¿Es necesario un gobierno global para prever estas situaciones?, cuestiona el académico de Esade, David Murillo.

Es bien conocido que la mayoría de las corporaciones están supeditadas a sus resultados y a buscar la máxima retribución para el accionista. ¿Qué sucede cuando desproveemos a sus directivos de sentido crítico, los transformamos en herramientas de gestión de un cuadro de mando y, por último, los sometemos al dictado de las bolsas de valores? ¿Y si, además, ascendemos a la alta dirección a aquellos que presentan los perfiles financieros más acusados o a los caracterizados por reducir la complejidad del mundo a modelos económicos y algoritmos matemáticos?

De hecho,¿qué ocurre cuando a la tendencia hasta aquí descrita y circunscrita al ámbito interno de la empresa le añadimos las enfermedades ya observadas en el sector financiero más especulativo? Entramos en un mundo en el que el valor económico generado no se corresponde con el valor social, explica el profesor David Murillo en su libro titulado De Walmart a Al Qaeda.

Tras Lehman Brothers  

Contra lo que algunos se esfuerzan en hacernos creer, los males diagnosticados tras la caída de Lehman Brothers aún están muy lejos de haberse corregido. Los grandes elefantes de Wall Street siguen reclutando a sus empleados entre los estudiantes más brillantes de las principales universidades norteamericanas, con salarios desorbitados y una vinculación a la economía real que ni está ni se la espera. Para ello no hace falta ni experiencia previa ni grandes conocimientos financieros; sí, la capacidad de adaptarse a un código de valores particular, centrado en el prestigio económico más que social y en un intercambio de acreditaciones con el que todos ganan: «Te cambio tu Ivy League por mi marca Wall Street».

David Murillo se pregunta: ¿Qué ha cambiado en la mentalidad del sector financiero estos últimos años? ¿Cuáles son sus consecuencias en este paisaje económico y también moral de las grandes corporaciones internacionales? ¿Y en nuestras sociedades? El resultado más evidente es la hipertrofia del sector financiero — ¿recuerdan el “demasiado grande para caer”?—, la gestión todavía centrada en el corto plazo, la imposición de las políticas de austeridad, la socialización de las medidas de ajuste, la debacle fiscal de los estados y, eso sí, algunas medidas de maquillaje para evitar entrar a fondo en la gran batalla de la que dependen nuestros estados de bienestar: la lucha contra los paraísos fiscales y la ingeniería financiera.

¿Podemos hacer algo contra todo ello? ¿Cuál es el papel del ciudadano tras el panorama impuesto por las políticas de austeridad de la Troika? ¿Qué esperanzas podemos poner en el nacimiento de un gobierno mundial que resuelva aquellos problemas a los que no llega el estado-nación? Y este futuro gobierno, ¿tendrá valores americanos, europeos o chinos?

Los grandes desafíos de la globalización

En De Walmart a Al Qaeda: una lectura interdisciplinar de la globalización, un texto de fácil y trepidante lectura, se presentan los grandes desafíos de la globalización. Desde las teorías que intentan explicarnos este nuevo mundo al choque entre ideologías; del auge de los nuevos gigantes empresariales a la dictadura de la mentalidad financiera y especulativa; del nacimiento del management como ciencia a la rebelión social contra las empresas autistas e irresponsables. La pregunta final es una: ¿Qué valores queremos defender y cómo avanzar hacia ellos? Este libro propone un camino que pasa por hacer bandera de unos valores y una manera de ver el mundo.

“La crisis económica aceleró la transferencia de poder de Occidente a Oriente, de manera que la etapa unipolar de hegemonía norteamericana no es más que un recuerdo. El análisis interdisciplinar de la globalización que hace este libro es fundamental para comprender el marco multipolar en el que nos movemos. Una lectura imprescindible para tratar de gestionar adecuadamente este mundo que, sin duda, ha llegado para quedarse”, explica Javier Solana, presidente de ESADEgeo, ex Alto Representante para la PESC de la Unión Europea y ex Secretario General de la OTAN.