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Spinifex, la planta australiana que podría revolucionar la industria de los preservativos
Lunes, Abril 11, 2016 - 14:17

Obtener preservativos más resistentes, finos -y con ello más cómodos- y baratos puede tener un gran efecto sobre gran parte de la población que ya los usa, pero también mejorar la seguridad anticonceptiva de otra parte que aún no utiliza protección.

Los preservativos son, con mucho, el método anticonceptivo más utilizado en países como España. Su alta tasa de uso se debe a la seguridad que proporcionan y a la facilidad de colocación que ofrecen. Sin embargo, no son perfectos en cuanto a fuerza, y es relativamente común que puedan romperse. Por ello los investigadores no dejan de probar variantes del látex con las que obtener productos aún más resistentes, y en algunas ocasiones, consiguen frutos positivos. En la Universidad de Queensland, han desarrollado un sistema de extracción de nanocelulosa de un grupo de plantas australianas para ser usada como aditivo en la producción de látex.

Según el profesor responsable, hasta ahora han conseguido un incremento del 20% en la presión de rotura y 40% en la presión del volumen, respecto a las soluciones que actualmente están en el marcado. Continuando la investigación y obteniendo un proceso más refinado, piensan que pueden obtener un preservativo hasta un 30% más fino sobre los que han conseguido a día de hoy, de 45 micras (equivalente al grosor de un pelo humano).

La clave es que incluso llegando a esas cifras, pueden superar las pruebas estandarizadas a las que los organismos de sanidad someten a los productos del sector. La planta (aunque tiene muchas variaciones) en concreto es Spinifex, y sólo se da en Australia. Su resina es tan resistente que tribus aborígenes las usan para pegar puntas de lanzas a los mangos, lo que levantó la curiosidad de los investigadores y les hizo preguntarse sobre los posibles usos.

Cuando profundizaron, pudieron observar que lo que los nativos habían usado durante siglos, también endurecía, o más bien reforzaba plásticos y cauchos. Además, el nuevo material permitirá comercializarlos a menor coste, ya que el compuesto integra una cantidad menor de látex, que es el material que más encarece la mezcla final. Esto, que aquí no supone un problema grave a día de hoy, puede ser decisivo en países subdesarrollados donde enfermedades como el VIH resultan mortales.

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