Toneladas de naranja en la localidad de Itapúa se pudren en las plantas porque no tienen mercado de colocación a nivel nacional por el ingreso masivo de frutas desde la Argentina.
Asunción. El tema está adquiriendo ribetes de verdadero problema social y económico porque toda la cuenca naranjera de la zona, que abarca los distritos de Mayor Otaño, Carlos Antonio López y Yatytay, e involucra a unas 1.000 familias de pequeños agricultores, está sin poder colocar sus productos, y las naranjas literalmente se pudren en las chacras, señaló el Ing. Agr. Enrique Galarza, gerente de producción de la empresa Frutika, la mayor productora e industrializadora de cítricos en la zona.
La razón del masivo ingreso del producto argentino se debe a que este año tuvieron una superproducción, pero hubo problemas con la excesiva helada, entonces tienen unas naranjas muy lindas, pero secas, sin jugo, y prácticamente están regalando con tal de salir de sus productos, explicó el técnico.
Entre los tres distritos naranjeros se cultivan unas 2.300 hectáreas de cítricos, de las cuales 1.500 son de pequeños productores que tienen el cultivo de naranjas y pomelos como el principal rubro de renta familiar.
El volumen de producción de este año es de unas 25.000 toneladas de frutas. La cosecha comenzó en el mes de julio y se extiende hasta casi diciembre. El principal punto de colocación es el Mercado de Abasto, en Asunción, desde donde se distribuye al resto del país.
En lo que va de la presente cosecha se dejaron de vender al menos unas 2.000 Ton. y esta situación se mantendrá durante todo el periodo, pues desde el vecino país ingresan a diario toneladas del producto que los importadores están adquiriendo a bajo costo.
“El problema es que aquí existe una pequeña rosca de empresarios que es la que se encarga de importar y distribuir el producto en el país. Para este grupo la cuestión está en maximizar las ganancias, sin importar mucho la calidad del producto, y colocan en el mercado el que más le conviene. Si uno busca naranja nacional, por ahí no lo encuentra, porque está la sobreoferta de la naranja argentina”, indicó.
Los productores locales exigen de los funcionarios nacionales un poco más de patriotismo para proteger los intereses nacionales. Los controles son muy “tibios”, por no decir otra cosa. Mientras nosotros no podemos meter ni una sola naranja en la Argentina, desde allá ingresan con mucha facilidad. Si bien no podemos pedir que se prohíba el ingreso, sí se pueden aplicar medidas paraarancelarias como las que nos imponen para impedir entrar a su mercado”, indicó Galarza.
Cristina Kress, directora ejecutiva de la firma Frutika, dijo que el problema pasa por una cuestión de injusticia, pues no son las mismas reglas de juego que se aplican al producto paraguayo cuando se pretende ingresar a los países vecinos, que las aplicadas por las instituciones nacionales ante la avalancha de la producción extranjera. “Lo único que les pedimos a las instituciones de control es que cuiden los intereses nacionales en un momento crítico”, dijo.