Se suponía que el 2012 marcaría la autoproclamada transformación de Corea del Norte en una nación "fuerte y próspera", pero ahora el país afronta una peligrosa transición hacia un líder joven que no ha sido puesto a prueba en un momento en el que las dictaduras están cayendo en todo el mundo.
Seúl. Corea del Norte desplegará este miércoles un cortejo fúnebre en honor de su "amado líder", el fallecido Kim Jong-il, dando paso así a su hijo Kim Jong-un para convertirse en el tercer miembro de la familia en dirigir el aislado e impredecible país.
Se suponía que el 2012 marcaría la autoproclamada transformación de Corea del Norte en una nación "fuerte y próspera", pero ahora el país afronta una peligrosa transición hacia un líder joven que no ha sido puesto a prueba en un momento en el que las dictaduras están cayendo en todo el mundo.
La ostentosa manifestación de poder militar y masas llorosas del funeral será un reflejo de la ceremonia de 1994 por la muerte del padre de Kim, Kim Il-Sung, el primero de la dinastía en gobernar.
Puede que Corea del Norte sea fuerte -está respaldada por China, ha llevado a cabo dos pruebas nucleares y se jacta de su Ejército de 1,2 millones de soldados-, pero no es próspera.
La esperanza de vida de los norcoreanos ha descendido en tres años y medio desde que muriera el "Eterno Presidente" Kim Il Sung, según datos de Naciones Unidas.
Corea del Norte es una de las sociedades más cerradas y pobres de la tierra, siendo el país 194 de 227 en renta per cápita, según el Libro Mundial de Datos de la CIA.
La ONU asegura que el principal desafío de Corea del Norte es "restaurar la economía al nivel alcanzado antes de 1990" y aliviar la escasez de alimentos que padece un tercio de sus 25 millones de habitantes.
Las indicaciones sobre la transición desde la muerte de Kim Jong-il el 17 de diciembre sugieren que su hijo continuará la política de "puño de hierro", dificultando aún más la situación de un país que soportó una hambruna masiva en la década de 1990.
"Hasta el momento, hay pocos motivos para esperar cambios políticos dado que la jerarquía gobernante es básicamente la misma", dijo Scott Snyder, miembro asociado del grupo de Estados Unidos Estudios Coreanos del Consejo de Relaciones Exteriores.
Corea del Norte se estableció en 1948 y bajo su padre fundador, Kim Il-sung, entró en guerra para intentar conquistar el sur. Fracasó y en 1953 se dibujó a lo ancho de la península una línea divisoria que se convertiría en la frontera más militarizada del mundo.
Mientras que Kim Il-sung fue reverenciado por su pueblo por luchar contra el gobierno colonial de Japón, el halo que rodeaba a sus sucesores ha ido desvaneciendo hasta el punto de que su nieto tendrá que confiar en gente como su tío, Jang Song-thaek, para conservar el poder, al menos a corto plazo.
"Las perspectivas de estabilidad no son buenas, porque la sucesión de Kim Jong-un es muy diferente a la de Kim Jong-il," dijo Jia Qingguo, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Pekín.
"Kim Il-sung fue el padre fundador del país, con una carrera extraordinaria y una gran autoridad personal, así que cuando transfirió el poder a su hijo, él asumió mucha autoridad".
Los medios oficiales del norte han convertido a Kim Jong-un en un líder digno de heredar la corona, refiriéndose a él como "gran sucesor," "admirable líder" y "comandante supremo".
Este año, grupos disidentes de Corea del Sur, citando a refugiados norcoreanos y ejecutivos chinos, relacionaron al joven Kim con una represión de las actividades comerciales y una mayor vigilancia sobre quienes quieren dejar el país.
Estos informes no pudieron ser verificados individualmente, pero volverían a sugerir que habría que esperar más una represión que una apertura económica.
También da pocas esperanzas a los 200.000 norcoreanos que el grupo de derechos humanos Amnistía Internacional asegura que son esclavizados en campos de trabajo por alguna infracción, torturados, privados de alimentos o ejecutados.
