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Otra de Ozzy Osbourne: dice que irá al infierno por vender su alma al diablo
Martes, Noviembre 11, 2014 - 17:24

A pesar de sus anuncios, Ozzy muere y resucita. Hoy ve más la luz que la oscuridad. Fue premiado recientemente por su exitosa trayectoria de cuatro décadas y se anuncia una nueva temporada de su curioso reality show.

"Tenía la boca llena de sangre, que en realidad era salsa de arándanos. Les dije a todos: 'Tenemos que poner algo en el álbum que sepamos que van a censurar'. Si te censuran, siempre acabas vendiendo más discos".

Quien habla es Ozzy Osbourne, el roquero que ha hecho su carrera haciendo una mezcla compleja, que no todos pueden manejar: calidad musical, vida licenciosa y manejo publicitario.

En este caso especifico, se refiere a la portada de su segundo LP en solitario, el disco en vivo "Speak of the devil", que salió luego de un exitoso debut solista con “Blizzard of Ozz” y su aún más exitosísima aventura en grupo junto a Black Sabbath.

Hoy, en un buen momento de su vida, en el que -a pesar de los pesares- mantiene un longevo matrimonio y -a pesar de los pesares- se relaciona bien con sus dos problemáticos hijos, sigue sacando discos, sigue viviendo de su música y recientemente fue homenajeado por los Premios MTV Europa.

No siempre fue así. Anduvo alguna vez por la cornisa, pero no fueron los excesos ni las drogas. Fue por la música. Su canción "Suicide solution" (publicada en su disco debut) lo llevó a los tribunales en Estados Unidos, ya que un joven de 19 años interpretó el título de forma literal y se quitó la vida, usándola como banda sonora de su penosa decisión.

“El chico se llamaba John McCollum. Diecinueve años, muy fan tuyo. Según sus padres, había estado bebiendo y escuchando tu canción cuando se pegó un tiro con el calibre 22 de su casa. Aún tenía los auriculares puestos cuando lo encontraron. Y te echan la culpa a ti”, le explicó sucintamente su abogado cuando el caso explotó.

La vio oscura Ozzy esa vez. Pero oscuro de verdad. Por más que él defendía el punto práctico del asunto: cómo iba a querer que sus fans se suicidaran, quiénes comprarían sus discos si así fuera. El clima social de los 80 en Estados Unidos no estaba para pragmatismos. Quería la cabeza de Ozzy y de toda esa "basura diabólica".

Mientras su abogado dijo en el juicio que si querían prohibir "Suicide solution" y hacer responsable del caso de muerte al músico, se tendría que prohibir a Shakespeare porque "Romeo y Julieta" aborda la misma temática. Dijo también que la libertad de expresión en Estados Unidos incluye las letras de canciones.

El juez, por su parte, fue tan pragmático como Ozzy: dijo que pese a que la propuesta artística que se estaba analizando era "totalmente repugnante y reprobable, la basura también está protegida por la Primera Enmienda en este país”. Y Ozzy pudo zafar.

La situación que vive hoy es totalmente distinta, con exitoso reality show televisivo incluido (que luego de varias temporadas, anuncia su regreso para el 2015). Recientemente los Premios MTV Europa 2014 lo homenajearon por sus trayectoria de cuatro décadas.

Y en medio de ese contexto, Ozzy se deslengua de nuevo. Ahora anuncia que está convencido de que irá al infierno cuando muera "por haber vendido mi alma al diablo, a cambio de poder exprimir al máximo la vida".

Explicó que "en realidad vendes tu alma al diablo en el momento en que haces algo que no deberías, y yo ya lo he hecho. He vivido mi vida al máximo. Si hay algo más después de la muerte, tengo un buen sitio reservado en los hornos", dijo el líder de Black Sabbath (que, entre paréntesis, se juntó hace poco para tocar por el mundo).

A lo largo de su carrera, la "pasión" de Ozzy por las artes oscuras ha logrado llegar a parecerse más a un buen conocimiento del mercado que otra cosa.

Aunque dentro de todas las leyendas urbanas sobre su vida, hay una que sí es cierta y que lo podría relacionar con su también autodenominado amor por la oscuridad: el músico no soporta la luz solar.

Sin embargo, no es por algún supuesto culto al vampirismo. Son los rezagos del culto a las fiestas y a los excesos que formaron parte de su día a día.

"En la época en que me metía todas esas cosas en el cuerpo, solía dormir durante el día y despertarme por la noche. Solía odiar ver el amanecer. Ahora, cuando voy de gira, necesito que tinten las ventanas de mi habitación. Hago que las sellen", explica.

Aunque puede que lo estén esperando los hornos, Ozzy tiene cuerda para rato.

 

Autores

LifeStyle.com