Aunque la presidenta Dilma Rousseff calificó de “muy importante” e “histórico” el lanzamiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, no permaneció para el segundo día de la cumbre.
Caracas. Brasil, gigante sudamericano, no se perfila por ahora como el país líder y dominante de la Celac, sino que, por el contrario, sigue con cautela y hasta distancia su conformación, dando prioridad a la Unasur, que agrupa a sus más estrechos aliados regionales.
Aunque la presidenta Dilma Rousseff calificó de “muy importante” e “histórico” el lanzamiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), ayer partió de Caracas a primera hora y no permaneció para el segundo día de la cumbre en el que fueron aprobados los estatutos.
“La Celac es un pueblo, es la expresión de nuestra capacidad para encontrarnos con nuestros pueblos y para percibir la importancia estratégica y geopolítica de esta región”, dijo Rousseff, durante su participación el viernes último en la plenaria de apertura de la Celac, órgano americano de 33 países que excluye a EE. UU. y Canadá.
Brasil, país de 190 millones de habitantes, tiene la economía más importante de América Latina y es un influyente actor político en la región, sobre todo en la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), cuyo nacimiento impulsó.
Integrada por 12 países, la Unasur concentra a los principales aliados de Brasil en la región y ya mostró resultados satisfactorios, por ejemplo, en la resolución de conflictos, como la ruptura temporal de relaciones diplomáticas en el 2010 entre Colombia y Venezuela.
Brasil, además, está en favor de que la Celac comience a funcionar con una “estructura leve”, sin una secretaría ejecutiva o presupuesto propio. “Creemos que no es importante por el momento”, indicó José Antonio Simoes, subsecretario de Brasil para Asuntos de América del Sur y el Caribe, aunque ya varios países del naciente bloque se mostraron en desacuerdo, como Venezuela y Panamá.
Por aparte, la prensa brasileña dio una mínima importancia a la reunión en Caracas y destacó solo las declaraciones de la presidenta relativas a temas domésticos como el futuro de su ministro de Trabajo, acusado de corrupción.
Declaración de Caracas. Los líderes de toda América Latina y el Caribe se comprometieron ayer a combatir la pobreza y proteger sus economías de la crisis económica global, en el cierre de la cumbre que instituyó a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.