Pasar al contenido principal

ES / EN

Industria del maíz en México sufre por extorsión y acecho a transportistas
Lunes, Abril 7, 2014 - 10:27

Tan sólo el año pasado, la delincuencia organizada robó 4.299 toneladas del grano mientras era transportado sobre vías ferroviarias, de acuerdo con datos de Ferromex. Este maíz es rematado en el mercado negro.

Ciudad de México. Excélsior.com.mx. La industria del maíz es presa de la violencia y la extorsión.

Tan sólo el año pasado, la delincuencia organizada robó 4.299 toneladas del grano mientras era transportado sobre vías ferroviarias, de acuerdo con datos de Ferromex. Este maíz es rematado en el mercado negro.

Diez líneas transportistas denunciaron en marzo las extorsiones de las que son víctimas; otras prefieren rechazar rutas para no ser atacadas.

Asfixian industria del maíz. De acuerdo con un directivo de Minsa, la inseguridad mantiene asolados a transportistas, productores y empresarios.

Detrás de cada tortilla que llega hasta su mesa se puede contar una historia de violencia, robo y extorsión. También es probable que mientras usted la enrolla calientita entre sus manos ni siquiera suponga que ese maíz a punto de masticar es parte de las 4.299 toneladas que la delincuencia organizada robó durante 2013, mientras era transportado sobre vías ferroviarias, de acuerdo con datos de Ferromex.

El maíz que fue movido de un punto a otro, a través de las arterias del país y llegó hasta su boca, pudo llevar incluida su cuota de extorsión o pudo haber sido robado.

Y las víctimas directas fueron aquellos que se han atrevido a desafiar los obstáculos de la inseguridad, con el fin de que todos los hogares mexicanos disfruten de este alimento prácticamente indispensable en su dieta diaria.

Entre quienes desafiaron dichos obstáculos se pueden contar líneas transportistas, ferrocarriles, conductores y Minsa, una de las empresas de maíz líderes en México.

Desde hace tres años, Minsa paga entre 20 y 40% más por tonelada para mover su producto, debido al cobro de cuota del crimen organizado hacia las líneas transportistas, dijo un directivo de la empresa (quien pidió el anonimato).

En promedio, Minsa trata con 40 líneas transportistas, todas han sido extorsionadas, por eso en los precios que ofrecen a los clientes por fletes ya incluyen la extorsión impuesta por los delincuentes.

Todavía en 2011 el costo por trasladar una tonelada de Jalisco hacia el centro del país estaba en 250 pesos (US$19,2), pero ahora es imposible negociar por menos de 300 pesos.

4310

El año pasado, en promedio, hubo una averiguación previa diaria por el delito de extorsión, de acuerdo con la Procuraduría General de la República.

Al menos diez líneas transportistas de Guerrero y Nuevo León, durante marzo, se armaron de valor y dejaron de lado el miedo y las amenazas del crimen organizado para denunciar públicamente las extorsiones que las asuelan y exigir a las autoridades mayor seguridad. Entre las empresas están: Transportistas de Acahuizotla, Rincón de la Vía, Cajeles, Cajelitos, Buenavista de la Salud, Ocotito, Mohoneras, Carrizal de la Vía, Dos Caminos, La Haciendita y Alianza Mexicana de Organizaciones de Transportistas.

En contraparte, otros transportistas menos temerarios prefieren rechazar ofertas de trabajo por el peligro que los acecha en los caminos, así escuchen las mejores comisiones de sus clientes.

La intimidación por parte del crimen organizado ha provocado un embudo en las carreteras mexicanas, pues hay una franja roja que limita con la zona del Bajío, donde ningún transportista, ya sea del norte o del centro del país, está dispuesto a cruzar.

Cada vez que a Minsa se le presenta algún desabasto e intenta que alguna compañía de fletes traslade su maíz de cualquiera de las dos plantas que tiene en Sinaloa o Coahuila hacia el centro del país, simplemente son labor y tiempo perdidos, pues nadie acepta la carga porque no están dispuestos a exponer la integridad de sus conductores, el robo del camión o el asalto de la mercancía.

“Hay veces que en verdad necesitamos las unidades y nos atrevemos a llamar, pero ya sabemos que si el traslado es de Sinaloa al centro se van a negar, así les ofrezcamos más dinero por el embarque, porque ahorita el problema del crimen organizado sí está muy fuerte”, aseguró el empleado de Minsa.

Apenas en diciembre pasado, Minsa recibió una llamada de la empresa encargada de enviarle varios fletes de maíz para pedir una prórroga sobre el tiempo de entrega, ya que necesitaba más días para conseguir otro contacto con el crimen organizado, porque el que los “vacunaba” contra la delincuencia acababa de ser asesinado.

El corredor de la muerte. Otra vez el rostro del director de Ferromex, Rogelio Vélez, salió en febrero impreso en varios medios de comunicación denunciando, como lo ha venido repitiendo durante los últimos cuatro años, las pérdidas por 419 millones de pesos (US$32,2 millones) de la empresa durante 11 meses, debido a los asaltos que sufrieron los ferrocarriles.

Su denuncia obedece al hartazgo. Entre enero y noviembre pasados el crimen organizado sustrajo de los vagones de Ferromex casi 40 mil toneladas en diversos productos.

Pero el acecho y el robo más agudo por parte del crimen fue hacia el maíz. Ese producto que tiene los más altos consumos en México, donde al día se comen más de ocho tortillas diarias por persona, según la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), además de tener que llegar a cada esquina del territorio nacional y a cada una de las más de 110 mil tortillerías que abastecen la gastronomía mexicana.

El empleado de Minsa aseguró que los delincuentes en el mercado negro llegan a vender el maíz a precios bajísimos, pues 30 toneladas valuadas en más de 116 mil pesos las rematan hasta por 15 mil pesos.

El corredor de la muerte, el más peligroso para los ferrocarrileros, es el de Guanajuato, que abarca Celaya, Salamanca e Irapuato.

Como en las zonas urbanas, las máquinas deben viajar a menos de 20 kilómetros por hora, de acuerdo con la regulación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). Ese pausado y constante andar se convierte en la ventaja del crimen, pues le permite abordarlo con relativa facilidad.

Los trenes son asaltados por grupos de hasta 20 personas con armas de alto poder. En menos de 20 minutos estas bandas de criminales destapan las tolvas, ya sea para ordeñar los contenedores o simplemente para quitar la tapadera superior y venderla como fierro.

Entonces, Minsa no sólo tiene pérdidas por el robo de la mercancía, muchas veces siguen intactas las toneladas de maíz, pero como pasan gran parte del recorrido con las tolvas abiertas por el hurto de sus tapas, la mercancía queda a la intemperie y desprotegida, enfrentándose a la humedad, el calor y a cambios de temperatura.

“Han existido casos en que tenemos pérdida total. Las 90 toneladas que vienen en las tolvas están echadas a perder, porque el grano se germinó o viene con plaga”, contó el trabajador de Minsa.

Pero del valor total de la mercancía de Minsa, la mayoría de las veces el seguro sólo le paga 40 o 50%, y hay casos más dramáticos, donde la empresa nada más es indemnizada con el 10%.

Las pérdidas por la inseguridad son para todos, hay conductores muertos o lastimados a manos de la violencia, las líneas transportistas a veces ni siquiera tienen ganancias por pagar las cuotas del crimen. Minsa ha visto desvanecer toneladas de maíz en sus traslados.

Por lo anterior, al final, el empleado de Minsa aseguró que el crimen ha orillado a los mexicanos a replantear una pregunta: “¿qué precio estamos dispuestos a pagar por la tortilla?”.

Autores

Excelsior.com.mx