La sorpresiva presentación del mandatario peruano ante el Ministerio Público se produce un día después del anuncio de renuncia del primer ministro Aníbal Torres.

El presidente peruano, Pedro Castillo, acudió sorpresivamente el jueves a la fiscalía para brindar su testimonio frente a las investigaciones en su contra sobre un presunto tráfico de influencias en el ascenso de militares y policías de alto rango.

La asistencia del mandatario, que enfrenta varias investigaciones de presunta corrupción en el Gobierno, se produjo pese a que en la víspera su abogado dijo que no iba a presentarse al despacho de la fiscalía por discrepancias en la forma de cómo se estaban conduciendo las investigaciones.

"Respaldo a mis abogados defensores (Benji Espinoza y Eduardo Pachas) respecto a que tengo derecho a declarar en Palacio de Gobierno", dijo Castillo en un mensaje por Twitter.

"Sin embargo, les he pedido que me acompañen a la Fiscalía para defender mi inocencia y colaborar siempre con la justicia", afirmó antes de dirigirse caminado a la sede de la fiscalía a unas cuadras de la residencia presidencial en el centro de Lima.

La presentación de Castillo ante la fiscalía se produce un día después del anuncio de la renuncia de su primer ministro Aníbal Torres alegando "razones personales". Castillo aún debe definir si acepta la renuncia para designar a su quinto primer ministro a un año de haber iniciado su gestión.

El presidente enfrenta en la fiscalía cinco investigaciones, entre ellas por presuntos delitos de tráfico de influencias, de obstrucción a la justicia, de dirigir una organización criminal y hasta de plagio de su tesis de maestría de profesor.

Castillo, un exsindicalista y exprofesor de escuela pública, ha negado las incriminaciones y ha acusado a la "oligarquía y poderes fácticos" de buscar su destitución.