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AméricaEconomía Intelligence analizó el divorcio de la Educación Superior y el sector productivo en A. Latina
Miércoles, Diciembre 12, 2012 - 16:57

Las perspectivas de la educación superior fue el tema central del foro realizado por AEI en Ciudad de México. En la oportunidad, además de discutir el rol de la educación superior en la región, se presentó el ránking de Universidades Mexicanas 2012.

Los problemas actuales de la educación superior y las diversas estrategias de desarrollo de los sistemas educativos en América Latina, fueron los temas que se discutieron durante el pimer foro organizado por AméricaEconomía Intelligence, cita organizada en la capital mexicana.

En este seminario, orientado a los desafíos educativos de América Latina, participaron los panelistas Blanca Heredia -profesora afiliada de la División de Estudios Internacionales de Nivel I del Sistema Nacional de Investigadores y ex representante de la OCDE en México-, Mariela Buonomo -Oficial de Asuntos Sociales de la División de Desarrollo Social de Cepal-, Alberto Islas -Consejero Colegiado de la División de Ciencias Básicas e Ingeniería de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco- y Carlos Sosa -Vicerrector de la Universidad Técnica Superior de Xalapa-.

Durante el debate, se destacó la importancia de realizar estudios que entreguen información respecto a la calidad de las universidades de la región, ya que existe una importante asimetría de información entre los oferentes de educación superior y los demandantes de ésta. Blanca Heredia señalo que “existe una paradoja en los números, sobre todo en lo que es elección de carrera y falta de correlato con empleo al terminarla”, ya que a pesar que las cifras del mercado laboral muestran la situación actual, los estudiantes continúan optando por carreras en las que el campo laboral está saturado.

Un dato importante entregado por Heredia es que del total de los egresados de licenciatura de todas las carreras, entre los años 2005 y 2010 en México, sólo 32,6% obtuvo un empleo que necesitaba ese nivel de escolaridad. Realidad que de acuerdo con la investigadora se debe a una deficiencia en la creación de suficientes empleos calificados, lo que se relaciona con la estrategia de crecimiento económico elegida por México, que es básicamente la competitividad en mano de obra, no en la calidad de su capital humano.

Lo anterior se condice con la cifra de Manpower, citada por Heredia, que advierte que de los empleos que se generan en México, 40% de ellos no se puede llenar porque los programas de estudios de las universidades no tienen la calidad y la pertinencia para ofrecerle a los estudiantes los conocimientos, las destrezas y las habilidades para desempeñar un puesto en cuya descripción indica que se requiere una carrera universitaria.

Mariela Buonomo, por su parte, dijo que el problema entre la distancia del sistema productivo de un país y la educación superior es un fenómeno que se puede extender a toda la región de América Latina. En la mayoría de estos países se tiende a aprovechar la coyuntura de ventas de materias primas y servicios a bajos costos, tratando de competir en mercados que son muy volátiles y que no dan una estructura hacia el futuro que pueda ser conducente, no sólo a mayor dinamismo económico, sino también hacia una mayor equidad e igualdad en la sociedad.

A juicio de Buonomo, las cifras de graduados por áreas muestran que las universidades van por un camino y la estructura económica de los países va por otro. En general, en la región, las Ciencias Sociales y las Humanidades concentran la mayor cantidad de graduados, mientras que el sector de Ciencia y Tecnología tiene una menor proporción.

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En el caso de México, 75% de los graduados proviene del área de Humanidades y Ciencias Sociales, frente a 25% de graduados en Ciencia y Tecnología. En Colombia, sólo 23% de los egresados pertenecen a esta última área y, en el caso de Brasil, la cifra es menor aún con 11%. Si bien dentro de la región, México está graduando mayor cantidad de personas en Ciencia y Tecnología, en proporción con los otros países, al compararlo con Corea de Sur que tiene 31,5% de graduados en el área de Tecnología, es posible ver “hacia dónde van las universidades, los incentivos en la estructura económica, y cuál es el rol del Estado para crear las bases necesarias, y no sólo para que las universidades tengan un mayor vínculo con el sector productivo, sino para que haya una fuerte de sinergia orientada a un cambio en la estructura del país”, destacó Buonomo.

Por su parte, Carlos Sosa afirmó que de acuerdo con una encuesta que realizó la Universidad Técnica Superior de Xalapa a sus estudiantes, respecto a qué esperaban de la universidad, la respuesta más seleccionada por los alumnos fue que esperaban salir con trabajo al terminar su carrera.

Al discutir sobre si las universidades entregan lo que necesitan sus egresados, en términos generales, la respuesta del panel fue negativa, porque a juicio de los expertos, aún existen muchos problemas que se deben resolver en la educación superior. Heredia destacó que, en el caso de México, le parece descabellada la idea de universalizar la educación superior, puesto que las cifras por sí solas hablan de la falta de empleo de los graduados de carreras universitarias. En ese contexto, la investigadora agregó la necesidad de fortalecer la educación técnica, ya que en México “la matrícula de toda la población en edad de tener ese tipo de educación no llega ni al 2%”.

En el mismo camino, Buonomo sostuvo que parte del problema en muchos países de América Latina tiene que ver con que “la educación técnica siempre fue la hermana pobre de la educación general, y se crean institutos técnicos para carreras intermedias como una solución transitoria”. Ante lo que considera necesario pensar en un sistema en el cual existan diversas alternativas y funciones vinculadas con el mercado laboral y la estructura económica.

Por otra parte, Buonomo afirmó que otro problema del caso mexicano viene desde la educación secundaria, donde se observa una baja tasa de matrícula, de 60%. En cuanto a la conclusión de los estudios, la tasa es aún peor, sólo 45%, realidad que es aún más grave para quienes pertenecen a los quintiles más pobres de la distribución de ingresos. Ante lo cual, afirmó: “hay una estratificación social muy fuerte y si la educación es la que puede dar la movilidad social como ocurre en muchos casos en América Latina, tenemos un problema de base, de acceso y de calidad”.

Respecto a este punto, en el foro también se discutió el tema de la deserción de los estudiantes de América Latina, ya que muchos abandonan la educación por necesidades económicas, pero también porque el sistema educativo no les está dando el apoyo, la pertinencia, ni la relevancia para que puedan continuar los estudios. “Los estudiantes no son tontos, si un universitario ve que no puede acceder a un empleo digno, entonces dice: para qué voy a seguir estudiando”, sentenció Buonomo.

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La Oficial de la Cepal sostuvo que hace falta una restructuración de los sistemas educativos de los distintos países de América Latina, y que se trabaje en un sistema que ofrezca alternativas técnicas y generalistas de buena calidad. Además se debe dar más apoyo a ciertos sectores de la población para que tengan una educación de calidad y empleos dignos.

Sosa, por su parte, explicó que el problema de la falta de empleo es un tema del que están conscientes las universidades, y por lo tanto, resulta muy importante el trabajo que éstas realicen para vincular a los estudiantes con las empresas, y de esta forma ellos puedan insertarse en el campo laboral, luego de finalizar sus estudios.

Ante la pregunta de por qué miles de jóvenes aún siguen apostando por los estudios universitarios, pese a las cifras de saturación que entrega el mercado laboral, Heredia afirmó que en el contexto de los problemas de la educación anteriormente mencionados, en México los jóvenes tienen más posibilidades de encontrar un empleo cuando tienen la secundaria terminada, que cuando han finalizado su carrera universitaria.

Frente a este escenario, Heredia resaltó que la explicación de por qué muchos estudiantes siguen prefiriendo entrar al sistema universitario, a pesar de los costos y que luego posiblemente no tendrán trabajo, es porque “estamos en una sociedad en la que importa más a quién conoces, que lo que sabes. Lo que estás comprando es acceso a redes, no estás comprando conocimiento”, sentenció la investigadora.

De acuerdo con Heredia, las acciones del gobierno en materia de educación debieran tener como eje fundamental la importancia del mérito. Y además, en el tema de la exigencia académica, ella postula que se debería pasar de una política educativa basada en mínimos, a una basada en máximos.

Por otra parte, y como punto final del debate, Heredia destacó el bajo porcentaje de estudiantes de alto desempeño que registran los países de América Latina. Cifra que recoge el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), que realiza cada tres años la Organización Para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Puesto que países con un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita similar a los de la región registran que 5,0% de su población escolarizada de 15 años se encuentra en el nivel de alto desempeño académico, mientras que en el caso de México el porcentaje es de 0,7%, para Heredia la brecha que existe entre ambas cifras “está hecha de chicos y chicas que tienen talento, pero no tienen la posibilidad de desarrollarlo. El problema es que la mayoría de la población de los países de la región lo único que tiene es su talento; si no le dan la oportunidad de desarrollarlo, es como si les expropiaran su principal activo”.

Autores

AméricaEconomía.com