La alarma tuvo lugar en medio de ataques contra edificios de embajadas y consulados de Estados Unidos en varios países de Oriente Medio tras la divulgación de un filme que representa en forma blasfema, según los musulmanes, al profeta Mahoma.
Berlín. Los servicios de emergencia de Alemania evacuaron el jueves la sección de visas del consulado estadounidense en Berlín luego de que una empleada sufrió problemas respiratorios al abrir un pasaporte que le entregó un visitante, dijo la policía.
La policía dijo que se creía que el visitante era un albanés que dijo que estaba solicitando una visa estadounidense y agregó que los trabajadores en el consultado retornaron más tarde a sus puestos.
La alarma tuvo lugar en medio de ataques contra edificios de embajadas y consulados de Estados Unidos en varios países de Oriente Medio tras la divulgación de un filme que representa en forma blasfema, según los musulmanes, al profeta Mahoma.
La televisión mostraba a los investigadores con trajes con protección especial en el edificio y al personal esperando fuera del consulado.
"Poco antes de las 11 de esta mañana vino un hombre al consultado y entregó su pasaporte, diciendo que quería una visa", explicó el portavoz de la policía de Berlín, Stefan Redlich.
"Cuando la empleada abrió el pasaporte, sufrió problemas para respirar y un sabor metálico en la boca (...) Por el momento investigadores están indagando si había una sustancia sospechosa", agregó.
Un portavoz del servicio de bomberos de Berlín dijo que tres empleadas fueron tratadas por problemas para respirar.
Grupos de manifestantes atacaron las embajadas de Estados Unidos en Yemen y Egipto el jueves para protestar por un filme que consideran blasfemo al Islam y buques de guerra estadounidenses se dirigían a Libia tras el asesinato del embajador estadounidense en ese país en otros hechos de violencia relacionados esta semana.
Islamistas armados perpetraron un ataque estilo militar contra el consulado estadounidense y un refugio en Bengasi, en el oriente de Libia. El embajador estadounidense Christopher Stevens y otros tres estadounidenses murieron en el ataque, realizado con armas de fuego, morteros y granadas.
