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OCDE: Baja en México el gasto por alumno
Domingo, Diciembre 21, 2014 - 15:45

En promedio, el país destina 7 mil 889 dólares anuales por estudiante universitario; en Estados Unidos asignan 26 mil 61 dólares.

Ciudad de México. Después de Estonia, México es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que tiene el gasto más bajo por alumno en educación superior. De acuerdo con cifras del organismo, el país invierte en promedio siete mil 889 dólares anuales por cada estudiante de universidad, lo que equivale a menos de la tercera parte de los que destina Estados Unidos, cuyo gasto por alumno es de 26 mil 61 dólares anuales.

Después de Estados Unidos, las naciones con el gasto por alumno más elevado en educación superior y posgrado son Canadá, con 23 mil 226 dólares anuales; Suiza, que invierte 22 mil 882 dólares por cada universitario; Dinamarca, con un gasto promedio de 21 mil 245 dólares al año, y Suecia, con 20 mil 818 dólares anuales, según el documento Education at a Glance 2014.

Respecto a los países latinoamericanos, el reporte de la OCDE refiere que el país con mayor gasto por alumno en educación superior es Brasil, con 10 mil 905 dólares anuales, mientras que Chile invierte ocho mil 333 dólares por estudiante. 

Brasil tiene una matrícula de cinco millones de alumnos en licenciatura y posgrado, mientras que Chile tiene un millón de educandos. México tiene una matrícula de 2.3 millones.

El informe señala que México es uno de los 14 países donde el gasto por alumnos universitario se ha reducido en el periodo 2005-2011. Mientras que en Rusia, Islandia, Austria y Suiza ha bajado más de 10%, en Estados Unidos, Noruega, Portugal, Eslovenia y México se ha contraído en 5%.

De acuerdo con la OCDE, la situación cambia cuando se toma en cuenta el gasto por estudiante durante toda la educación universitaria. En ese sentido, los países que más invierten en sus alumnos de educación superior son Dinamarca, con un acumulado de 110 mil 520 dólares en 5.2 años; Suecia, con 93 mil 890 dólares en 4.5 años; Holanda, con 92 mil 310 dólares en 5.3 años, y Finlandia, con 85 mil 328 dólares en 4.7 años.

En el fondo de la tabla están Turquía, cuyas autoridades invierten 21 mil 746 dólares por alumno universitario en los 2.6 años que, en promedio, dura la educación superior. En penúltimo lugar está México, donde se gastan 26 mil 428 dólares en un promedio de 3.3 años. Esto quiere decir que México gasta en toda la carrera de un universitario la misma cantidad de dinero que Estados Unidos invierte en un solo año de la carrera de un estudiante.

Producción de ciencia y tecnología

La inversión de los Estados en educación superior suele reflejarse en la producción de ciencia y tecnología. Cada año el Banco Mundial (BM) da a conocer el número de investigadores dedicados a la generación de nuevos conocimientos, productos, métodos o sistemas, lo que denota el nivel de desarrollo de cada nación.

De acuerdo con el World Development Indicators 2014, el país con más investigadores es Finlandia, con siete mil 482 por cada millón de personas; en segundo lugar está Islandia con siete mil 12, seguido por Dinamarca, con seis mil 730, e Israel, con seis mil 602.

México tiene 386 investigadores por cada millón de personas, muy lejos de Corea, que tiene cinco mil 928; de Japón (cinco mil 158), Estados Unidos (tres mil 979) y España (dos mil 719).

En América Latina, el país con la mayor plantilla de investigadores y científicos es Brasil, con 710 por cada millón de habitantes. En un lejano tercer lugar está Chile, con 317 investigadores, seguido por Colombia (184) y Paraguay (48). Muy al fondo están naciones africanas como Nigeria, que tiene 39 investigadores por cada millón de pobladores, y Ruanda, con sólo 12.

En materia de artículos divulgados en revistas de ciencia y tecnología, el rey de la investigación es Estados Unidos, con 208 mil 601 textos publicados en 2011, de acuerdo con el estudio del Banco Mundial. Muy de lejos lo persigue China, que logró publicar 89 mil 894 artículos, y Japón con 47 mil 106 publicaciones.

La aportación de México al conocimiento mundial es marginal, pues en 2011 sólo se publicaron cuatro mil 128 artículos científicos, cifra muy similar a la de Argentina (tres mil 863). En América Latina, otra vez Brasil va a la cabeza de la producción científica, con 13 mil 148 textos.

Alta retribución, bajos sueldos

Aunque no existen estudios específicos de cuánto gana el país al invertir más en estudiantes de educación superior, el director general de Educación Universitaria de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Salvador Malo Álvarez, aseguró que en México el retorno a la inversión es alto, aunque los salarios sean más bajos que antes.

“Pese a que los sueldos están más bajos, sigue siendo un retorno alto, ya que por cada nivel escolar los jóvenes ganan más que los del nivel anterior, es decir, tienen un mejor ingreso que los de bachillerato y en ese sentido la retribución al país es redituable”, afirmó.

No obstante, admitió que comparado con el sueldo que obtenían los profesionistas hace cuatro décadas, el ingreso actual es muy bajo y ello ha propiciado que cada vez sea menos positiva la retribución para la inversión que hace el país, es decir, que mientras el gobierno gaste más, ello no garantizará que los egresados logren mejorar el desarrollo nacional.

Al respecto, el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Javier Mendoza, recriminó que debido a esa situación, se les califique a las universidades como “fábricas de desempleados”, ya que eso es perder de vista que las universidades no tienen la responsabilidad de resolver el problema económico del país.

“Mientras tengamos una economía en México que no genera los empleos suficientes y dignos, a las universidades no les compete el desarrollo económico del país”, aseveró.

Para el funcionario de la SEP, el problema central es que cada vez hay más egresados, pero “si las condiciones del país no cambian, se puede crear un cuello de botella, que abarata automáticamente el título universitario”, debido a que los profesionistas se ven forzados a aceptar empleos que no requieren licenciatura y “eso abarata su profesión”.

Matrícula y fondos no crecen al mismo ritmo

En los últimos años, el gasto en educación superior ha sido inconsistente e incongruente con el aumento de la matrícula que ha crecido más de 50%, ya que en las universidades ha aumentado el número de estudiantes, pero el recurso que reciben no es proporcional a ese incremento, de modo que padecen carencias para mantener a una matrícula cada vez mayor de estudiantes con menos dinero del que tuvieron el año anterior.

Un análisis del presupuesto de 2006 a 2014 revela que los recursos para las instituciones públicas de educación superior han tenido altibajos que provocan desajustes financieros.

“El saldo de la época es positivo en el presupuesto, pero con una fuerte inconsistencia año con año para mantener el crecimiento de la matrícula”, aseveró Javier Mendoza, investigador del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) y asesor de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).

El balance del sexenio anterior y de los dos primeros años de la actual administración revela que los recursos para la educación superior no han sido constantes, lo cual representa un déficit para las instituciones públicas que, ante la presión de aumentar la matrícula para cumplir la meta que fijó el gobierno federal (lograr 40% de cobertura), se ven obligadas a trabajar con los mismos recursos que años anteriores, pero con más alumnos, lo que se traduce en un gasto por alumno cada vez menor.

“Hay unos años en que los proyectos están bien presentados y otros que caen dramáticamente, y hacen ver una fuerte inconsistencia en la política de financiamiento federal hacia las instituciones públicas de educación superior”, afirmó Mendoza.

Ejemplo de esas inestabilidades se observan en una revisión de presupuesto anual, ya que de 2006 a 2007 el aumento fue casi de nueve mil millones de pesos, cifra que se mantuvo igual de 2007 a 2008 y lo mismo para 2009.

Sin embargo, en 2010 el presupuesto para educación superior sólo aumentó tres mil millones de pesos, lo cual revela una caída, a pesar de que había 100 mil estudiantes más en la matrícula.

El análisis de esos desajustes presupuestales elaborado por el investigador del IISUE muestran que mientras en 2009 el gasto por alumno fue de 56 mil 595 pesos, para 2010 bajó a 54 mil 655 pesos, debido a que a las instituciones se les pidió incrementar la matrícula, pero los recursos no ascendieron en la misma proporción.

Ese desajuste ha impactado en los años siguientes, pues el gasto por alumno en 2014 descendió a 53 mil 208 pesos y para 2015 será de 54 mil 553 pesos, un ligero aumento, pero es menor al que hubo en 2009, por lo que en los últimos cinco años estuvo a la baja, lo cual también repercute en la calidad de la educación superior en instituciones públicas, porque han aceptado a más estudiantes, para cumplir con su responsabilidad de aumentar la cobertura, pero al destinar menos dinero, la misma Secretaría de Educación Pública (SEP) ha señalado que ello se traduce en menor calidad.

Actualmente, la cobertura en educación superior es de 33,1%, según el Segundo Informe de Gobierno, de modo que para alcanzar 40% en 2018 se requiere un crecimiento cercano a un millón de estudiantes al año, del cual 700 mil deben entrar a escuelas públicas.

Por ello, especialistas señalan que el presupuesto es insuficiente y se requiere de un esfuerzo sostenido para la ampliación del sistema público de educación superior, pues con los recursos actuales no alcanza y según los cálculos de los expertos entrevistados por Excélsior, con estas tendencias difícilmente se logrará la meta.

Mendoza detalló que los diputados fueron quienes “enmendaron la plana” al proyecto de presupuesto del gobierno y “afortunadamente” para 2013 subió 5% en términos reales, 8% para 2014, y para 2015 4,2% con relación a lo aprobado en el actual ejercicio fiscal.

Sin embargo, ese incremento es variable para cada una de las instituciones federales y los fondos que van para las universidades estatales, tecnológicas y politécnicas, ya que no todas reciben el mismo aumento.

Por ejemplo, la UNAM tendrá un aumento de 4%, pues los diputados le otorgaron 33 mil 500 millones de pesos, siendo la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) la que tendrá mayores beneficios: recibirá 350 millones de pesos adicionales a los que recibió en 2014, lo cual se traduce en 9% de aumento.

En tanto, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) recibirá mil 133 millones de pesos más en 2015 que lo otorgado en el presente año, equivalente a 4,2% más en términos reales, lo que le dará un total de 15 mil 853 millones de pesos; sin embargo, hay otras instituciones federales que sólo crecerán 3% para 2015.

Esas diferencias, consideró Javier Mendoza, revelan que la política vigente de financiamiento a la educación superior es inadecuada para fortalecerlo y aumentar la matrícula, y es por ello que año con año los rectores tienen que hacer gestiones presupuestales con el gobierno del estado, con la SEP, con la Secretaría de Hacienda y con diputados locales para poder allegarse de mayores recursos para cubrir sus necesidades.

El especialista en gasto educativo concluyó que los recursos para instituciones públicas resultan insuficientes, porque no son sistemáticos, ya que las universidades deben concursar por esos fondos y cuando los obtienen hacen ampliaciones o ponen nuevo equipo, pero al siguiente año que ya no tienen esos recursos van acarreando un déficit financiero, porque no tienen para darles mantenimiento.

Ante ello, la ANUIES ha insistido en la necesidad de acordar entre los gobiernos federal y estatales, así como con los diputados, una política de largo plazo que asegure el desarrollo con alta calidad de todas las instituciones públicas de educación superior del país.

Autores

Excelsior.com.mx