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Perú, escenario de polémica por la compra de activos de Repsol
Jueves, Mayo 2, 2013 - 18:02

El anuncio desató una fuerte polémica en el seno de la clase política peruana, donde unos apoyaban la medida y otros se oponían abiertamente por considerarlo una práctica fallida de tiempos anteriores.

Lima. El anunciado interés del gobierno peruano de comprar los activos de la refinería La Pampilla a la multinacional española Repsol -opción que fue descartada al cierre de esta edición-, desató en los últimos días una fuerte polémica en el seno de la clase política peruana, donde unos apoyaban esta medida y otros se oponían abiertamente.

La certeza de estas aspiraciones, que fueron expresadas por los principales colaboradores del presidente Ollanta Humala, fueron fortalecidas con señales positivas enviadas tras la reciente reunión entre Humala y el presidente de Repsol, Antonio Brufeau, en el Palacio de Gobierno.

Otra señal directa y notoria se hizo pública cuando el mandatario suscribió un decreto supremo que fortalece las funciones de la empresa estatal Petroperú, ampliando su rol en el sector energético y autorizando su rol en todos los niveles de la actividad petrolera.

Las reacciones no se dejaron esperar y una de las críticas provino del ex candidato presidencial, Pedro Pablo Kuzcynski, que compitió con Humala por la presidencia en los comicios del 2011. El político peruano aseguró que si se concretaba la compra de la refinería La Pampilla, podría resultar en una inversión con pérdidas, porque el proceso de modernización tendría un costo oneroso para el Estado.

Kuzcynski, un economista que fungió como jefe de Planificación y Política en el Banco Mundial (BM), sostuvo que si Perú adquiría la mencionada refinería tendría que hacer frente a gastos que superarían los US$1.500 millones para que este complejo petroquímico pudiera retener el azufre en el proceso de refinación de petróleo.

La Pampilla es un conglomerado industrial, ubicado en la zona norte en las periferias de la ciudad de Lima, y tiene una capacidad de producción que supera los 102.000 barriles de carburantes por día.

Esta refinería cuenta con pasivos a largo plazo estimados en cerca de US$700 millones y pasivos contingentes por unos US$900 millones destinados al proceso de desulfurización de combustibles.

La eventual compra de La Pampilla también habría implicado a las 200 estaciones de expendio de combustibles que controla Repsol en este país e incluye la planta de gas licuado Sol Gas, que abastece de gas doméstico a los consumidores peruanos.

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Con respecto al fortalecimiento de Petroperú, las autoridades peruanas consideraban que este sería un paso más en el proceso de modernización de la empresa estatal que, como cualquier empresa, necesita adecuarse a las necesidades de estos tiempos y a las responsabilidades que tiene con el país.

En estos momentos, la empresa estatal peruana tiene en sus manos la refinería de Talara, la segunda más importante de este país, y como parte de sus planes de mantenimiento viene desarrollando un proceso de modernización con un plan de inversiones por más de US$3.540 millones.

Con respecto al supuesto retorno a políticas anteriores, el encargado de las finanzas de Perú, el ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, también se pronunció sobre los comentarios ácidos lanzados por la oposición política e indicó que no existe la intención de regresar a políticas del pasado.

Pero sí coincidió con las declaraciones del presidente Humala de que el gobierno llevaba a cabo una evaluación técnica para adquirir acciones de Repsol tanto en La Pampilla como en otros negocios relacionados con la distribución de combustibles.

Entre los recelos de la oposición política se encuentra el documento político del Partido Nacionalista del presidente Humala, denominado "La Gran Transformación", que inicialmente formaba parte de un programa político de recuperación de los sectores productivos estratégicos de este país.

Pero esta propuesta fue cambiada por un plan de gobierno más moderado que se denominó "Hoja de Ruta", con el que logró la adhesión de sectores políticos liberales e independientes para ganar las elecciones del 2011.

Figuras importantes del gobierno, como el ex presidente del Congreso peruano, Daniel Abugattás, desmintió el retorno a "La Gran Transformación" y consideró que las críticas de la oposición tienen un interés político.

Entre los promotores de estas críticas, Abugattás también señaló al ex presidente Alan García, quien se encuentra bajo investigación por presuntos actos de corrupción durante su gobierno (2006-2011) y además está involucrado en una denuncia por haber indultado a 400 presos condenados por narcotráfico.

El ex presidente del Congreso consideró que los copartidarios de García lanzaron una campaña de críticas contra la administración de Humala para distraer la atención a las acusaciones e investigaciones de la que son objeto en el seno del Congreso peruano por medio de una "megacomisión investigadora" .

La polémica por la compra de los activos de Repsol en este país andino tuvo su origen inmediato en el adelanto que hizo hace dos meses la multinacional española sobre las próximas ventas de parte de sus activos en Latinoamérica.

Autores

Xinhua