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Inteligencia artificial y educación: ¿Cuál es el costo de avanzar hacia la máxima personalización?
Jue, 09/02/2023 - 10:40

Pablo Correa

Inteligencia artificial y educación: ¿Cuál es el costo de avanzar hacia la máxima personalización?
Pablo Correa

Director de Tecnología de Mine Class.

La Inteligencia artificial (IA) está cambiando todo lo que damos por sentado, desde las cosas más tangibles como escribir un libro o pintar un cuadro, hasta la resolución de problemas altamente complejos, como la conducción automatizada de camiones de una faena minera. Todo está cambiando y, la educación no es la excepción a la regla. Cientos de nuevas herramientas disponibles para estudiantes, profesores, diseñadores instruccionales, etc. están cambiando la forma en que enseñamos y cómo no… En la que aprendemos.

Solo por dar un ejemplo, con las correctas herramientas de IA, las plataformas de estudio online podrían llegar a ofrecer aprendizaje personalizado para cada persona, aprendiendo de sus errores cometidos, de sus talentos y de sus brechas, adaptando el contenido automáticamente a las necesidades individuales de cada estudiante. Esto para un profesor, un equipo de ellos, o incluso para una plataforma online tradicional hasta hace no mucho, no era viable.

En otra arista, herramientas de IA generadoras de contenido pueden ayudar a los tutores a proveer contenido actualizado, reciente y diverso, sin necesidad de invertir enormes cantidades de recursos en desarrollarlos. El renombrado ChatGPT, desarrollado por OpenAI, puede utilizarse para generar contenido educativo personalizado, como ejercicios y preguntas de prueba, lo que puede ayudar a los estudiantes a aprender de manera más efectiva.

Hoy por hoy ya se utilizan varias herramientas de IA en educación, como por ejemplo el reconocimiento facial, que para industrias como la minera, se hace fundamental, ya que es una metodología eficaz para que las empresas estén seguras de que los usuarios sean quienes efectivamente dicen ser. Así, el reconocimiento facial tiene fuertes usos para garantizar y asegurar la identidad de los estudiantes, control de asistencia automático, etc. Otro ejemplo es el procesamiento de lenguaje natural, que permite a los profesores corregir preguntas de texto libre de forma automática de acuerdo a una rúbrica de evaluación, pudiendo salir de las típicas preguntas de alternativas.

Pero con un gran poder, siempre hay una gran responsabilidad. Todos estos usos de la IA requieren la recolección, procesamiento, análisis y explotación intensiva de los datos de los alumnos, tanto información sobre su perfil, sus intereses, etc, como la data que generan al interactuar con plataformas de estudio. Esta información, que es bastante sensible, está relativamente protegida por casi todas las legislaciones a nivel mundial. Lo que no está regulado, es la información que, mediante modelos de IA, puedes inferir sobre los estudiantes, que puede alcanzar altísimos niveles de sofisticación y llegar a conclusiones potencialmente muy certeras como peligrosas.

Un insight generado automático podría ser algo como: “El estudiante posee una comprensión lectora de nivel satisfactorio, no así su capacidad de abstracción matemática, lo que no le permitirá desarrollarse en labores relacionadas a STEM.” Una conclusión de ese tipo, en malas manos, o sin las herramientas necesarias para una adecuada interpretación, pueden causar daños irreparables en la vida de una persona. Es por esto que la ética para la IA, y sobre todo en ambientes educacionales, es una materia de estudio que está tomando mucha relevancia últimamente.

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