Pasar al contenido principal

ES / EN

No existe certeza de que los edulcorantes sean beneficiosos para la salud
Martes, Enero 8, 2019 - 10:00

Estudio concluyó que no hay suficiente evidencia para decir que son saludables.

Los sustitutos del azúcar, como la estevia, se publicitan como alternativa “natural” o “saludable”. Sin embargo, no existen investigaciones que sean lo suficientemente concluyentes y extensas sobre las potenciales consecuencias sobre la salud; aún no del todo descubiertas. Y, por extensión, tampoco hay lineamientos oficiales sobre cómo usarlas, qué cantidad es la máxima recomendada para ser considerada “saludable” y otras advertencias que el azúcar ya tiene.

Entonces, ¿los endulzantes sin azúcar que contienen poco o nada de calorías deberían ser recomendados como una estrategia para reducir el consumo de los azúcares añadidos a los alimentos por fabricantes, cocineros o consumidores?

Para responder a esta pregunta, Cochrane —un instituto de salud internacional— publicó un estudio esta semana en la revista médica BMJ que concluye que no hay evidencia suficiente para decir que los sustitutos del azúcar, como la estevia, tengan beneficios para la salud, así como tampoco hay evidencia sólida para decir que son inofensivos.

El estudio, escriben los autores, quiere contribuir a los lineamientos sobre el uso recomendado de los edulcorantes que la Organización Mundial de la Salud esta próxima a publicar porque, dice este organismo, “su uso está muy extendido y se siguen promoviendo en gran medida como alternativas saludables a los azúcares”.

La mayoría de los edulcorantes que se usan hoy como sustitutos del azúcar son sintéticos. Los endulzantes sin azúcar (NSS, por sus siglas en inglés) se diferencian de los azúcares como la sacarosa no solo porque contienen menos calorías que el azúcar, o por su sabor (que es generalmente más dulce) sino por la forma en que el cuerpo los metaboliza y cómo afectan los procesos fisiológicos.

El edulcorante más usado en la actualidad es la estevia. El Instituto Global de la Stevia (un portal de información patrocinado por la empresa PureCircle, el mayor productor de estevia del mundo) explica las razones por las cuales se ha generalizado el empleo de este edulcorante, que es usado por 5.000 millones de personas en el mundo, según sus cálculos.

La Unión Europea autorizó la venta y el consumo de la estevia en 2011, y el consumo se triplicó entre ese año y 2016, según la firma investigadora Euromonitor International.

Por un lado, la estevia que se consume procesada y se vende como reemplazo del azúcar proviene de una planta que originalmente los indígenas guaraníes de Paraguay y Brasil usaban para endulzar: Stevia rebaudiana. Los extractos de hoja de Stevia son un endulzante intenso, así que los efectos sobre la glucosa en la sangre y los cero carbohidratos que aporta se convierten en una alternativa al azúcar para los 360 millones de personas con sobrepeso solo en América Latina (el 58 % de la población) y los 140 millones de personas con obesidad.

La investigación que hizo Cochrane encontró 13.303 registros de estudios sobre el tema y eligió revisar 56. La pesquisa se basó en seis preguntas formuladas por la OMS sobre los efectos del consumo de edulcorantes en la salud de niños y adultos. Incluyeron estudios que observaron población saludable, con sobrepeso y obesa, que estuviera o no tratando de perder peso. Excluyeron las pruebas en animales y los estudios con mujeres en embarazo.

Según concluyeron los investigadores, la evidencia que presentaban los estudios revisados “no era muy sólida”, porque la mayoría de los estudios tenían muestras muy pequeñas y duraron entre cuatro semanas y seis semanas, un período de tiempo insuficiente como para llegar a conclusiones firmes.

Por ejemplo, para la mayoría no había una diferencia estadística entre los kilos que pierde un adulto o niño que consume dosis altas de edulcorantes o los beneficios para su salud. “No observamos diferencias significativas en el cambio en el peso corporal entre los adultos que recibieron NSS en comparación con los que recibieron azúcares diferentes o placebos”, escriben los autores. Según su revisión, la pérdida de peso entre los adultos que consumen endulzantes es de apenas 1,99 kilos, una cifra poco significativa como para decir que consumir estevia, por ejemplo, hace perder peso.

Cabe aclarar que ninguno de los estudios que revisaron encontró evidencia de mayores riesgos para la salud. En las personas que usan endulzantes alternativos al azúcar no habían aumentado el riesgo de cáncer y, a pesar de la conclusión del estudio, todo apunta a que los sustitutos del azúcar son mucho menos dañinos que el azúcar.

Los investigadores de Cochrane señalan que dos estudios sí demostraron los beneficios de los sustitutos del azúcar al comparar la ganancia de peso de niños y adolescentes que consumían edulcorantes versus los que consumían azúcar.

“Yo diría que no hay evidencia convincente de beneficios claros para la salud en la población general. Puede haber un pequeño beneficio en el peso, pero no tenemos datos de alta calidad con un seguimiento a largo plazo que confirme definitivamente este efecto”, dijo Joerg J. Meerpohl, codirector de Cochrane Alemania y uno de los autores del estudio, al diario The Guardian. “Hay una alternativa buena y segura para las personas que intentan perder peso: el agua y los alimentos sin o con menos azúcar. No es necesario agregar azúcar adicional gratis, ni edulcorantes en la mayoría de los casos”.

Los resultados del estudio están acompañados por un editorial del nutricionista Vasanti Malik, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en la revista BMJ, quien señala que es importante hacer estudios mejores y a largo plazo sobre el efecto de los NSS para poder formular políticas públicas de reducción de azúcar, como los impuestos y el etiquetado, o incluso para reformular el producto.

Sin embargo, no descarta que “el uso de edulcorantes sea una estrategia que ayude a reducir el riesgo cardiometabólico en consumidores asiduos de azúcar y dulces, teniendo en cuenta que el objetivo final es que las personas consuman agua y otras bebidas saludables”.

Autores

El Espectador