Pasar al contenido principal

ES / EN

FARC atacan oleoductos y lanzan bomba contra tren carbonífero en Colombia
Martes, Enero 22, 2013 - 13:41

Los ataques de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) obligaron a suspender el bombeo de petróleo por las tuberías, pero no interrumpieron la operación del tren, precisaron fuentes de las empresas afectadas.

Guerrilleros de las FARC dinamitaron dos oleoductos en el sur de Colombia y lanzaron una bomba contra un tren carbonífero, en los primeros ataques contra la infraestructura del país luego de que concluyó una tregua unilateral declarada por los rebeldes al inicio de un diálogo de paz, dijeron el martes las autoridades.

Los ataques de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) obligaron a suspender el bombeo de petróleo por las tuberías, pero no interrumpieron la operación del tren, precisaron fuentes de las empresas afectadas.

Al inicio de la negociación de paz con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, que se desarrolla en Cuba y con la que se busca poner fin a un conflicto interno de casi cinco décadas, el grupo rebelde declaró un cese al fuego unilateral de dos meses que concluyó el domingo.

Inicialmente, rebeldes de las FARC activaron el domingo una bomba en el Oleoducto Transandino, cerca del municipio de Orito, en el selvático departamento del Putumayo fronterizo con Ecuador, en un ataque que provocó derrame de crudo y un incendio, informó una fuente de Ecopetrol.

El oleoducto de 306 kilómetros de longitud tiene capacidad para transportar 48.000 barriles por día (bpd) entre los campos de producción de Orito hasta el puerto de Tumaco, en el océano Pacífico, desde donde se exporta.

Horas después, guerrilleros del mismo grupo rebelde destruyeron con explosivos cuatro tramos de un pequeño oleoducto que sirve para sacar crudo de varios pozos del departamento del Putumayo hasta un centro de almacenamiento, desde donde luego es transportado a través del Transandino, precisó la fuente de Ecopetrol.

Oficiales del Ejército y de la Policía responsabilizaron de los ataques a los oleoductos a las FARC, grupo rebelde que tiene una importante presencia en esa región selvática del sur del país sudamericano.

Ataque a tren. Por otra parte, fuentes militares dijeron que guerrilleros del mismo grupo, considerado terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, lanzaron el lunes en la noche una bomba al paso de un tren carbonífero de Cerrejón en el departamento de la Guajira, en el noreste de Colombia.

La empresa Cerrejón informó que el ataque no provocó víctimas fatales ni heridos y que la operación del tren es normal.

La principal carbonera en el país sudamericano es propiedad en partes iguales de BHP Billiton, Anglo American y Xstrata y produjo el año 34,6 millones de toneladas.

Cerrejón es una mina a cielo abierto ubicada en el departamento de la Guajira, en el noreste de Colombia, y cuenta con un ferrocarril de 150 kilómetros y un puerto marítimo que recibe barcos con gran capacidad de carga.

Pese al diálogo de paz que comenzó en noviembre, en los meses previos a esa fecha la guerrilla intensificó los ataques contra los oleoductos y la infraestructura económica del país de 46 millones de habitantes.

Entre enero y octubre del 2012 se registraron 142 ataques a oleoductos, un aumento de 173 por ciento en comparación con el mismo periodo del 2011, de acuerdo con el Ministerio de Defensa.

La actual negociación de paz se cumple bajo el principio de "nada está acordado hasta que todo esté acordado" y en la misma las partes discuten cinco grandes temas que incluyen política agraria, garantías para el ejercicio de la oposición política, fin del conflicto, solución del narcotráfico y compensación a las víctimas.

Aunque han sido debilitadas por una ofensiva militar que inició en el 2002 el Gobierno del entonces presidente Alvaro Uribe con el apoyo de Estados Unidos, que obligó al grupo rebelde a replegarse a aisladas zonas selváticas y montañosas, las FARC aún mantienen la capacidad de realizar ataques de gran impacto, inclusive en los grandes centros urbanos.

Autores

Reuters