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Alcalde de Ciudad de México dice que si es presidente retirará al Ejército de las calles
Miércoles, Mayo 5, 2010 - 09:53

Marcelo Ebrard –quien es visto como un político que competirá seriamente por la presidencia mexicana en 2012- sustituiría a los militares por policías estatales. Aunque aclaró: "yo no convocaría a una guerra".

México D.F. El popular alcalde de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, dijo este martes que de llegar a la presidencia en 2012 modificaría la actual estrategia contra el narcotráfico retirando paulatinamente al Ejército, que ha sido señalado por violaciones a derechos humanos.

Ebrard, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) -que perdió por poco las presidenciales hace cuatro años- delineó la estrategia que seguiría en contra de los violentos cárteles de la droga, que protagonizan día a día choques entre sí y contra las fuerzas de seguridad.

Pocos días después de asumir en 2006, el presidente derechista Felipe Calderón le declaró la guerra a los narcotraficantes y para combatirlos envió decenas de miles de militares y policías a varios estados, sobre todo en la frontera con Estados Unidos.

"Yo no convocaría a una guerra", dijo el alcalde durante el Foro de Reuters sobre Inversión en América Latina. "Una guerra es la suspensión de los derechos de las personas, no es una buena idea (...) una guerra lleva a un clima social de guerra, violencia y enfrentamiento", agregó.

Ebrard dijo que los soldados en las calles provocan una atmósfera de violencia. Recientemente, las quejas contra las fuerzas armadas han crecido debido a que en los operativos han resultado asesinados inocentes, entre ellos niños.

La ola de violencia ligada al narcotráfico ha dejado en el país más de 22.700 muertos desde que inició Calderón.

El alcalde, de 50 años, quien es visto como un político que competirá seriamente por la presidencia, dijo que sustituiría a los militares por policías estatales, en las que se harían fuertes inversiones para aumentar el número de sus efectivos y darles más equipos.

Dentro de su estrategia antidrogas dijo que promovería una nueva agenda de inversiones con Estados Unidos en la zona fronteriza, de donde se han ido industrias maquiladoras debido a la ola de violencia.

"No necesitamos helicópteros”. También buscaría hacer ingresar al sistema educativo de México a 40% de los jóvenes de entre 15 y 19 años que actualmente están fuera de los colegios y son caldo de cultivo para el consuno de drogas o el narcotráfico.

"No necesitamos helicópteros, México no es Colombia, el tipo de estrategia puede ser muy diferente", dijo Ebrard.

El alcalde, quien gobierna desde 2006 la capital -una ciudad con cerca de 20 millones de habitantes en su área metropolitana-, admitió que su partido está por ahora en desventaja para futuros comicios por sus constantes conflictos internos, por lo que debe hacer esfuerzos por unificarse.

Las divisiones en el PRD, la primera fuerza de izquierda, se profundizaron luego de que el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador realizó ruidosas protestas en contra de un supuesto fraude electoral en 2006.

Esto derivó en una severo tropiezo electoral el año pasado, cuando el partido dejó de ser la segunda fuerza en la Cámara de Diputados al perder varias decenas de asientos.

López Obrador ha dicho que buscará la candidatura presidencial en 2012. Ebrard dijo que una encuesta nacional podría ser la forma en que el partido elija a su candidato. "No puedes tener dos candidatos de izquierda", dijo el alcalde.

Ebrard ha puesto en marcha reformas consideradas progresistas para atender demandas de minorías y surgidas sobre todo de partidos de izquierda que dominan el Congreso local.

El alcalde aseguró que esas reformas en la capital -como permitir el aborto con una gestación de hasta 12 semanas y más recientemente los matrimonios entre homosexuales- tienden a extenderse a todo México, a pesar de que es el país con más católicos en el mundo después de Brasil.

Casi 40.000 mujeres se practicaron el aborto en los tres años que lleva vigente la interrupción legal del embarazo en la Ciudad de México, reduciendo significativamente los abortos clandestinos, según cifras oficiales.

"¿Qué queremos tener? ¿Una sociedad que prohíbe libertades en función de una moral de una Iglesia o una sociedad donde todo el mundo tiene derechos iguales?", se preguntó.