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La importancia de dirigir responsablemente
Martes, Mayo 25, 2010 - 10:15

Mejorar sus capacidades para ejercer el liderazgo leyendo libros y viendo podcasts de los gurús de la administración es casi tan ilógico como mejorar su condición física viendo videos de ejercicios y competencias olímpicas.

Pregunten a las personas el nombre de algún gran líder y en la mayoría de los casos la respuesta será alguien que "luchó para mejorar las condiciones del mundo" de una forma u otra. Gandhi, tal vez Winston Churchill. También podrían nombrar -de forma más provocativa, pero igual de acertada- a Adolfo Hitler u Osama bin Laden. Esto quiere decir que un análisis riguroso de lo que significa ser líder debe incluir el saber que uno puede ser responsable de causar un gran sufrimiento, así como bienestar a la humanidad.

El ejercicio responsable del liderazgo no es el resultado de poner a alguien en cierto puesto de trabajo, investirlo/a con autoridad formal y darle un libro de ética, el cual debe seguir. No funciona de esa forma. Simplemente observemos los orígenes del actual desastre financiero en el mundo.

Tampoco es seleccionar a quienes tendrán posiciones de liderazgo como el resultado de un abanico de rasgos específicos, competencias o supuestas habilidades, sin importar que tanto los reclutadores quieran creer en esto. Ni hacer que la gente que dirige evalúe racionalmente la situación que enfrentan y elijan un estilo particular de liderazgo y procedimiento, como muchos teóricos sugieren.

El núcleo del liderazgo no es racional, es algo profundamente psicológico y emocional. De hecho, no creo que sea posible “enseñar” liderazgo de la misma forma que se enseñan otras materias, a través de la lectura, videos y exámenes. Mejorar sus capacidades para ejercer el liderazgo leyendo libros y viendo podcasts de los gurús de la administración es casi tan ilógico como mejorar su condición física viendo videos de ejercicios y competencias olímpicas.

Pero si el liderazgo no se puede enseñar, se puede aprender. Dadas las condiciones adecuadas, virtualmente cualquier persona, puede desarrollar su capacidad de dirigir efectivamente. Pero el liderazgo cuesta trabajo. Cualquiera que quiera correr un maratón en menos de tres horas tiene que entrenar. De igual forma, los ejecutivos que deseen desarrollan sus capacidades de liderazgo tienen que ensuciarse las manos y realmente “dirigir”.

El liderazgo nunca ha sido solamente seguir órdenes, no obstante, y si aquellos que están desarrollando su capacidad para ejercer el liderazgo lo hacen de manera responsable, esto depende de cómo entiendan e integren sus responsabilidades como líder.

El liderazgo no es inherentemente bueno o malo, en realidad, es un proceso que puede usarse para alcanzar ambos. Lo cierto es que los rasgos positivos que distinguen a los grandes líderes contienen también elementos del lado oscuro. Las implicaciones son bastante claras: el liderazgo debe ejercerse responsablemente si es para beneficiar a los demás, y el desarrollo de dicho liderazgo debe incluir un fomento de la moral y ética que comprenda y aumente la autoconciencia.

Esta es una de las razones principales por las que el IMD rediseñó su programa líder de alto potencial para la Expansión de Talento (Building on Talent o BOT, por sus siglas en inglés). Para brindar a los jóvenes y futuros administradores tres elementos fundamentales de la administración efectiva: fomento al desarrollo del liderazgo por medio de un profundo dominio de las bases empresariales; un proyecto personal integral y la oportunidad de entender el contexto moral más amplio en el que viven y trabajan.

La Optativa del Liderazgo Responsable (“Responsible Leadership Elective” o RLE, por sus siglas en inglés) del programa BOT requiere que los jóvenes ejecutivos -miembros del IMD BOT- colaboren con organizaciones no gubernamentales (ONG) en el mundo en desarrollo y que utilicen su estrategia técnica y conocimiento y habilidades en los negocios “para hacer la diferencia”.

La Optativa los saca de los lounges de clase ejecutiva, lejos de las salas de juntas de los corporativos y los compromete en situaciones donde los asuntos van más allá de reportes trimestrales y valores de las acciones. Tienen que lidiar a menudo con eventos relacionados con la vida y la muerte. Los participantes del BOT pueden elegir, por ejemplo, ayudar a padres camboyanos a aprender sobre negocios y habilidades técnicas que les permitan ganar dinero para enviar a sus hijos a la escuela, trabajar con niños vietnamitas para desarrollar su capacidades de “hospitalidad”, para obtener trabajo en hoteles y restaurantes; desarrollar un sistema de recompensas que ayude a una instalación de rehabilitación tanzana a conservar su personal médico, o trabajar con los sistemas legales en el Medio Oriente para asegurar un trato justo a los prisioneros.

Es importante que los individuos que ejerzan el liderazgo en el futuro vean y trabajen con organizaciones con este tipo de visión de ayuda, de otra forma, pueden correr el riesgo de quedar atascados en las metas de corto plazo que prevalecen en los negocios orientados a las ganancias. Esa falta de conciencia inevitablemente afecta a miles, incluso millones de personas. Sin esta conciencia externa, los gerentes pueden, efectivamente, convertirse en prisioneros de la limitada visión organizacional. Con la RLE, nuevos factores se suman a la toma de decisiones, ofreciendo opciones sustentables mejores, a largo plazo y más responsables.

Las ganancias a cualquier precio no son suficientes. Las empresas que obtienen ganancias responsablemente perdurarán, y asimismo las sociedades en las cuales se sustentan estas ganancias. Las organizaciones (públicas o privadas) que no actúen responsablemente, irremediablemente desaparecerán. Todos los grupos u organizaciones necesitan ejercer el liderazgo, pero sólo aquellas con una visión a largo plazo de liderazgo responsable lo ejercerán sabiamente. Finalmente, los ejecutivos deben hacer lo posible para lograr ambas.