La filial del estadounidense Renco Group tenía plazo de un mes para presentar un plan de reestructuración mejorado, o de lo contrario, la junta de acreedores nombraría un liquidador a cargo del resto del proceso.

Lima. La metalúrgica Doe Run Perú, asfixiada por millonarias deudas y el incumplimiento de un plan ambiental, dijo este martes que entregó a una junta de acreedores un nuevo plan de reestructuración, en un intento de último momento por evitar su liquidación.

Tras rechazar el plan inicial presentado por la empresa, la junta de acreedores había aprobado el mes pasado el inicio de un proceso denominado "liquidación en marcha", bajo el cual las entidades continúan funcionando por hasta 1 año y los trabajadores siguen percibiendo sus sueldos.

Doe Run Perú -filial del estadounidense Renco Group- tenía un plazo de un mes para presentar un plan de reestructuración mejorado o de lo contrario la junta de acreedores nombraría un liquidador a cargo del resto del proceso.

"La empresa, atendiendo a las preocupaciones y observaciones relevantes que formuló el gobierno, ha realizado modificaciones significativas y ha retirado aquellos aspectos que el gobierno puso de manifiesto para no aprobar el plan de reestructuración presentado el 12 de abril", precisó la firma.

Doe Run Perú detalló en un comunicado que el plan revisado también cuenta con financiamiento, permite culminar un plan ambiental clave y mantiene toda su fuerza laboral, entre otros. En el reporte no detalló, sin embargo, el financiamiento.

"La aprobación del plan de reestructuración revisado de Doe Run Perú por la junta de acreedores permitirá el reinicio inmediato de las operaciones del complejo metalúrgico", agregó.

El complejo metalúrgico ubicado en la zona andina de La Oroya, que fue en su momento el sexto exportador de metales del país, fue paralizado hace casi tres años pero Doe Run Perú ha estado pagando durante este tiempo un sueldo parcial a sus cerca de 3.500 trabajadores.

Doe Run también tiene en operación una pequeña mina de cobre, llamada Cobriza.

El plan de reestructuración inicial presentado por Doe Run Perú contenía un acuerdo entre la comercializadora de materias primas Glencore y Renco para un financiamiento por US$200 millones.

Sin embargo, el gobierno peruano, el mayor acreedor del complejo, consideró que el plan de Renco Group no era ejecutable porque condicionaba el financiamiento de la firma.

Según el gobierno, Doe Run pretendía que el Estado peruano se allane a los procesos judiciales que tiene Renco Group en Estados Unidos, donde enfrenta juicios de personas afectadas por la contaminación ambiental en la zona de La Oroya.

La imagen de Doe Run Perú fue seriamente afectada en el 2009, cuando incumplió con la última extensión del plazo que el Congreso le concedió para que concretara su plan ambiental para mejorar o remediar la contaminada zona.