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Huracán Irene avanza hacia la costa este de EE.UU.
Jueves, Agosto 25, 2011 - 14:09

Irene, un huracán categoría 3 que ahora está azotando las Bahamas, está previsto que toque tierra el sábado en Carolina del Norte, antes de avanzar hacia el resto del litoral atlántico de Estados Unidos. Si Irene toca tierra en Estados Unidos continental, será el primer huracán que azote el país norteamericano desde que Ike destrozó la costa de Texas en el 2008.

NASSAU (Reuters) - El litoral nororiental de Estados Unidos, incluyendo su capital Washington y el centro financiero Nueva York, se preparaban el jueves para los posibles efectos del huracán Irene que llegaría a la costa estadounidense este fin de semana.

Irene, un huracán categoría 3 que ahora está azotando las Bahamas -islas situadas al sureste de Florida-, está previsto que toque tierra el sábado en Carolina del Norte, antes de avanzar hacia el resto del litoral atlántico de Estados Unidos.

"El resto del litoral oriental está también dentro de la trayectoria de esta tormenta", dijo el jueves el director del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos, Bill Read. "Al ser un gran huracán, los vientos con fuerza de tormenta tropical se extenderán mucho tierra adentro", agregó.

Read pronosticó que luego de azotar la costa de Carolina del Norte como un gran huracán en la escala de Saffir Simpson, Irene continuará avanzando el domingo, como una menos intensa pero aún peligrosa tormenta categoría 2, hacia la región costera de Delaware, Maryland y Virginia y luego hacia Nueva York el lunes.

"Cualquier desviación mayor hacia la izquierda podría provocar impactos directos tan al interior del territorio como al área de Washington-Baltimore", indicó Read.

Por su parte, el administrador de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de Estados Unidos, Craig Fugate, dijo también el jueves: "Podríamos esperar vientos con fuerza de tormenta tropical o algo peor en el área de (Washington) DC".

Fugate informó al presidente Barack Obama y a otros funcionarios de alto rango sobre la amenaza.

También comentó que ya había evacuaciones costeras en curso en Carolina del Norte y se esperaban más a lo largo de la Costa Este mientras Irene se acerca en los próximos días.

A las 14.00 hora del este de Estados Unidos (1800 GMT), Irene tenía vientos máximos sostenidos de 185 kilómetros por hora y se ubicaba a unos 170 kilómetros al norte de Nassau, capital de las Bahamas, y a alrededor de 980 kilómetros de cabo Hatteras, Carolina del Norte, dijo el CNH en un reporte.

El huracán provocó cortes de energía en la capital de las Bahamas y la caída de árboles, que bloquearon caminos. Previamente, medios locales reportaron que el huracán arrasó con casas en la isla Acklins en las Bahamas.

Muchos turistas en las Bahamas ya habían huido de la tormenta y las principales cadenas de cruceros cancelaron las escalas en las islas por los próximos días.

Primer huracán de la temporada 2011. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, dijo que la ciudad más poblada de Estados Unidos se estaba preparando para experimentar al menos condiciones de una tormenta tropical e inundaciones a partir del domingo a causa de Irene, que podría llegar a Long Island como un huracán categoría 2.

"Esperamos lo mejor pero nos preparamos para lo peor", advirtió Bloomberg a una conferencia de prensa, añadiendo que algunas evacuaciones podrían ser posibles. La ciudad está posicionando botes y helicópteros de rescate, trabajando para minimizar las inundaciones en calles y reforzando hospitales.

"La ciudad ya sintió el poder de la Madre Naturaleza una vez esta semana, y la Madre Naturaleza podría no haber terminado con nosotros todavía", agregó en referencia al sismo del martes.

Irene ya causó la muerte esta semana de al menos una persona en Puerto Rico y dos en República Dominicana, con reportes de otras desaparecidas por inundaciones y desbordamiento de ríos.

Si Irene toca tierra en Estados Unidos continental, será el primer huracán que azote el país norteamericano desde que Ike destrozó la costa de Texas en el 2008.

Pero los pronósticos muestran que no representa ninguna amenaza para las instalaciones petroleras y gasíferas estadounidenses en el Golfo de México.

Autores

Reuters