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Producción de trigo caerá en América Latina
Viernes, Noviembre 2, 2012 - 09:41

Las lluvias de las últimas semanas han causado graves daños en los cultivos de Uruguay y los países vecinos, en tanto que la sequía también ha perjudicado al cereal en Australia

Los precios agropecuarios podrían estar ingresando en una fase de estabilización. La población mundial crece fuerte pero lo hace a tasas decrecientes. La economía mundial crece a tasas bajas.

El precio del petróleo se va moderando y la demanda por biocombustibles, si bien sigue siendo muy importante, ya no crece a las tasas tan elevadas de años anteriores. En Europa y EE.UU. se ha cuestionado marcadamente su uso. Los europeos han limitado ya su utilización mientras que en EE.UU. el debate seguirá presente una vez que pasen las elecciones.

Pero es temprano para asegurar que los precios de los alimentos efectivamente vayan a estabilizarse. Lo harían si contaran con condiciones climáticas normales.

Desde la oferta los esfuerzos productivos son enormes. La siembra de un área récord de maíz y soja, tanto en Brasil como en EE.UU., deben ser factores que incidan marcadamente sobre los precios de 2013.

El trigo es un grano en el que los factores de estabilización no están operando. Los agricultores argentinos sembraron un área escasa por los desestímulos de la política económica.  Por otra parte, el factor inestabilidad climática ha golpeado fuerte. No solamente en Argentina, también lo ha hecho en Uruguay, el sur de Brasil y Paraguay, y lo ha hecho también fuera de la región.

Pero la situación más importante para Uruguay es la que se da en Argentina, donde la cosecha que está empezando caerá a 10 millones de toneladas o aún menos, la menor desde 1996. Por exceso de lluvias, se han perdido 200 mil hectáreas del cultivo y el rendimiento promedio de Argentina estará en 2.950 kilos, según estimó la Bolsa de Rosario.

De modo que mientras la sequía fue el factor que restringió la oferta de granos en el hemisferio Norte y levantó los precios a mitad de año, el exceso de lluvias puede ser el factor determinante de los problemas para trigo y cebada sobre el final del año. Será escaso el grano de buena calidad. Porque los problemas no son sólo de Argentina.

En el sur de Brasil, en Paraguay y en Uruguay también bajará la producción, habrá problemas de calidad y el que tenga un grano en buenas condiciones sanitarias podrá hacerlo valer.

La sequía no solo ha diezmado la producción de maíz de EE.UU. generando la primera alza fuerte del trigo. También la falta de agua ha reducido la oferta de granos en general en Rusia y Ucrania, y de trigo en Australia.La producción rusa es 32% menor a la del año pasado. En Ucrania, la baja en la producción llevó a que las exportaciones hayan sido prohibidas a partir del 15 de noviembre próximo. De modo que el mercado de trigo está ajustado. El stock mundial va en baja.

El International Grain Council estimó esta semana que las reservas de los países exportadores están en el nivel más bajo de los últimos años. Este dato es importante porque Brasil necesitará un trigo que Argentina difícilmente podrá darle. Las necesidades de importación del país norteño superarán las 7 millones de toneladas.

También en las zonas trigueras del sur de Brasil hay daños importantes, rindes menores a los del año pasado y problemas graves de calidad. Y el saldo exportable de Argentina como máximo será de cuatro millones de toneladas. Los otros tres millones deberán salir de Uruguay y Paraguay, pero los brasileños deberán recurrir también al trigo de fuera del Mercosur.

El precio de los granos en general mantiene una tensa calma. Tras llegar a niveles récord en setiembre, los precios retrocedieron algo en base a la expectativa de una gran cosecha de maíz y soja en el Mercosur que alivie la extremada escasez de grano en stock. Un descenso del precio del maíz determina que menos trigo sea usado en la alimentación animal y alivia así al mercado. Pero las condiciones de oferta y demanda triguera pesan.

El stock mundial de trigo va en baja y por lo tanto la señal que tiene que dar el mercado es de aumentar el área plantada todo lo posible. De 198 millones de toneladas almacenadas un año atrás, el stock pronosticado por el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA, por su sigla en inglés) es de 173 millones para el año próximo. Pero cuando aparezca el nuevo pronóstico, el 9 de noviembre, es posible que las reservas estimadas queden por debajo de 170 millones, ya que en el último mes hubo recortes importantes en la producción prevista del Mercosur y de Australia.

En el caso de los australianos, la escasez de agua llevará a que el cultivo caiga de 29 millones de toneladas del año pasado (récord) a 20 millones este año.

Una encuesta realizada por Bloomberg esta semana ubicó las exportaciones de trigo de ese país un 31% por debajo de las del año pasado. Mientras el cultivo en el hemisferio Norte está en sus comienzos, el mundo ya sabe que es muy poco lo que puede esperar del hemisferio Sur. Y los grandes exportadores de trigo (EE.UU., Canadá, la Unión Europea, Australia y Rusia) tienen el menor nivel de grano almacenado de los últimos 17 años.

El principal comprador del trigo uruguayo, Brasil, tendrá una reducción de la producción de 16%, estimó esta semana la consultora Safras & Mercado, ubicándose en 4,75 millones de toneladas, un millón menos que el año pasado.

Un millón de toneladas menos producidas, un millón más importado si se mantuvieran las reservas estables. Los brasileños tendrán dificultades para conseguir trigo de calidad. Por ahora es Paraguay el que viene abasteciendo a la plaza riograndense, según informó Monitor Agrícola. Allí, si se lograra grano de calidad, habrá una oportunidad significativa para Uruguay. Pero no será fácil encontrar volúmenes importantes de trigo de buena calidad este año.

Esperando al sol. Los problemas sanitarios no son pocos. En hongos se reportan manchas, roya y el tan temido Fusarium que ataca en la floración e impide la formación del grano. También hay bacteriosis.

En Uruguay ya puede adelantarse que habrá un descenso fuerte en la producción de este año. Por un lado, la superficie sembrada fue menor. De las 600 mil hectáreas del año pasado a 450 mil que se levantarán este año. En segundo lugar, el rendimiento de los cultivos será menor por el exceso de humedad y el mercado quedará segmentado de acuerdo a la calidad panadera del grano cosechado.

El año pasado la productividad triguera había sido récord en 3.400 kilos por hectárea. Este año lo esperable son 3.000 kilos. Aunque es temprano para hacer una evaluación precisa, la producción caerá del récord de dos millones de toneladas del año pasado a 1,3 millones. Pero hay un tercer factor que limitará el saldo exportable.

El trigo de buena calidad será una proporción menor a la del año pasado. El mercado quedará segmentado entre el grano “forrajero” que no ingresará al consumo humano y el trigo apto para panificación y exportación, que será una proporción menor.El mercado se encamina a una situación diferente a la del año pasado. El Mercosur ya no será excedentario en trigo. Brasil deberá captar la mayor parte del trigo posible en el mercado de Argentina, Uruguay y Paraguay, pero deberá importar trigos mejoradores de fuera de la región para cubrir sus necesidades internas.

De esta forma se planteará un doble desafío. Los molinos deberán competir con sus pares brasileños por el grano de buena calidad. El grano de buena calidad será difícil de conseguir a menos de US$300 la tonelada. Ya esta semana cruzó esa referencia y se ofrece a US$305.

Aunque son pocos los agricultores que están en condiciones de asegurar que lo que cosechen tendrá la calidad deseada. Puede ser un factor inflacionario más. Bajar el precio interno de los productos panificados solo será posible a través de la compra de trigo de calidad media.

Pasado El Niño el escenario parece quedar delineado para un nuevo aumento del área de trigo. El grano debe continuar con un precio interesante y llegar al otoño 2013 con cotización mayores a las que tenía en el otoño pasado. La soja cosechada dejará un área importante disponible para la siembra. Y los productores sabrán que con la llegada de los planes de siembra pueden estar las últimas oportunidades de sembrar el tándem que se ha vuelto clásico en los últimos años de trigo y soja.

Entre la sequía de EE.UU. y el apetito chino. EE.UU. es habitualmente el principal exportador mundial de trigo. Comienza una siembra con una superficie importante implantada. Pero lo hace con un comienzo muy frágil. La sequía se mantiene, especialmente en algunos estados muy volcados al trigo, como Kansas. Los estadounidenses deberán esperar una normalización de la situación, porque si no los actuales problemas se agravarán.

Desde la demanda el banco holandés Rabobank aportó esta semana un ingrediente interesante a la situación de mediano plazo. Según esta entidad, China aumentará sus compras de trigo y eso “marcará una tendencia”.

Los chinos han acelerado sus compras de trigo en los útimos tres meses, triplicando las realizadas en 2011. En noviembre ya se aseguraron otras 300 mil toneladas de trigo canadiense, con lo cual llevarían sus compras a 1,5 millones de toneladas, lo que el USDA esperaba que compraran en todo el año agrícola. En el mercado circulan versiones contradictorias sobre la magnitud de la última cosecha de China. Mientras el USDA la estima en 118 millones de toneladas, Rabobank y otras fuentes privadas creen que fue mucho menor, unos 106 millones.

“Las compras de China todavía no han sido tomadas en consideración por el mercado”, opinó Rabobank. Si eso es así, el precio internacional tiene margen para seguir subiendo.

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