Pasar al contenido principal

ES / EN

Experta señala que la mayoría de los accidentes veraniegos por inmersión ocurren en agua dulce
Viernes, Enero 2, 2015 - 17:21

Docente universitaria de enfermería subraya que las piscinas son más riesgosas que el mar, por lo que se hace necesario tener nociones de primer auxilios para responder ante posibles emergencias.

Verónica Collao, enfermera y docente de la Escuela de Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Central (Chile), señala que son varios los estudios que indican con claridad que en época estival los riesgos de accidentes por inmersión se concentran en el agua dulce mucho más que en el mar.

Por agua dulce se entienden bañeras, formas urbanas de juegos con agua, lagos, ríos y –especialmente- piscinas. El porcentaje que entregan los estudios resulta lapidario: el 98% de los accidentes de verano ocurren en este tipo de lugares.

“Por ello es muy importante que las personas cuenten con algún grado de conocimiento en primeros auxilios, dado que la estadística es tan clara en indicar dónde están los mayores riesgos”, subraya la experta y académica.

La mayor tasa de accidentabilidad se da entre lactantes de 1 y 4 años,  aunque también en edades adolescentes. Unos porque suelen ocurrir descuidos en mayores que están a su cuidado y en los segundos por su permanente actitud temeraria de jugar con los riesgos.

“En lactantes, el 78% de los accidentes ocurre en bañeras, entre 1 a 4 años la mayoría sucede en piscinas y resto n agua dulce, y sobre los 4 años un 63% pasa en agua dulce”, precisa Collao.

La también experta en primeros auxilios indica que una persona que sufre un accidente por inmersión se debe tratar como un traumatismo encéfalo-craneano, de acuerdo a los siguientes pasos:

1. Siempre suponer que la persona se golpeó la cabeza: hay que movilizarlo sujetando su cabeza y mandíbula firmemente.

2. Sacar al accidentado del agua y verificar si responde o respira, observando el movimiento de su tórax o sintiendo la respiración nasal. Si respira se debe llamar inmediatamente al 131, para que sea trasladado a un centro asistencial y se realice una evaluación.

3. Si el auxiliador se encuentra solo y el niño no responde o no respira:

a) Colocarlo en una superficie dura y comenzar con compresiones a una frecuencia de 100 por minuto en la zona intermamilar o entre las mamas durante 2 minutos.

b) Luego de ello, se debe llamar al 131 y continuar con las compresiones hasta que llegue la ayuda médica.

4. Si el auxiliador se encuentra acompañado:

a) El primer auxiliador debe llamar al 131

b) La otra persona debe colocar al accidentado en una superficie dura y comenzar con compresiones a una frecuencia de 100 por minuto en la zona intermamilar durante dos minutos.

c) Una compresión adecuada debe deprimir al menos 4 cm en lactantes y 5 cm en niños mayores de 2 años.

d) Después de transcurrido este tiempo de 2 minutos verificar si el niño respira; si lo hace se debe parar la compresión, abrigarlo con alguna manta  y esperar el auxilio médico ya requerido.

e) Si continua en las mismas condiciones, sin respirar ni responder, se debe continuar las compresiones de la misma manera hasta la llegada del personal médico.

Collao enfatiza que si la persona cuenta con conocimientos de reanimación cardiopulmonar, puede realizar respiraciones boca a boca, “si no, es mejor realizar una compresión adecuada para asegurar un flujo sanguíneo apropiado para los órganos vitales”, señala.

Finalmente, nunca dejar al accidentado en el agua y siempre sospechar también una posible lesión cervical, por lo tanto, se debe movilizar lo menos posible hasta que llegue asistencia especializada.

 

 

Autores

LifeStyle.com