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Producción petrolera de Pemex cayó y tomas clandestinas crecieron en administración de Emilio Lozoya
Jueves, Agosto 17, 2017 - 10:53

Durante los tres años en los que Emilio Lozoya ocupó la dirección de Pemex, la producción de la empresa pasó de 2,55 millones de barriles de petróleo a 2,15 millones.

Durante los tres años en los que Emilio Lozoya ocupó la dirección general de Petróleos Mexicanos (Pemex), la producción de la empresa pasó de 2,55 millones de barriles de petróleo promedio diario a 2,15 millones, una diferencia de 4,1% entre el 2012 y el 2016. En sentido contrario, el número de tomas clandestinas de combustible en la infraestructura de la petrolera creció más de 40%, en el mismo periodo, al pasar de 1.635 tomas clandestinas detectadas en el 2012 a 6.873 tomas clandestinas, en el 2016.

Emilio Lozoya Austin fue uno de los mayores impulsores de la reforma energética propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto y aprobada a finales del 2013 por el Congreso de la Unión y por al menos la mitad de los congresos locales. De acuerdo con Lozoya, la desaparición de la distinción legal entre petroquímica básica y petroquímica permitiría que los particulares pudieran desarrollar ambas actividades, lo que podría desarrollar nuevas inversiones dentro del sector.

Durante casi todo el 2014, el trabajo de Lozoya se orientó a la restructuración de la petrolera estatal mexicana, misma que no se oficializó hasta el 2015 y con la que quedó constituida como una empresa compuesta por dos subsidiarias: Exploración y Producción y Transformación Industrial; así como otras cinco filiales: Perforación, Logística, Fertilizantes, Etileno y Cogeneración y servicios.

A finales del 2014, antes de que se completara la restructuración de Pemex, comenzaron a caer precipitadamente los precios del petróleo a nivel internacional, hasta llegar a un precio mínimo de US$26 por barril, para después estabilizarse en un aproximado de 40 dólares por barril. Para hacer frente a esta situación, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público decretó un primer recorte de 62.000 millones de pesos del presupuesto de la petrolera que después alcanzó los 100.000 millones de pesos.

Esta medida afectó a muchos trabajadores de la compañía, que sufrió importantes recortes de personal; además de que la estatal dejó de realizar inversiones que le dieran continuidad a sus proyectos y dejó de pagar a proveedores y contratistas, con lo que acumuló una deuda de 147.000 millones de pesos, que la dirección actual ha ido saldando en distintos momentos.
Durante la gestión de Lozoya Austin, Pemex reactivó además su negocio de fertilizantes, con un gasto de US$1.395 millones para la compra de la planta de Agro Nitrogenados y Fertinal, las cuales no han generado ingresos para la empresa hasta el momento. La gestión de Lozoya también fue responsable de la instalación de un laboratorio en colaboración con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología; además de que también ocurrió el relanzamiento de la franquicia Pemex.

A mediados del 2015, Lozoya anticipó, durante una exposición de temas relacionados con la industria energética mexicana en Houston, Estados Unidos, que México alcanzaría una producción de 3 millones de barriles diarios en el 2018, una meta que ahora se antoja difícil de alcanzar cuando la producción es casi 1 millón de barriles menor que la meta esperada a tan sólo un año.

Lozoya presumió de nuevo a finales del 2015, al afirmar que la restructuración de Pemex se había llevado a cabo en un tiempo récord de tan sólo ocho meses, además de que es considerada la más grande renovación de la petrolera en los últimos 20 años. Sin embargo, apenas un año después de esta renovación, con la llegada de José Antonio González Anaya, el nuevo plan de negocios de la compañía implicó la desaparición de al menos dos de las subsidiarias creadas por Lozoya: Fertilizantes y Etileno.

Autores

El Economista (México)