La explosión, que destruyó por lo menos 30 viviendas, se registró en las afueras del municipio de Dosquebradas, en el departamento de Risaralda, en el oeste del país y se produjo por la manipulación ilegal de la tubería por parte de personas dedicadas al hurto de combustibles.

Bogotá. La explosión de un poliducto en el occidente de Colombia dejó 11 muertos y 70 heridos, informó este viernes la petrolera estatal Ecopetrol, que atribuyó el accidente a la manipulación ilegal de la tubería por parte de personas dedicadas al hurto de combustibles.

Aunque se ha reducido, el robo de combustibles y petróleo de las redes de oleoductos y poliductos de este país de 46 millones de habitantes es una práctica común y lejos de ser erradicada, con la que grupos ilegales obtienen millonarios recursos, de acuerdo con fuentes de seguridad.

La explosión, que destruyó por lo menos 30 viviendas, se registró en las afueras del municipio de Dosquebradas, en el departamento de Risaralda, en el oeste del país.

"Ecopetrol lamenta los hechos en los que perdieron la vida y resultaron heridas varias personas al registrarse una explosión en el poliducto Salgar-Cartago entre los kilómetros 165 y 175, al parecer por parte de personas que estarían hurtando gasolina", dijo un comunicado de Ecopetrol.

La tubería de 230 kilómetros de longitud transporta gasolina o diesel entre Salgar, en el centro del país, y el oeste.

"Es una desgracia de una magnitud enorme porque se le ha estado haciendo la advertencia a la gente de que no deben manipular el poliducto", dijo a periodistas la alcaldesa de Dosquebradas, Luz Ensueño Betancur.

"Tenemos la información de que aparentemente había personas que perforaban el poliducto para robar el combustible, que rodó hasta la Quebrada Agua Azul y estalló. El agua está contaminada", agregó.

Los escuadrones paramilitares de ultraderecha y las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) obtenían hasta hace una década millonarios ingresos del robo de combustibles de las redes de oleoductos y poliductos.

De acuerdo con el Ministerio de Minas y Energía, el robo de combustibles se ha reducido considerablemente en los últimos 10 años por las mejores condiciones de seguridad del país y la vigilancia de las fuerzas armadas a los oleoductos y poliductos.