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¿Peligra la Eurocopa?
Jueves, Mayo 3, 2012 - 06:33

Un boicot político como respuesta al encarcelamiento de la opositora ucraniana Yulia Timoshenko tiene en jaque al torneo continental, que se disputaría desde el 8 de junio en Ucrania y Polonia.

Europa tiembla. Y la Eurocopa también. El torneo continental, el Mundial sin Brasil y Argentina, enfrenta la posibilidad de un boicot político, dada la situación de la encarcelada exministra ucraniana Yulia Timoshenko, quien manifiesta haber sido golpeada por uno de los carceleros. Ya no se trataba sólo de la condena a siete años para la líder opositora (votada por 11,6 millones de ucranianos en las elecciones de 2010), luego de un juicio politizado, sino las fotografías del maltrato físico de Timoshenko, quien se ha declarado en huelga de hambre.

Ángela Merkel, la canciller alemana, fue la primera en levantar la voz: afirmó que no asistirá al torneo, programado para comenzar el 8 de junio, si la política no es liberada. Cualquier viaje, señaló Merkel, “estará condicionado por la situación de la señora Timoshenko y sólo se hará si en Ucrania se respeta el Estado de derecho”. El opositor Partido Socialdemócrata alemán fue aún más lejos que la dirigente: “Los políticos deben tener cuidado de no convertirse en comparsas del régimen. Puede ser que se sienten en los estadios junto a directores de prisiones y policías secretos”, afirmó Sigmar Gabriel, su presidente.

“Mientras la gente sea encarcelada y maltratada por motivos políticos en Ucrania no puede haber normalidad en las relaciones con ese país. Bajo esas circunstancias no se puede ratificar el acuerdo de asociación entre Ucrania y la UE”.

La situación de Timoshenko tiene una fuerte carga simbólica. El encarcelamiento y la censura a una de las principales líderes de la Revolución Naranja (la campaña de revueltas y protestas por el resultado de las elecciones de 2004, teñidas por las acusaciones de fraude a favor del hoy presidente ucraniano, Víktor Yanukóvic, y cuyos resultados fueron revocados posteriormente por el Tribunal Supremo de ese país) podrían ser entendidos como un retroceso en la consecución de ciertas garantías democráticas.

Otros países europeos que se han sumado al boicot, como Holanda, Austria y Bélgica, recuerdan a Ucrania que, ya que asumirá la presidencia de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) en 2013, debería dar ejemplo en materia de libertades políticas.

Incluso Hillary Clinton, secretaria de Estado de los Estados Unidos, se mostró “profundamente preocupada” por el tratamiento a la opositora, que sufre una hernia discal. También Didier Reynders, ministro de Asuntos Exteriores belga, afirmó que su país no asistiría, dando como motivo “el trato que se dispensa a la puntal de la Revolución Naranja”. Los gestos no se detuvieron y el presidente Croata, Ivo Josipovic, se adhirió a los líderes que boicotearán la cumbre de estados centroeuropeos de Yalta.

Del otro lado, la UEFA ha decidido lavarse las manos, pues “cree firmemente que la independencia de consideraciones políticas es una absoluta necesidad para garantizar que a la gente siempre le quede el fútbol para jugar, soñar y animar, independientemente de la situación política en su país”.

El organismo aduce que “no se inmiscuirá en los asuntos internos” de Ucrania o Polonia. “Esa es y sigue siendo la postura oficial en relación con los resultados de los muchos años de trabajo de los países anfitriones. Ucranianos y polacos no oímos en los pasillos de la UEFA ninguna otra interpretación”.

Ucrania, imperturbable, estimó que está segura del éxito de la Eurocopa. “Todo está listo y el 11 de mayo vamos a transferir a la UEFA el control de los cuatro estadios”, según declaró el viceprimer ministro Boris Kolesnikov a la AFP.

De no realizarse el torneo, el golpe emocional y económico no sería menor para los ucranianos, incluidos los dirigentes locales, que han puesto empeño y dinero para la realización del evento. Además, está en juego la firma del tratado de asociación de Ucrania con la UE, paralizado desde que se conoció la situación de Timoshenko.

“Tomaremos todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los visitantes y participantes en la Eurocopa”, apuntó Alexandr Birsan, jefe de la comisión de seguridad del torneo, cuyo partido inaugural se realizaría en Járkov, la segunda ciudad más grande del país. La misma que alberga la cárcel donde permanece Timoshenko.

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ELESPECTADOR.COM