Entre enero y octubre pasados, se registraron más de dos millones de casos y cerca de mil muertos. Delegados de 12 países de la región se reunieron en Buenos Aires para analizar la respuesta sanitaria ante este y otros virus transmitidos por mosquitos.
Autoridades sanitarias, expertos en epidemiología de América Latina y Europa y referentes de Centros Colaboradores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reunieron en Buenos Aires para debatir y orientar las acciones de preparación y respuesta del dengue, chikungunya y zika, tres virus transmitidos por mosquitos que se caracterizan por provocar de fiebres hemorrágicas a inflamación articular. El encuentro fue organizado por el Ministerio de Salud de la Nación y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que funciona como oficina regional de la OMS para las Américas.
Delegados de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Francia, México, Nicaragua, Perú, Paraguay, Puerto Rico, República Dominicana y Uruguay advirtieron sobre el aumento de casos de dengue cada año y la expansión del chikungunya y el zika a países de la región. Todas estas enfermedades son transmitidas por el mosquito Aedes Aegypti. Y en los dos últimos casos se trata de males que entraron hace muy poco al continente y se están expandiendo.
Mientras el dengue está presente en casi toda la región, el recién llegado chikungunya ya lleva notificados más de 1,8 millones de casos en los países, aunque Argentina, Chile y Uruguay aún no han registrado personas que hayan contraído la enfermedad dentro de sus territorios. El zika, por su parte, supone un nuevo reto para las naciones, con casos reportados en Brasil y Colombia, en apariencia, importados al primero de los países desde Isla de Pascua, en el Océano Pacífico.
“Estas jornadas reúnen a expertos de muchas disciplinas cuya presencia es muy importante para compartir experiencias y articular acciones concretas” en vista de que el dengue “es una enfermedad endémica en muchos países de las Américas”, señaló la representante de OPS/OMS en Argentina, Maureen Birmingham.
“A pesar de los grandes esfuerzos llevados a cabo por los países, el número de enfermos de dengue sigue en aumento cada año”, advirtió, en referencia a que entre enero y octubre pasados se registraron en la región casi dos millones de casos y alrededor de un millar de muertos, puntualizó. “Y también tenemos chikungunya, que se expande a varios países, y zika, un nuevo virus”, explicó.
Las tres enfermedades tienen algunos síntomas similares y comparten además métodos de prevención. Para atenuar la diseminación del dengue y chikungunya, resulta clave eliminar cualquier reservorio de agua estancada donde se pueda criar el mosquito, sumado a políticas de vigilancia epidemiológica, atención clínica, control de vectores, prevención de secuelas y disminución del impacto económico y social.
Se estima que unos 2,5 mil millones de personas viven en más de cien países endémicos y áreas donde los virus del dengue se pueden transmitir; se trata de la enfermedad transmitida por vectores de más rápido crecimiento del mundo. El dengue causa fiebre con dolor de cabeza, erupción cutánea y dolores musculares debilitantes. Aunque la mayoría de los casos de dengue evolucionan favorablemente, pueden surgir complicaciones en algunas personas que van a requerir acudir a un servicio de salud para su correcto manejo.
Por su parte, el chikungunya provoca fiebre alta, intensos dolores en las articulaciones, sarpullido, dolor de cabeza y muscular. Un caso de cada mil, puede ser severo, grave, que necesitará ser hospitalizado. Se han descrito defunciones a causa del chikungunya. En las personas mayores de 45 años se puede presentar una fase crónica de la enfermedad con dolores en las articulaciones que pueden durar meses o años.
En tanto, la fiebre del zika es una enfermedad viral que consiste en fiebre leve, sarpullido, dolor de cabeza, malestar general y conjuntivitis no purulenta que ocurre entre tres a doce días después de la picadura del mosquito vector. Los síntomas pueden durar entre dos y siete días.