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Las estrategias de Bolivia para que su transporte público pase del caos al orden
Viernes, Mayo 30, 2014 - 14:40

El servicio de transporte público en La Paz y El Alto es quizás uno de los menos amigables al ciudadano en toda la región. Las nuevas alternativas impulsadas por gobierno central y los municipios parecen, por fin, dar un respiro a la población.

“Se acaba la dictadura de los minibuses”, reza un muro de una de las principales avenidas que conecta la ciudad de La Paz y el Alto. Y es que ese grafiti interpreta en su real dimensión la opinión ciudadana respecto a los cambios que se están implementando en el sistema de transporte y que prometen alternativas más eficientes y amigables con los vecinos de ambas ciudades.

El proyecto “Mi Teleférico” que une las ciudades de La Paz y El Alto, el bus municipal “Puma Katari” en la sede de gobierno y el proyecto de servicio de buses “Sariri” para los diferentes barrios de la ciudad de El Alto son los proyectos de transporte que, en el corto y mediano plazo, van a cambiar la calidad de vida de muchos de los ciudadanos alteños y paceños que se mueven entre las dos urbes cada día y deben usar un servicio de transporte caracterizado por la improvisación, el servicio deficiente y la mala educación de los choferes del transporte público.

Enrique Villanueva, asesor de movilidad urbana del Proyecto Aire Limpio de la cooperación suiza, señala que el impacto de estos nuevos servicios va a ser altamente significativo por la reducción de variables externas negativas como el ruido, la emisión de gases contaminantes, la congestión vehicular, así como la mejora sustancial en los tiempos de viaje entre ciudades, lo cual repercutirá en la calidad de vida de los usuarios de forma inmediata.

Uno de los proyectos que más expectativa ciudadana ha generado es el Teleférico metropolitano, iniciativa que hasta principios de mayo había transportado a más de 260 mil personas en el marco del programa denominado “Cultura Teleférico” y que iniciará sus operaciones comerciales con la línea que une El Alto y La Paz.
Hace algunas semanas, el gobierno municipal de La Paz presentó la evaluación ciudadana que se hizo de los primeros 45 días de servicio de los 60 buses “Puma Katari” que cubren tres rutas en la sede de gobierno. Los resultados son contundentes respecto al nivel de aceptación de la población hacia este nuevo servicio. Ocho de cada diez paceños consultados señalaron que prefieren usar este servicio a cualquier otro disponible y siete de cada diez afirman que el servicio ha permitido promover una recuperación gradual de valores entre los ciudadanos que antes se estaban perdiendo, como es el trato preferencial a niños pequeños o personas de la tercera edad. 

En el caso del proyecto “Sariri”, la alcaldía de la ciudad de El Alto aún se encuentra en el proceso de compra de 60 buses que se espera puedan transportar a 80 personas cada uno, con características similares a los que ya están operando en la sede de gobierno.

“La integración física de los servicios de transporte se realiza a través de la construcción de estaciones y paradas multimodales que vinculen uno o más modos de transporte, facilitando el trasvase de los viajeros de un modo a otro, para que estos puedan llegar a su destino en el menor tiempo posible”, explica Villanueva al referirse a la articulación que tendría que existir entre los diferentes sistemas de transporte que están siendo impulsados en la metrópoli La Paz El Alto.

Otra faceta importante de esta integración es el tema de los pasajes. Tanto el servicio de buses de los municipios de El Alto y La Paz como el mismo teleférico, tendrían que considerar, en el mediano plazo, coordinar un costo único para sus servicios.

“Proyectos de transporte aislados tienen un impacto local muy focalizado, puesto que la población beneficiaria es principalmente aquella que reside en las cercanías de las paradas de transporte. La integración tarifaria permite ampliar el número de beneficiarios, generar efectos de red y generar ingresos por adelantado por la venta de abonos mensuales logrando así incrementos sustanciales en los ingresos propios del sistema”, explica el experto.

Los operadores tradicionales de transporte, agremiados en diferentes sindicatos de buses y minibuses están frente a una disyuntiva: renovarse o desaparecer progresivamente. Es así que los nuevos sistemas de transporte forman parte de un modelo de negocio incluyente y que puede acoger a mucha de la fuerza de trabajo de los operadores considerados “tradicionales” bajo nuevas reglas de juego donde el concepto calidad de servicio sea lo más importante.

“Existen varias formas de promover la integración de los operadores actuales, una de ellas consiste en promover cambios en la estructura empresarial, buscando la creación de empresas de transporte urbano. Estas empresas estarán en mejores condiciones para la obtención de financiamiento, permitirán mejoras operativas sustanciales (organización de las rutas, rotación, frecuencias, etc.) y también generarán mejores condiciones laborales con goce de vacaciones, seguro de salud y rentas de jubilación”, concluye Villanueva.

El teleférico conquista el corazón de dos ciudades

Tres mil paceños y alteños se trasladarán cada hora por las líneas del teleférico. Con una inversión de US$235 millones, el problema del transporte parece haber encontrado una alternativa.

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Con una geografía urbana muy compleja y un sistema de vías de comunicación muy limitado, el servicio público de transporte en la ciudad de La Paz se podría definir con una palabra: caos. Los usuarios de micros, taxis y minibuses ya habían casi asumido como algo natural un servicio cuyas tarifas cambiaban según el humor de los conductores, donde los recorridos se definían según el criterio de oportunidad y donde la educación vial de los conductores era casi inexistente. El inicio de las obras de construcción del teleférico entre la ciudad de El Alto y la urbe paceña marcó un punto de inflexión definitivo en el tema de la movilidad urbana. Con una inversión millonaria, este sistema posibilitará cambiar la lógica del servicio de transporte y en el mediano plazo obligará al actual servicio público a cambiar, mejorar su calidad o desaparecer. Este servicio, único en América Latina, cambiará la calidad de vida de los y las paceñas. En criterio del Coordinador General del Proyecto Teleférico, César Dockweiler Suárez, en el imaginario de los habitantes de El Alto y La Paz existirá un “antes” y un “después” del teleférico. 

“El transporte es una necesidad del día a día. Las distancias largas se convierten en barreras cuando uno no tiene un sistema de transporte adecuado”, afirma el máximo responsable del proyecto.
Y es que el teleférico parece ser la solución ideal al transporte en la ciudad de La Paz y su vecina El Alto. De diferentes posibilidades analizadas hace más de un año, según explica Dockweiler, el transporte por teleférico fue la opción más factible por lo escarpado de la ciudad y la complejidad de sus vías.

“Al principio, se pensaron opciones como el Transmilenio de Bogotá o la construcción de trenes elevados o un metro. El teleférico es la mejor opción principalmente por el uso del espacio público. En más o menos 10 kilómetros de vías ocupamos algo así como dos mil metros cuadrados en el área de las torres. Si hubiéramos querido hacer vías hubiéramos afectado mucho más espacio”, explica el máximo ejecutivo del teleférico.

El equipo técnico responsable del proyecto está convencido de que la calidad de vida de los usuarios de este nuevo servicio se va a modificar de forma significativa. Dockweiler señala que cuando todas las líneas estén en funcionamiento, el ahorro de tiempo de un usuario puede alcanzar el rango de 50 a 70 minutos, tiempo que puede ser utilizado en otras actividades o en compartir con la familia.

“Más allá de los cálculos fríos, lo importante para el ciudadano común es que va a poder salir más tarde de su casa y llegar más temprano a su destino. Va a poder compartir más tiempo con sus hijos. El tiempo ahorrado se puede utilizar en otras actividades”, explica.

Para los primeros usuarios de este servicio, principalmente periodistas y líderes de opinión en las pruebas inaugurales, una de las diferencias más evidentes es la forma en la cual el transportarse de un lugar a otro se convierte en una experiencia placentera y no en un periplo moroso y lleno de incomodidades. A diferencia del servicio tradicional de buses y minibuses donde los pasajeros viajan apretados, el servicio del teleférico garantiza que todos los usuarios estén sentados y cómodos.

Al tener salidas permanentes, los usuarios ya no tienen que esperar que aparezca un transporte en plena vía pública y esperar que haya espacio disponible, cosa que no siempre ocurre.

“El teleférico cambia el concepto. Es un sistema continuo y el transporte está esperando a los pasajeros. Cada 12 segundos diez personas usan el servicio, cincuenta personas en un minuto. Es un sistema donde todo está controlado para garantizar la satisfacción del usuario”, explica Dockweiler.

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Cultura Teleférico

Con la habilitación de una de las líneas del teleférico (el tramo que une las ciudades de La Paz y El Alto) arrancó hace algunas semanas una campaña educativa denominada “Cultura teleférico” que además de plantear conceptos de educación ciudadana quiere mostrar todas las bondades de este nuevo servicio a la población.

Seguimos con el chip de un sistema de transporte terrestre, pero este sistema es completamente diferente y esperamos que la gente comprenda esto desde el primer día, son conceptos totalmente nuevos. Queremos que nuestros usuarios tengan ciertos valores y principios, y generar un efecto de contagio positivo”, destaca el entrevistado, quien es un convencido de que la existencia de nuevas “reglas de juego” en materia de transporte va a demostrar que se pueden impulsar cambios de conducta en una población acostumbrada a las incomodidades de espacio y disponibilidad de servicio, la precariedad del transporte y la mala educación de conductores u otros usuarios.

“Cultura teleférico” también ha considerado el tema de ciertas costumbres presentes en el imaginario colectivo paceño, como el cruce de puentes por parte de los recién casados y que en el caso específico del teleférico se materializará en una viaje de estación a estación, pero cumpliendo rigurosamente los protocolos de uso del espacio y limpieza existentes.

Un concepto integral

El teleférico es, en criterio de sus responsables, un “sistema de transporte integral”, porque busca articular un servicio que no empiece y termine sólo en las estaciones de embarque y desembarque, sino que involucre a otros actores importantes como sindicatos o servicios de transporte.

De acuerdo a lo que explica Dockweiler, existen varias etapas de integración con otros servicios. Las iniciales son la integración física y operativa, que va a permitir que en un mismo lugar existan paradas de servicios de transporte terrestre que se ajusten a los estándares de calidad del Proyecto Teleférico y que quieran trabajar de forma coordinada.

De esta manera, los usuarios van a poder usar ambos servicios con la seguridad de contar con un buen trato y calidad razonable. En el futuro, se está considerando la posibilidad de una integración financiera que posibilite que los usuarios puedan hacer un pago común por el uso de ambos servicios.

En el futuro inmediato, el teleférico paceño promete muchas novedades. De acuerdo a lo planificado, se espera que la línea roja que opera entre La Paz y El Alto comience a funcionar comercialmente el mes de mayo, mientras que las líneas amarilla y verde estarán plenamente operativas entre agosto y octubre, respectivamente.

“Cada día aparecen nuevas torres en la ciudad. Todas las estaciones están siendo construidas de manera paralela y esperamos concluir en los plazos previstos. Algo que nos pone muy orgullosos es que este proyecto ha convocado el interés de otros países que quieren conocer nuestra experiencia. Éste es el teleférico urbano más largo en todo el mundo”, destaca Dockweiler.

Mientras el equipo del Proyecto “Mi Teleférico” está empeñado en cumplir con los plazos propuestos, los habitantes de dos de las más grandes ciudades bolivianas esperan con impaciencia un servicio que definitivamente ya ha conquistado el corazón de muchos con la promesa de un cambio. Solo resta esperar un poco.

“El actor principal es el ciudadano”

Gustavo Bejarano, Oficial Asesor del Gobierno Municipal de La Paz hace una primera evaluación de los buses PumaKatari y anuncia novedades para el 2015.

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La aceptación ciudadana al servicio brindado por los buses PumaKatari en sus primeras semanas de funcionamiento es contundente: ocho de cada diez paceños y paceñas prefieren usar este nuevo sistema a cualquier otro disponible, por razones que van desde el orden, la calidad o el trato de los operadores. AméricaEconomía conversó con el Oficial Asesor del gobierno municipal de La Paz, Gustavo Bejarano, para hacer un balance sobre este nuevo servicio y los próximos proyectos de La Paz Bus, proyecto global que pretende dar una solución de fondo al tema del transporte público en la sede de gobierno.

-El inicio de operaciones de los buses PumaKatari ha puesto en evidencia que la ciudadanía demandaba con urgencia un servicio de transporte diferente, basado en nuevas visiones sobre la realidad de la ciudad y su gente, como es el concepto de “movilidad urbana”. ¿Qué balance hace el gobierno municipal de lo logrado hasta ahora? ¿Cómo se interpreta la expectativa ciudadana por un servicio de transporte diferente al actual?

-En Europa, desde la década de los 90, y en Latinoamérica, desde el año 2000, se ha comenzado a usar este concepto de movilidad urbana y que tiene que ver con el derecho ciudadano de transportarse, de poder movilizarse. Este es un derecho que te permite ejercer otros derechos fundamentales. Poder moverte con libertad es el motor que te permite ejercer otros derechos fundamentales. La movilidad urbana se basa en el ciudadano y no tanto así en los vehículos. Ahora estamos hablando de movilidad urbana metropolitana que ya es un concepto que incluye al peatón, que hace referencia a los derechos del peatón. Ahí es donde se inscribe nuestro proyecto de transporte masivo. Estamos empeñados en trabajar un proyecto de que tenga las características del mejor servicio posible. Habían varios retos por cumplir y que hemos ido cumpliendo paso por paso.

Una de nuestras preocupaciones iniciales era tener el mejor bus para la geografía paceña, y logramos tenerlo. Otro hito hacía referencia a tener el mejor servicio, contar con el mejor personal. Superado esto nos enfrentábamos a la implantación misma del servicio. Allí se han aplicado elementos que pocas ciudades en América Latina o Europa tienen como, por ejemplo, el servicio durante las 24 horas del día. Otro elemento es el tema de inclusión, que permite que el 100% de la flota esté adaptada para personas en silla de ruedas o con alguna necesidad especial. 

Todo esto implicaba que también se demande un mejor ejercicio ciudadano de los derechos, una mejor calidad de servicio. El transporte actual tiene algo que saca lo peor de uno, que hace que las personas lleguen de malhumor a su trabajo o casa, justamente por las condiciones que ofrece. El bus PumaKatari saca lo mejor de ti, y ése es el mensaje que se ha buscado posicionar. Nosotros lo hemos resumido en el respeto y amor a la ciudad, y que se materializa en el bus. Se ha promovido el rescate de costumbres que han sido y son parte de la cultura paceña, como el respeto y la tolerancia; muchas personas lo llaman la “cultura del PumaKatari”, pero en realidad es la recuperación de valores en el marco de un buen servicio de transporte.

A los 30 días se hizo una encuesta y salieron cosas interesantes. Somos conscientes que debemos mejorar frecuencias, salidas y horarios en nuestros servicios. Son diferentes retos del sistema. Estamos invirtiendo mucho esfuerzos y recursos para capacitarnos.

-El nuevo servicio de transporte trajo innovaciones como el anuncio de uso de tarjetas magnéticas para pagar el servicio ¿Se está adoptando este cambio? 

-Somos conscientes de que estamos introduciendo muchas cosas nuevas. y entre ellas está el sistema de cobro. Tenemos todo el sistema entregado y las tarjetas inteligentes, pero es un proceso gradual. Juega un rol muy importante el anfitrión, que ayuda a posicionar estos elementos que son intangibles y que se materializan en actitudes positivas, fruto del servicio.

Se tomó la decisión de trabajar con un servicio mixto (monedas y tarjeta magnética), sabiendo que cuando introduzcamos la tarjeta, su penetración será casi total. No está descartado que en el mediano plazo se use solo la tarjeta inteligente por diferentes razones. Todos los especialistas que nos han visitado nos han dicho que la velocidad de operación va a aumentar con la tarjeta. Nos hemos dado como plazo hasta este primer semestre para lograr esto. Con la nueva flota que vendrá arrancará este sistema.

-Uno de los retos a futuro es lograr articular servicios como el PumaKatari con el Teleférico o viceversa. ¿Qué avances se han logrado en este campo? ¿Cuáles van a ser los criterios para construir un sistema integral?

-Con el estudio de movilidad urbana que hemos realizado se han sacado datos en referencia a la cantidad de viajes que se hace en toda la zona metropolitana. Se han trabajado en sistemas de transportes masivos que sean intermodales, o sea de diferentes modalidades o servicios. Es importante explicar que el rey de los sistemas de transporte es el metro, que transporta 45 mil personas por hora sentido y le sigue en capacidad de movilización de personas el bus en la modalidad BRT (Bus Rapid Transit), con vías exclusivas y que se conecta con un sistema de buses alimentadores. Todas las ciudades latinoamericanas han avanzado hacia el sistema BRT.

Cuando se ejecute el BRT en La Paz, este servicio tiene que integrarse con otras modalidades alimentadoras como el bus PumaKatari o el mismo Teleférico. Estamos en ese proceso; ellos tienen el proyecto (el Teleférico), hemos solicitado que se haga la integración modal. 

La verdadera integración se dará con la tarifa, un costo único para usar los diferentes servicios de transporte. Va a llegar el día en que yo pueda tomar el PumaKatari de Ovejuyo, me baje en la 21 de Calacoto, me suba al servicio BRT que me lleve a la estación de la curva de Olguín, luego me suba al teleférico, de ahí me vaya a El Alto, me tome un Sariri que me lleve a la estación donde pueda tomar un tren bala que me lleve a Oruro para disfrutar del Carnaval. Ése es el verdadero concepto de un transporte integrado y que debemos trabajar todas las instancias. Intervienen diferentes municipios, gobernaciones y gobierno central. A la gente le interesa movilizarse con comodidad, seguridad y rápidez.

-¿Cómo se está trabajando la relación que existe con los actuales operadores del servicio, los sindicatos de transportistas? ¿Estos nuevos servicios promoverán la gradual desaparición de esta actividad?

-Los transportistas son uno de los varios actores centrales de este tema. El actor principal es el ciudadano. La población es la que ha decidido cambiar de transporte y a esto se suma la sinergia de las autoridades municipales para atender la demanda. No es casual que seamos el primer municipio que tiene una ley sobre Transporte Público, que reglamenta todo el tema. 

Se han hecho estudios con la cooperación suiza sobre procesos de “chatarización”, cómo pasar de un vehículo antiguo a otro moderno. Se ha analizado la modalidad de financiamiento a través de fondos de fideicomiso.

No se trata sólo de dotar créditos, el problema no se soluciona con más buses, sino analizando cómo articular los buses en una red que alimente a un servicio global. Se ha discutido con los transportistas sobre la implantación del BRT y hemos logrado avances. Hay que revisar el caso del Transmilenio en Bogotá o el Trole de Quito, donde se dieron conflictos sociales en su implementación. En el caso de La Paz, se ha dado un proceso intenso de coordinación con los involucrados y los conflictos han sido mínimos. 

-¿Cuáles son los próximos pasos que se van a dar para fortalecer esta propuesta de servicio de transporte?

-Estamos a semanas de lanzar la segunda licitación para comprar una nueva flota que atienda cuatro rutas más, así llegaríamos a siete rutas en toda la ciudad. Llegaremos a tres puntos: el Parque Urbano Central (PUC), la Plaza Alonso de Mendoza y la Terminal de Buses.
El centro de la ciudad está previsto que sea atendido con el BRT el 2015. Estamos avanzando en licitar más de 50 buses, un prototipo del PumaKatari a GNV y queremos traer un vehículo de dos pisos y trece metros largo para este año.

Autores

Carlos Arce Moreira