Ello si fracasa el intento del gobierno de Evo Morales de enmendar el acuerdo que penaliza los usos tradicionales de la hoja de coca.
La Paz. Bolivia considera la posibilidad de denunciar la Convención de Viena sobre Estupefacientes si fracasa en su intento por enmendar ese acuerdo mundial de 1961 que penaliza los usos tradicionales de la hoja de coca, dijo este lunes el presidente de Bolivia, Evo Morales.
El mandatario y líder de un sector de los productores de coca del país hizo el anuncio ante el cuerpo diplomático, en el día en que concluye un período de consultas de Naciones Unidas sobre la propuesta boliviana de despenalizar los usos ancestrales de la hoja que es materia prima de la cocaína.
"Estamos explorando otro camino, que es la denuncia a la Convención de 1961, la Convención sobre Estupefacientes", afirmó el mandatario indígena en un discurso de respuesta al saludo protocolar de inicio de año que le presentaron los embajadores.
Sin embargo, remarcó que confiaba todavía en que Estados Unidos y otros países dejen sin efecto sus anuncios de objetar la propuesta boliviana de enmienda de la Convención de Viena.
El mandatario boliviano, quien expulsó hace más de dos años al embajador y a la agencia antidrogas DEA de Estados Unidos, evitó repetir ante los diplomáticos sus frecuentes ataques al "imperialismo" y al supuesto uso de la lucha antidrogas por parte de Washington como "pretexto de injerencia política"
Una objeción basta para bloquear la enmienda de la Convención de Viena y en ese caso el próximo paso sería una conferencia mundial sobre los usos tradicionales de la coca, pero Morales sugirió la opción más radical de la denuncia.
"Es un derecho que tienen los estados y vamos a apelar a este derecho, a este mecanismo que nos permita hacer reconocer el uso tradicional de la hoja de coca", señalo, sin entrar en detalles sobre las consecuencias de esta eventual medida.
La Convención de Viena estableció un plazo de 25 años, ya vencido, para que se eliminen los usos tradicionales de la hoja de coca, como masticación e infusiones, fuertemente arraigados en países andinos donde se los considera parte de la cultura de los pueblos originarios.
Colombia, el mayor productor mundial de coca y cocaína, retiró a mediados de enero su objeción inicial a la enmienda propuesta por Bolivia; en tanto que Perú, el segundo en ese ránking global, la apoyó desde un principio, según fuentes oficiales de La Paz.
Bolivia, tercer productor mundial de cocaína y de su materia prima, apoya su propuesta no sólo en la cultura andina sino en muchos estudios internacionales que "demuestran científicamente que la hoja de coca en su estado natural no hace daño a la salud humana", remarcó Morales.
El pasado viernes, la embajada boliviana en Naciones Unidas informó que Estados Unidos, el Reino Unido y Suecia anunciaron su objeción a la propuesta, lo que trasladaría la discusión a una reunión del Consejo Económico y Social de la ONU que se desarrollará a partir del 18 de febrero en Ginebra.
Morales dijo que algunas objeciones podían estar motivadas por una falta de información sobre la enmienda.
"Siento que en algunos países se ha confundido que estaríamos en campaña por la despenalización a la planta de coca. No, nos hemos planteado de manera muy clara que es (despenalización) de ese consumo tradicional de la hoja de coca", señaló.