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Cordón umbilical, lo último contra el VIH
Jueves, Noviembre 20, 2014 - 16:39

Un novedoso ensayo clínico estudia el trasplante de sangre de cordón umbilical para erradicar el VIH en pacientes con cáncer hematológico. Este es uno de los últimos avances científicos en la lucha contra un virus que afecta ya a 35 millones de personas en el mundo.

En 2015 comenzará el primer ensayo clínico del mundo para evaluar el uso terapéutico de la sangre del cordón umbilical en pacientes con VIH enfermos de cáncer en la sangre, la médula ósea o los ganglios linfáticos.

El estudio, que cuenta con el apoyo de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia, estará liderado por Rafael Duarte, miembro del Instituto Catalán de Oncología.

Este ensayo pionero, que pretende curar el cáncer y erradicar el VIH con un solo trasplante, recurrirá a sangre de cordón umbilical con una mutación genética, la variante CCR5 Delta 32, que parece conferir resistencia natural a la infección por VIH.

En este sentido, Rafael Matesanz, director de la ONT, destaca la trascendencia de este avance científico que “puede abrir nuevas vías para la curación del sida”.  

Esta entidad se encargará de identificar los cordones con las características necesarias para realizar el ensayo clínico pues, además de presentar la mutación genética mencionada, tienen que poseer una elevada celularidad.   

“Si tenemos en cuenta que solo el 1% de los cordones presenta esta mutación, esperamos poder identificar alrededor de 200 unidades, que se pondrán a disposición de los pacientes que puedan participar en este estudio en sus diferentes fases’, explica el doctor Matesanz.

EL PACIENTE DE BERLÍN

El primer caso de curación del VIH es el del conocido como paciente de Berlín. Se trata de un ciudadano estadounidense con VIH y leucemia que, en 2008, se sometió a un trasplante de médula ósea de donante no emparentado, cuyas células madre sanguíneas presentaban la variante genética CCR5 Delta 32.

Varios años después del trasplante y tras haber suspendido por completo la terapia antirretroviral, el paciente de Berlín sigue sin VIH lo que, a juicio de los expertos, indica que esta estrategia podría ofrecer una curación a largo plazo.

Pero el caso del paciente de Berlín podría no ser el único. De hecho, el pasado año, un equipo multidisciplinar del Instituto Catalán de Oncología, en colaboración con el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa y el Banco de Sangre y Tejidos de Barcelona (noreste de España) consiguió algo similar con un paciente con VIH que padecía un linfoma.

Aunque se consiguió eliminar el virus de su cuerpo, “no se puede hablar formalmente de curación del VIH porque falleció tres meses después del trasplante debido a su enfermedad", señala Javier Martínez, virólogo del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa.

En lo relativo al pronóstico de la infección por VIH, este experto aclara que se trata bastante bien pero no se cura. “Quienes conviven con el virus deben medicarse de por vida y, si se retiran los fármacos, el virus se reproduce”, subraya.

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que el VIH es un virus que ataca al sistema inmunitario y así debilita la vigilancia y defensa contra las infecciones y algunos tipos de cáncer.  

A medida que el virus destruye las células inmunitarias y altera su función, la persona infectada se va volviendo gradualmente inmunodeficiente.

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Asimismo, la OMS afirma que el VIH se puede combatir mediante una politerapia que comprenda tres o más antirretrovíricos. “Aunque no cura la infección por VIH, este tipo de tratamiento controla la replicación del virus dentro del organismo del sujeto y contribuye a fortalecer su sistema inmunitario, restableciendo así su capacidad para combatir infecciones”, señala.

Esta entidad añade que el tratamiento antirretrovírico “permite a las personas afectadas por el VIH llevar una vida sana y productiva”.

En cambio, sin tratamiento, la infección por VIH destruye de manera gradual el sistema inmune.  Durante las primeras semanas tras el contagio algunas personas presentan una afección de tipo gripal con fiebre, cefalea o dolor de garganta. Sin embargo, otras personas no manifiestan síntoma alguno.

A medida que la infección va debilitando el sistema inmunitario, pueden darse otros signos y síntomas, como inflamación de los ganglios linfáticos, pérdida de peso, fiebre, diarrea y tos, según indican desde la OMS.  

Además, “en ausencia de tratamiento, podrían aparecer también enfermedades graves como tuberculosis, meningitis por criptococos o diversos tipos de cáncer”, detallan desde este organismo internacional.

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"La fase final de la infección por VIH se conoce como síndrome de inmunodeficiencia adquirida o sida y puede tardar entre dos y quince años en manifestarse”, apuntan también los expertos de la OMS.  

“Puesto que el virus ha destruido el sistema inmunitario, el cuerpo no puede luchar contra las infecciones oportunistas y el cáncer”, expresan los especialistas de InfoSida, un servicio de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

Asimismo, los expertos de InfoSida añaden que, sin tratamiento, por lo general, las personas con sida solo sobreviven unos tres años.

Gracias a los fármacos la infección por VIH, que hace años era una sentencia de muerte, hoy se ha convertido en una enfermedad crónica. No obstante, los científicos siguen trabajando en distintos proyectos con el objetivo de poder erradicar el virus, como la  investigación en vacunas, estudios de nuevos medicamentos o tratamientos con terapia génica.

Autores

EFE