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Se elevan a once los cadáveres recuperados en el desprendimiento de tierra en una mina en el Tíbet
Domingo, Marzo 31, 2013 - 09:27

El desastre azotó un campamento de los trabajadores en la mina Jiama, donde se extraía cobre y oro, y sepultó a 83 obreros y once maquinas de la empresa minera Tibet Huatailong Mining Development.

Los grupos de rescate descubrieron nueve cadáveres más este domingo en el lugar del desprendimiento de tierra que sepultó a 83 mineros este viernes en una mina en la región autónoma suroccidental china del Tíbet, por lo que el número de fallecidos localizados se eleva a once y todavía quedan 72 mineros por localizar.

Los rescatistas todavía no han logrado sacar los nueve cuerpos debido a los escombros acumulados tras el corrimiento de tierra ocurrido hace dos días en el distrito de Maizhoukunggar, a unos 68 kilómetros a la ciudad de Lhasa, capital regional.

En los dos lugares donde se descubrieron los cadáveres, los grupos de rescate también han extraído tiendas de campamento, ropas y cuchillos de cocina, entre otros artículos, lo que muestra que en ambos podría haber más mineros enterrados bajo los escombros, de acuerdo con los grupos de rescate.

El desastre azotó un campamento de los trabajadores en la mina Jiama, donde se extraía cobre y oro, alrededor de las 6:00 horas del viernes y sepultó a 83 obreros y once maquinas de la empresa minera Tibet Huatailong Mining Development, filial del grupo China National Gold, el mayor productor de oro del país.

"Cayeron de repente grandes rocas desde las montañas y el ruido hizo temblar el valle. Fue horrible", recordó un aldeano que vive cerca.

El presidente chino, Xi Jinping, y el primer ministro del país, Li Keqiang, ordenaron este viernes hacer unos esfuerzos exhaustivos para salvar a los trabajadores enterrados.

Los miembros de rescate recuperaron este sábado dos cuerpos sin vida en la misma zona, aunque la gran cantidad de escombros, la altitud de 4.600 metros y la nieve han dificultado los esfuerzos de rescate. Las posibilidades de que los mineros estén vivos son cada vez menos.

Más maquinaria pesada de excavación fue transportada este domingo al lugar del mortal corrimiento de tierra.

"Hay grietas en la cima de la montaña, por lo que son posibles desastres secundarios", indicó Jiang Yi, un oficial de policía armada y uno de los socorristas.

Un grupo de especialistas están observando las montañas las 24 horas del día, mientras que los miembros del rescate han construido tres murallas contra posibles desastres derivados.

Mientras tanto, más médicos están en camino al sitio, ya que algunos de los rescatistas han sufrido de mal de altura.

"Hemos curado a unos miembros del equipo de rescate que sufrían de mal de altura o tenían fiebre debido al tiempo nevado", dijo Li Suzhi, el presidente del Hospital General del Comando Militar Tibetano, quien llegó al sitio este sábado por la tarde con un grupo de más de 40 componentes.

Los residentes locales también trataron de llevar alimentos calientes a los socorristas.

El área afectada por el derrumbe es de cerca de tres kilómetros de largo y 30 metros de profundidad, con alrededor de dos millones de metros cúbicos de lodo, rocas y escombros. Más de 300.000 metros cúbicos de escombros se han removido del sitio.

Unos 3.500 rescatistas, 300 piezas de maquinaria pesada, 10 perros rastreadores y 20 detectores de vida estaban trabajando en el sitio, de acuerdo con el cuartel general de rescate.

Yang Dongliang, jefe de la Administración Estatal de Seguridad Laboral, dijo en el lugar del accidente que llevarán a cabo una investigación a fondo sobre la causa del desprendimiento de tierra.

De acuerdo con Wang Zenghua, subjefe del cuerpo de bomberos del Tíbet, se ha iniciado un sondeo, cuyo resultado será dado a conocer a la ciudadanía. Los especialistas del ministerio de Tierra y Recursos y el gobierno regional han llegado al sitio.

"Siempre que existiera un rayo de esperanza, no suspenderemos los esfuerzos de rescate", manifestó Wang.

Las identidades de los mineros han sido confirmadas y sus familiares están llegando a Lhasa. La mayoría de las víctimas trabajaban para las instituciones geológicas o mineras de la provincia noroccidental de Gansu, la suroccidental de Guizhou y Lhasa.

Autores

Xinhua