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Productores argentinos de yerba mate ven un futuro brillante con lo orgánico
Jueves, Octubre 13, 2011 - 17:03

La yerba mate, una especie de té de hierbas rico en antioxidantes y que se sorbe a través de una bombilla de metal en algunas zonas de Sudamérica, es un gran negocio en Argentina en las áreas subtropicales cercanas a las cataratas de Iguazú, en la frontera con Brasil y Paraguay.

Andrésito, Argentina. Apartado en un rincón del norte de Argentina, el agricultor Evaristo Borges ayuda a cultivar un exitoso negocio en medio de la selva.

La yerba mate, una especie de té de hierbas rico en antioxidantes y que se sorbe a través de una bombilla de metal en algunas zonas de Sudamérica, es un gran negocio en Argentina en las áreas sub-tropicales cercanas a las cataratas de Iguazú, en la frontera con Brasil y Paraguay.

Varias empresas han empezado a producir mate orgánico en los últimos años, pero la mayoría de las grandes plantaciones usa fertilizantes y otros agroquímicos.

Las plantaciones de Borges son cultivadas orgánicamente bajo la sombra del bosque.

"La otra yerba mate tiene veneno, todo tipo de veneno, y ésta no tiene nada", dijo. "Esta es de calidad, yerba mate orgánica de exportación", agregó.

Borges trabaja para Guayaki, una compañía de bebidas orgánicas que exporta sus productos a consumidores con consciencia ambiental de Estados Unidos y Canadá.

El cofundador de la empresa, el argentino Alex Pryor, tuvo que depender de donaciones para que la firma se estableciera en 1996. Quince años después está obteniendo saludables beneficios.

Sin embargo, Pryor dijo estar más preocupado por la triple cuenta de resultados, en referencia al objetivo de la empresa de obtener beneficios al mismo tiempo que hacer una contribución positiva a la población local y al medioambiente.

"Hemos demostrado que el modelo funciona, que el modelo de sustentabilidad funciona. Donde somos económicamente rentables, estamos ayudando a las comunidades indígenas y a pequeños agricultores y también a la revitalización de los ecosistemas", afirmó mientras tomaba su mate.

Guayaki, que también hace bebidas energéticas con infusión de yerba mate, tiene un impacto de carbono negativo gracias a sus orgánicas plantaciones, agrega Pryor.

A pesar de que la planta de la yerba mate es un cultivo tropical y crece mejor cuando está protegida del sol, las plantaciones tradicionales de la cosecha se organizan en parcelas industriales donde todos los demás arbustos son sacados y los herbicidas son rociados para limpiar la maleza.

Guayaki compensa las emisiones de gas carbónico generado por el procesamiento, empaque y exportación de productos de su mate mediante la replantación de árboles nativos de madera noble.

El objetivo de la compañía para el 2020 es recuperar 60.000 hectáreas de bosques y asegurar ingresos a unas 1.000 familias de la zona.

Al plantar semillas en el vivero de la empresa, el gerente regional de la compañía, Raúl Kolln, aseguró que se tuvo cuidado en elegir variedades de árboles que atraigan a la fauna silvestre.

"Hay algunos que son beneficiosos para el mate, y algunos que no son tan buenos, así que había que buscar un equilibrio entre los árboles que dan sombra y los árboles que tienen frutos, por lo que (las plantaciones) también son atractivas para las aves, los animales de la selva", dijo.

Autores

Reuters