Bahréin es de una gran importancia estratégica, ya que aloja a la quinta flota de la Armada de Estados Unidos, que enfrenta a Irán a lo largo del Golfo y está situada muy cerca de Arabia Saudita, el mayor exportador mundial de petróleo.
Manama. Pequeñas protestas estallaron este viernes en la capital de Bahréin en el programado "día de la ira", pese a una prohibición impuesta la semana pasada bajo ley marcial, pero rápidamente fueron sofocadas por las fuerzas de seguridad dispuestas a lo largo de la capital del país.
Sobrevuelos con helicópteros, nuevos puestos de control en las autopistas principales y una gran presencia de tropas impidieron el comienzo de cualquier manifestación en el pequeño reino.
La semana pasada, una ofensiva de seguridad puso fin a un mes de protestas encabezadas principalmente por musulmanes chiíes.
Bahréin es de una gran importancia estratégica, ya que aloja a la quinta flota de la Armada de Estados Unidos, que enfrenta a Irán a lo largo del Golfo y está situada muy cerca de Arabia Saudita, el mayor exportador mundial de petróleo.
La familia gobernante de Bahréin Al Khalifa, parte de la minoría sunita de la población y que confronta demandas de una nueva Constitución, declaró la seguridad como prioridad máxima, llamó a tropas de los estados sunitas del Golfo e impuso una la ley marcial.
Sin embargo, unos pocos centenares de manifestantes realizaron este viernes un mitin en la aldea chií de Diraz, gritando "abajo con el régimen", mientras las mujeres ondeaban banderas negras y sostenían copias del Corán.
La multitud huyó cuando cerca de 100 policías antidisturbios arrojaron gases lacrimógenos y trataron de perseguirlos.
En la localidad de Al-Dair, la policía disparó gases lacrimógenos para dispersar a cerca de 100 manifestantes que habían marchado hacia una autopista en el aeropuerto internacional de Bahréin.
"Tras tantas muertes, tantos sacrificios, seguiremos con las protestas. Sólo queremos una nueva constitución, pero ellos no están preparados para una democracia", dijo un residente anónimo.
Más de un 60% de la población de Bahréin es chií y una gran parte exige una monarquía constitucional. Pero llamados de los manifestantes de línea dura para derrocar a la monarquía han alertado a los sunitas, quienes temen que el descontento ayude a Irán al otro lado del Golfo.
