? La mayor parte de las restricciones atañen, además de un diagnóstico previo a la firma del contrato o durante el periodo de carencia, a los tratamientos experimentales, fuera de los protocolos de la National Comprehensive Cancer Network, principal autoridad médica para la aprobación de medicamentos.

“Los experimentales no cuestan porque te usan como conejillo de Indias, pero a veces hay medicamentos que se aprueban pero no tienen aún todas las pruebas exigidas por las autoridades y no son cubiertos por los seguros”, explica Gino di Bello.

En las pólizas de Rimac, Pacífico y Oncosalud se pueden ver otros elementos excluidos, como la compra de sangre, plasma o tejidos, las prótesis externas o el tratamiento psicológico.

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Hincapié en la prevención. La prevención es definitivamente uno de los elementos en los que las compañías aseguradoras y Oncosalud han incidido en los últimos años, para lo que ofrecen a sus clientes chequeos anuales. “Las soluciones que ofrece Pacífico no comienzan únicamente a partir del diagnóstico de la enfermedad, sino también en la época de los chequeos preventivos. Ofrecemos toda una malla”, dice Juan Carlos Olivera.

“El enfoque hacia la prevención permite a la empresa reducir sus costos, y a la persona también le sale a cuenta”, asegura Di Bello, para quien este acercamiento ha permitido que la gente crea más en las compañías de seguros.
Oncosalud, Pacífico Seguros y Rimac suman ya 900.000 afiliados, y la creciente demanda de seguros oncológicos y convencionales está presionando sobre la oferta actual de las empresas prestadoras privadas, cuya oportunidad de atención podría resentirse si no acompañan el crecimiento de demanda con inversiones.

”Rimac viene invirtiendo en integración vertical. Hemos invertido mucho en nuestra red de clínicas y en última tecnología”, asegura Claudia Rozas , de Rimac Seguros. “El cáncer no tiene la frecuencia que tienen otro tipos de diagnósticos como los de tratamiento ambulatorio. Somos parte de esta importante tendencia de inversión en infraestructura”, añade Juan Carlos Olivera, de Pacífico Seguros.

Olivera, como Claudia Rozas, de Rímac, y Fernando Suazo, de Oncosalud, prevén que la demanda de seguros oncológicos continuará en ascenso en los próximos años. “Cuanta más estabilidad económica tengan las personas más tiempo tienen para pensar también en su salud”, dice Suazo, que prevé que su compañía, actualmente con 650.000 afiliados, alcance el millón de afiliados para finales de este año.
“El mercado va a crecer muchísimo más. Las compañías tenemos que ser conscientes de que las personas van a querer comprar este tipo de seguro de formas distintas a su segmento y con medios de pagos también distintos. Eso pasa también, entre otras cosas, por soluciones electrónicas y masivas”, dice Juan Carlos Olivera.

Aseguramiento universal. La ley de aseguramiento universal, sin embargo, cambiará el panorama asegurador en el Perú para Cecilia Ma, quien cree que el modelo peruano tenderá al chileno, en el que una pequeña porción de la población recurre al seguro privado, especialmente con el paulatino envejecimiento de la población. “La gente dirá si pago mis impuestos y estoy asegurado para qué voy a pagar un seguro adicional. En dos o tres años, las personas van a exigir que los seguros públicos les brinden la atención oportuna”, dice Ma, quien asegura que privados y públicos tendrán que trabajar de la mano para disminuir las brechas en servicios de salud.

Henry Maquera, de EsSalud, coincide con la catedrática y asegura que la mayor parte de la población se tratará en el seguro público. “Dentro de cinco a diez años tendremos más adultos mayores, más proclives a tener enfermedades crónicas y jubilados. Cuando uno envejece las pólizas cuestan más, y el Estado va a cargar con el pasivo social que va a generar la ley”, dice Maquera, cuya entidad trabaja ya con terceros privados para ser más ágiles en las prestaciones.
Los productos oncológicos del mercado asegurador actualmente solo permiten renovar la póliza a partir de los 61 años, a excepción del caso del programa Oncosénior, exclusivamente centrado en este público.

La Organización Mundial de la Salud ha alertado recientemente de que el cáncer estaba creciendo a un ritmo alarmante en todo el mundo, pues ha pasado de 12,7 millones de diagnósticos en 2008 a 14,1 millones en 2012, y que los costos crecientes de su tratamiento están dañando las economías incluso de países ricos. Y es que la salud, sea por el lado privado o público, cuesta. Más vale estar preparados, con qué tipo de cobertura allá cada uno.

Autores

Laura Villahermosa