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Terminales de abastecimiento de Pemex, uno de sus mayores dolores de cabeza
Martes, Junio 2, 2015 - 09:54

La estatal ha enfatizado el combate a la ordeña de ductos, pero 60% de la sustracción ilegal se da en las terminales de almacenamiento y reparto, refinerías y puertos, de acuerdo con reportes internos.

El mercado negro de combustibles implica una sangría diaria de hasta 20.000 barriles diarios; no obstante, hasta ahora, la mayor parte de los problemas provienen de la falta de controles en las terminales de almacenamiento y reparto (TAR), donde se pierde hasta 60% del combustible, lo que ha provocado problemas de abastecimiento en varias regiones del país.

De acuerdo con reportes internos de Petróleos Mexicanos (Pemex) a los que El Economista tuvo acceso, el promedio de 20,000 barriles diarios implica que al menos 8,000 barriles son los que se obtienen de las tomas clandestinas detectadas periódicamente, pero el resto proviene, en su mayoría, de un manejo irregular de las entregas de combustibles en terminales.

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Los sitios que se han detectado con irregularidades son: refinerías, TAR, terminales marítimas, residencias de operaciones portuarias y sectores de ductos.

Los informes explican que las regiones más conflictivas del país son las más afectadas por este fenómeno, como es el caso del noreste del país, Michoacán, Jalisco y Veracruz, además del Estado de México y Tabasco.

Añaden que hay una relación intrínseca entre el crimen organizado y el robo de combustible en las terminales de almacenamiento, que se suma a la falta de controles en el despacho, en las pipas y en las entregas.

Las fuentes explicaron que han detectado patrones temporales en los robos de combustible. De acuerdo con las investigaciones realizadas, en algunos meses hay más pérdidas en unas terminales que en otras, pero no siempre son las mismas. Hay movimientos relacionados con estos robos y el abasto irregular de las estaciones de servicio, que en muchas ocasiones son surtidas por los propios empleados de Pemex o por pipas privadas.

En febrero pasado, Pemex determinó que dejaría de transportar gasolina refinada a través de su red de ductos para trasladar únicamente combustible no procesado y no apto para su uso en motores, y anunció que la mezcla final del combustible se realizaría en las TAR, con el propósito de inhibir la ordeña de producto terminado en ductos.

El programa de combate al mercado negro de combustibles pretende también incrementar la vigilancia de los ductos con personal de seguridad propio y un incremento de la presencia militar en los ductos y terminales; sin embargo, no se tiene previsto concluir este año el programa de modernización de las instalaciones de Pemex.

El caso Sinaloa. En Sinaloa, donde son consumidores netos de combustible, se detectó un mercado negro de combustible enfocado al diésel, que es usado en actividades agrícolas y lo mismo se vende directamente a los consumidores que con intermediarios o incluso usando las estaciones de servicio formales.

Sinaloa es el cuarto estado con mayor cantidad de tomas clandestinas del país, con más de 220 tomas al año, un dato que es tomado como referencia porque la mayoría de este producto proviene de importaciones o llega por barco a la zona de consumo.

Autores

El Economista (México)