Así deben estar pensando los egipcios que hace poco más de un año salieron a la plaza Tahrir a protestar.
Pedían la salida del dictador que llevaba en el poder desde 1981, cuando asesinaron a Anwar el-Sadat por estar en contra de la paz con Israel. Los protestantes de ahora pedían también democracia; elecciones.
Todo esto ha sucedido en un lapso de un año, cuatro meses, diez días. ¿Y qué ha pasado en Egipto tras las protestas de Tahrir? ¿Cuáles han sido los grandes logros de aquella Primavera Árabe?
Pues hoy ya no está el dictador. Hosni Mubarak renunció el 11 de febrero de 2011. Fue su vicepresidente, Omar Suleiman, quien anunció que Mubarak se había retirado a su casa de Sharm el-Sheik y había dejado todos sus poderes al ejército egipcio.
Dos meses después, el 13 de abril, el ejército ordenó detener a Mubarak y a sus dos hijos. En esos mismos días, todos los edificios públicos que llevaban el nombre de Mubarak fueron rebautizados. Comenzaba así la purga en contra del ex dictador.
Para agosto se inició el juicio en contra de Mubarak bajo los cargos de corrupción y por no haber detenido la matanza de su gente durante las protestas de Tahrir. El veredicto de este juicio se dio a conocer la semana pasada: cadena perpetua.
Esta resolución jurídica podría parecer el mínimo escarmiento para un titular del Ejecutivo que se enriqueció robándole a los bolsillos de sus ciudadanos y que ordenó la matanza de miles de ellos. No obstante, el resultado final todavía está por verse.
Y es que Hosni Mubarak fue absuelto de los cargos por corrupción y fue acusado, junto con su ministro del Interior, únicamente por no haber detenido la matanza de protestantes.
Los seis altos mandos policiacos que fueron acusados de llevar a cabo la matanza han sido absueltos por falta de evidencia en su contra. Hasta el momento, con este juicio, nadie es responsable de haber ordenado ni llevado a cabo la matanza. Y el abogado de Mubarak ya anunció que apelará la sentencia. ¿Mubarak en la cárcel de por vida? Todavía es muy temprano para asegurarlo.
Y en cuanto a la democracia, los egipcios han acudido a las urnas en estos días. El resultado ha sido una elección entre el ex primer ministro de la era Mubarak, Ahmed Shafiq, y el candidato islamista de la Hermandad Musulmana, Mohamed Mursi.
¡Vaya primavera para los egipcios!
Y en el resto del mundo árabe las cosas no están mucho mejor. En Libia tumbaron y mataron a Gadhafi, pero el caos es saber quién reina. En Túnez, salió huyendo Ben Ali a Arabia Saudita y ahí permanece en el exilio. En Yemen sacaron al dictador Ali Abdullah Saleh y también gobierna el caos. Finalmente, en Siria, Bashar al-Assad continúa negándose a dejar el poder y los asesinatos en contra de la gente están a la orden del día.
*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx
